Teatro para leer

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Hasta ahora, parecía ser que la dramaturgia, las piezas teatrales no eran el fuerte del catálogo de las editoriales de Rosario. A diferencia de la poesía y de la narrativa, sean cuentos o novelas, los textos teatrales, quizá por su propia naturaleza de ser escritos para la representación, para la puesta en escena, ocupaban un sitio marginal o casi inexistente.

Esta tendencia o situación, de golpe, empieza a revertirse, a cambiar, o al menos, lo concreto es que varias editoriales locales han decidido darles espacio y empezar a publicar textos de este género. La movida, o esta suerte de microboom, tienen como artífices a Baltasara Editora, Editorial Espiral Calipso y El ombú bonsai.

Para su primer libro de la Colección Teatro, Baltasara Editora reunió bajo el título Teatro I, cuatro obras de la reconocida y prolífica escritora Patricia Suárez: “La tarántula”, “El escorpión”, “Natalina” y “La dificultad”. Baltasara extiende la apuesta y anuncia la aparición del tomo II que contendrá las piezas: “Marcela”, “La vergüenza”, “La araña” y una cuarta que todavía no está definida.

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Editorial Espiral Calipso ya está haciendo circular por la ciudad la Trilogía de Tania Scaglione, que incluye las obras: “Te contengo con ternura”, “Quimo” y “Lesa Humanidad”. La presentación será el sábado 2 de agosto, a las 20 hs, en la Plataforma Lavarden, Mendoza 1085, Rosario.

Por su parte, El ombú bonsai presentará el 13 de agosto los tres primeros libros de la colección Tramoya: Mujeres de ojos negros de Romina Tamburello, Artificio casamiento, una comedia romántica y atormentada, escrita en coautoría por Rody Bertol y Daniel Feliu, y Servicio Secreto, mano de obra desocupada de Juan Pablo Giordano. Todas estas obras ya han sido representadas en distintas salas de la ciudad de Rosario.

Mujeres de ojos negros de Romina Tamburello

Mujeres de ojos negros de Romina Tamburello

Las preguntas son ineludibles: ¿hay más lectores de teatro que antes? ¿Estamos frente al resurgimiento de un género o ante un acto de justicia editorial? ¿Por qué esta coincidencia? ¿Es casualidad o refleja una intensa vida teatral que hasta ayer no más se limitaba solamente a las salas y espacios específicos?

Nicolás Manzi, de la editorial El ombú bonsai, sostiene que el teatro era un género postergado pero que “si hay un boom o resurgimiento, no tiene tanto que ver con los textos teatrales como con el teatro propiamente. El boom es del teatro, y tiene que ver con la escena y con la política de la puesta”. La colección Tramoya, está dirigida por María Julia Rossi y cuenta con un Consejo Asesor integrado docentes y figuras del mundo del teatro. Ellos son: Magdalena Aliau, Emilio Bellon, Rody Bertol, Liliana Gioia, Aldo Pricco, Patricia Roggieri y Clide Tello.

Las palabras con las que se presenta la colección Tramoya pueden servir de explicación o manifiesto de esta nueva movida editorial: “Rosario tiene una producción dramática a la que la industria editorial no le ha hecho justicia hasta ahora. La colección Tramoya tiene como propósito publicar obras de teatro representadas en la ciudad, atendiendo a la pluralidad de generaciones y estéticas que se encuentran en los escenarios locales… Con prólogos de conocedores de la materia, estos libros están confeccionados con un estricto rigor editorial, tanto en el cuidado de los textos como en los detalles materiales… Esta colección completa su propósito con la ambición de constituir una herramienta para la historia del teatro rosarino: los libros incluyen fichas técnicas e imágenes de las puestas en escena. De este modo, Tramoya constituye un aporte a la memoria teatral de la ciudad.”

Sea azar o una perspectiva común, similar de tres editoriales diferentes, ya sea para llegar a un público que no se contemplaba, o promover una literatura que no gozaba de gran difusión o para dar a leer textos de obras que ya han sido representadas, lo cierto es que se trata de una propuesta motivadora para quienes somos lectores y militantes de la literatura. Porque en la lectura de un texto teatral se recrea e interpreta una versión personal de la obra, íntima y secreta, y como cada puesta en escena, única e irrepetible.

Por lo pronto, bienvenidas sean las publicaciones de nuestros dramaturgos. Digno de celebrar… ¡arriba el telón!