Lo tuyo es mío y viceversa
Respirar por los pulmones del otro puede ser muy peligroso. Las parejas que conforman un vínculo pegoteado sólo se conectan con el mundo a través del otro. Por eso cuando ese otro desaparece, la sensación de vacío es tan insoportable como el silencio que acude como respuesta a una pregunta urgente. El uno para el otro, la media naranja y toda esa sarta de frases hechas no hacen otra cosa que debilitar determinados vínculos. Buscar en el otro lo que me falta no es algo malo, la diferencia está en si se hace desde la necesidad o desde la carencia: una cosa es decir “yo necesito de vos tal cosa” y otra muy distinta es declamar “si vos no me das lo que yo no tengo me muero”. Continuar leyendo