Chiachio&Giannone / Bordar para rescatar el tiempo

Leo Chiachio nace en Buenos Aires. Daniel Giannone nace en Córdoba. Los dos crecen en su oficio de artistas. Se conocen y se enamoran. En 2003 comienzan a trabajar juntos y mezclan sus imaginarios. Se trasladan de lleno al bordado. Destacan lo artesanal, lo laborioso. También una concepción personal de la familia. Hoy se definen como un solo artista: Chiachio&Giannone.

  

¿Para ustedes de qué se trata ser artistas?

Leo: se trata de construir un pensamiento y una concepción del mundo en nuestra contemporaneidad.  El arte es súper diverso y cada uno construye esa cosmovisión de una manera diferente. Para nosotros ser artistas es hablar de lo que somos, como familia, como pareja gay en Argentina y el mundo, con nuestro trabajo manual.

Daniel: Desde el momento que decidimos estar juntos y trabajar juntos teníamos muy en claro que queríamos que el arte atravesara toda nuestra vida. No hay disociación entre la vida y el arte.

¿Cómo fue mutando su obra?

Leo: En un encuentro de dos personas surgen los cruces. Lo que veníamos haciendo lo dejamos de hacer y construimos un camino nuevo, que tiene resabios de lo anterior, pero el encuentro hizo que hoy estemos trabajando juntos, como un solo artista.

Daniel: El bordado, y lo textil, nos interesa a los dos y es funcional a lo que queremos decir en este momento, pero también pintamos, dibujamos, laburamos con porcelana.

¿De dónde salen sus trabajos?

Daniel: Cualquier cosa puede ser un disparador en nuestra obra: una película, una canción, una imagen. A partir de eso dialogamos y jugamos a disfrazarnos de esas ideas: materializar ese mundo e incluirnos a nosotros. Bocetamos, nos sacamos fotos y avanzamos.

¿Cómo funciona su proceso creativo?

Leo: Sucede que la técnica del bordado es mucho más lenta que el flujo de las ideas. Los procesos van por diferentes carriles: podemos encontrar una tela y salir de ahí. O tener una idea pero concretarla recién 3 años después. Por ejemplo ahora estamos con una obra que nos va a llevar dos años y medio, mínimo. Y mientras vamos haciendo otras cosas.

Daniel: Bordar es la recuperación del tiempo. Nuestra actitud no es la del bordador clásico, porque nosotros pensamos el bordado desde la pintura: no pensamos que estamos bordando con hilos sino que pintamos con hilos. En el momento vamos decidiendo el punto, el color y eso se ve reflejado en el tipo de trabajo que hacemos.

¿Cómo es que llegan a esta técnica?

Leo: Le elección del bordado se fue dando al tratar de elegir una labor que tenga que ver con los dos, y el bordado fue eso.  Nos interesaba trabajar en nuestra casa, trabajar con materiales secos y también trabajar el color como pintura, pero no con materiales de la pintura. El bordado suplió esa necesidad.

Daniel: La pintura para nosotros era más inmediato y con el bordado, o mismo con el trabajo en porcelana, elegimos técnicas que requieren mayor tiempo de trabajo. Ese tiempo nos permite pensar qué queremos hacer y cómo queremos hacerlo, y eso favorece al trabajo de a dos.  Después, en la acción, el bordado es como un mantra; es la repetición del punto y otro punto y otro, que te llevan a un nivel alto de concentración y silencio.

¿Es importante la escala de obra?

Leo: El mundo es muy grande y, si nosotros queremos destacarnos en esa inmensidad, tenemos que hacer algo que haga la diferencia. ¿Cómo hacemos para que nos vean y nos escuchen? ¿Para que escuchen nuestra imagen? Tenemos que hacer el bordado más grande que nunca se hizo: esa también es una idea romántica y ridícula. Si nos lleva tres años, entonces es el tiempo que se merece. ¿Cuánto tiempo demanda hacer una película? Dos o tres años, entonces porqué un bordado no puede llevar ese tiempo.

¿Qué constantes hay en su trabajo?

Leo: La concepción propia de familia aparece en todas nuestras obras. También nos interesa que los trabajos tengan un poco de alegría, sea por el color, por las imágenes o por esta idea de familia medio distorsionada. Jugamos un poco con eso.

Daniel: Nosotros somos protagonistas en nuestras obras y no tenemos miedo al ridículo. Por otra parte pareciera que en el arte contemporáneo estuviera en desuso el valor del trabajo que requiere mucho tiempo y conocimiento de técnicas. Nos interesa rescatar la idea de la tarea.

¿Por dónde pasa el éxito de un artista?

Leo: Creo que el éxito, en nuestro caso, es hacer lo que queremos, y eso se transmite en el trabajo. Quien ve las obras ve felicidad y amor, que también son conceptos que están un poco devastados. Por lo pronto, que una obra nuestra te saque del hastío diario, y puedas verla y decir “Hay, mira qué lindo, estos tipos, con los perritos…”, es bastante.

 

Actualmente Chiachio&Giannone exhiben obra en dos muestras colectivas: “El teatro de la pintura”, en el MAMBA, hasta el 22 de febrero. Y “Amor”, en la Casa Nacional del Bicentenario, hasta el 30 de abril. En el exterior presentan obra en “New Territories: Design, Art and Craft from Latin America 2000-2013″, en el Museum of Arts and Design, de Nueva York.

Más información en www.chiachiogiannone.com.