Una primera elección que tenemos que tomar todos es si queremos seguir siendo iguales o nos hacemos cargo de evolucionar.
El cambio es indefectible, pero no siempre evolutivo.
De ahí que vemos gente que ha cumplido muchos años y suele tener falencias notables en su desarrollo personal. Del mismo modo que percibimos chicos o jóvenes, con un nivel de desarrollo y madurez elogiable.