Hasta ahora, parecía ser que la dramaturgia, las piezas teatrales no eran el fuerte del catálogo de las editoriales de Rosario. A diferencia de la poesía y de la narrativa, sean cuentos o novelas, los textos teatrales, quizá por su propia naturaleza de ser escritos para la representación, para la puesta en escena, ocupaban un sitio marginal o casi inexistente. Continuar leyendo