En el siglo XX los amores del pasado eran, en su gran mayoría, un recuerdo fugaz, mientras que ahora gracias al avance de los botoncitos, la tecnología nos arranca los recuerdos y transforma el pasado en un posible presente. ¿Será que buscamos en el pasado alguna señal que nos explique el presente y nos prepare para el futuro o será que el peligro más grande para el futuro de las relaciones amorosas sea su propio pasado? Continuar leyendo