La liquidez se puso de moda. Contra lo sólido, todo se desvanece en la postmodernidad, la fugacidad define el modo de relacionarse y los pensadores piensan cuál es la mejor manera de pensar la “cosa en sí”. Lo líquido aprovecha las grietas, se mete por los intersticios donde no es tan fácil llegar y te invade más allá de tus voluntades. La potencia de lo líquido puede llegar a liquidarte, porque todo lo que creés atrapar de inmediato se fuga por las hendiduras de tus dedos o por las rendijas de tu corazón. Continuar leyendo