Es en estas épocas, cuando ciertos relatos sobre la realidad se tornan cada vez más apocalípticos, que recuerdo las grandes obras que ponen el foco en la espera. No todas, algunas que plasman esa actitud tan común en nosotros, los “ciudadanos”, que parecemos estancados aguardando que lleguen las catástrofes que predicen los augures de la fatalidad. Sea los que ponen en su eje en el default, en la crisis económica y/o educativa o en la inseguridad. Cualquiera, y advierto que tampoco simpatizo con los fanáticos del optimismo. Continuar leyendo