Ya está bien, es suficiente. Demasiado tiempo solo. No doy (ni recibo) más. Estoy triste y desalentado. Ya pasó más de un año y esto en la garganta me sigue y me persigue. ¿Qué carajo es estar solo? Sentís que se te viene encima un nuevo fin de semana y te gustaría detener el tiempo en un frasco. La mayoría de la gente me tiene lástima, y sobre todo los que están en pareja, odio esas mesas para cuatro cuando somos tres. Trato de no tocar el tema pero en algún momento el Sr. Malbec destraba esa maldita evitación y arranca la catarata. Que jugó conmigo, que no tiene corazón, que las pocas veces que nos vimos en el último año me miró con pena y que odio que se haga la macanuda. Continuar leyendo