La participación de perros, gatos o incluso caballos en las bodas es natural en varios países del mundo. Quién no ha visto en alguna serie o película estadounidense entrar a la novia a la iglesia seguida por pajes y damitas, entre las que se encontraba la mascota de la pareja o de la familia de uno de ellos. Incluso, animales han sido designados en el rol de padrino o madrina.
Ante la cercanía del Día del Animal, el próximo 29 de abril, quería detenerme un poco en este tipo de situaciones. Si bien en la Argentina no es tradición que la novia llegue al altar secundada por niños ni la multiplicidad de padrinos y madrinas, lo cierto es que las bodas se aggiornan cada día más, y que participe una mascota muy querida comienza a ser un requerimiento de los clientes.
Esto no es un imposible; no obstante, desde YB Creación de Eventos recomendamos:
1 – Consultar en la Iglesia, de manera previa, si permiten el ingreso del animal, para evitar inconvenientes la misma noche del casamiento. En caso de prohibición, una solución es realizar la ceremonia religiosa al aire libre, en el mismo espacio de la fiesta -a cuyos dueños también hay que avisar con anticipación que llevaremos a nuestra mascota-.
2 – Si deseamos que forme parte de un cortejo de niños, lo ideal es que uno de ellos, de los más grandecitos, lleve a la mascota con correa. Por más adiestrado que esté el perro, será difícil que camine solo y tranquilo al altar en un sitio desconocido y con tanta gente. Es preferible que el encargado de esta tarea sea alguien familiarizado con el animal. Para evitar imprevistos -como que se “empaque” y no quiera caminar-, si el tamaño lo permite puede ir en brazos.