Partamos de la base: ningún animal debe estar fuera de su hábitat natural ni ser obligado a servir como objeto -ni de diversión, ni de entretenimiento, ni “educativo”, ni de consumo-. Tampoco ningún animal -ser sintiente al igual que vos, yo, tu hijo, tu perro, el mío… – debe ser víctima de tanta violencia, de tanto daño, de tanta saña humana llamada explotación!
Cuando murió el oso Winner, hubo grandes manifestaciones en contra del Zoo porteño -el cual meses antes había sido licitado casi a espaldas de quienes interesados quisimos saber qué estaba pasando y quiénes se iban a quedar con él-, al momento de la tremenda noticia, los cuidadores del Zoo de Mendoza -donde reside el último oso polar en cautiverio del país-, salieron a decir que Arturo vive bajo “las mejores condiciones que se le pueden ofrecer” porque “HASTA duerme con un aire acondicionado”… ¿Querés saber cómo vive en realidad? Mirá las fotos y sacá tus propias conclusiones.
¿Hasta cuándo vamos a permitir que esto pase? Está en nosotros el poder de cambiar aquello con lo que no estamos de acuerdo, o al menos intentarlo.
Fuente: Diario Uno