“No me afeito desde que empezó el mundial”

Facundo Moyano tiene 29 años y es uno de los políticos más jóvenes y futboleros del “mercado local”. Actualmente se desempeña como diputado nacional y como secretario general del Sindicato Único de Trabajadores de los Peajes y Afines. Aunque algunos dicen reconocerlo por ser el hijo de Hugo Moyano, lejos de esta circunstancia, Facundo tiene luz propia. Hincha fanático de River, en 2012 fue presidente del Club Atlético Alvarado en su ciudad natal, Mar del Plata.
En una entrevista con Infobae, Moyano comparte sus mejores recuerdos mundiales y su deseo de traer la tercera Copa del Mundo a casa.

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-¿Cómo se prepara para el Mundial?
Como la mayoría de los argentinos, con mucha pasión. Realmente emocionado en cada uno de los partidos, fundamentalmente en el de octavos de final, muy emocionado. El último, bueno, ni hablar, al borde de las lágrimas. El fútbol es el deporte del argentino.

-¿Dónde, cómo y con quién ve los partidos?
El primero lo vi con mi hermano, Huguito. El segundo lo vi solo. El tercero lo vi con los chicos del sindicato. Octavos de final, lo vimos también con los chicos del sindicato. Y el último partido lo vi con los trabajadores de Autopista del Oeste.
-¿Cábalas?
Tengo una, desde que empezó el Mundial no me afeito y hasta que Argentina no salga campeón no me voy a afeitar.

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-¿Alguna anécdota o recuerdo de los mundiales?
No hay muchas cosas lindas para recordar. Hacía 24 años que no clasificábamos a una semifinal. Siempre estuvimos a punto pero nunca… Tengo un flash de Italia 90, cuando yo tenía 5 años, me acuerdo de mi hermano llorando, de Huguito llorando y mi tío también, con la cabeza gacha, y bueno, habíamos perdido la final con Alemania. Ese es el flash que tengo.
-¿En épocas de Mundial lo único que importa es el Mundial?
El argentino es muy pasional y vive el Mundial como un todo. Es de lo único que se habla. De hecho, los programas políticos hablan de fútbol, los programas de espectáculos hablan de fútbol…
-¿Barrabravas?
Es una figura que lamentablemente está instalada en el fútbol y tiene que ver con la violencia. No podemos aislarla de la realidad social que vive la Argentina. Es una problemática profunda fundamentalmente dentro del fútbol. Para erradicarla, tiene que haber una decisión política y no se puede desde la iniciativa individual, sino que tiene que ser una política de Estado.

-¿La política utiliza el Mundial para que ciertas cosas pasen inadvertidas?
Más allá del estado de ánimo de la gente, el Mundial muchas veces fue utilizado por la política en la Argentina para tapar ciertas cosas, porque se juega con el estado de ánimo de la gente. Pero me parece que la de Argentina es una sociedad madura y entiende. Si bien hay mucha pasión por el fútbol, los problemas van a seguir existiendo, en algún momento se van a tener que discutir.

 

Fotos: Adrián Scandar

“Vamos a ganar, no tengo ninguna duda”

 

Diego Bossio es un joven político y economista de sangre peronista. Tiene 34 años, hace 5 es el director ejecutivo de la Anses. Desde 2009  implementó la Asignación Universal por Hijo, la ley de movilidad jubilatoria y entregó más de 4 millones de notebooks.

Hincha de Rancing y enfermo del fútbol, Bossio disfruta el Mundial entre reuniones, jubilaciones, albañiles, arquitectos… y, en especial, con la mejor compañía, que son su mujer y sus dos hijas, Olivia y Milena.
En una entrevista con Infobae  Bossio recuerda con total pasión el Mundial del 90, cuando con su hermano emulaban al Goyco y a los jugadores y revivían aquellos inolvidables penales.
A la hora de hablar de la Selección, el titular del Anses asegura que es el mejor equipo de la Copa y se imagina una difícil final con Brasil: “Argentina tiene la obligación de ganar sea con quien sea, por historia, por trayectoria y porque tiene a Messi”, concluye fanático.

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-¿Cómo está viviendo el Mundial?
La verdad, con mucha alegría y además con la esperanza en un equipo que efectivamente despierta la pasión, las ganas, todos los días. Siempre mirás a la Argentina. La verdad que a este equipo tengo ganas de verlo.

-¿Dónde, cómo y con quién ve los partidos?
Este Mundial lo vi siempre con mi familia, excepto un día que nos quedamos con todos los compañeros de trabajo. Pero la verdad es que lo veo con mi nena que va a cumplir 5 años y con mi señora. Me voy a mi casa un ratito y lo veo con ellas.

-¿Qué cosas no pueden faltar en su Mundial?
No soy de tener cábalas y demás, pero siempre tengo la camiseta de argentina… Claramente con la familia, y el teléfono para hablar con mi viejo cuando termina.

-¿Es una cábala entonces?
No es una cábala, pero siempre lo hago. No es una cábala porque, pierda o gane, siempre lo hago. Es el comentario del partido al final, lo hago con Racing, con todos los partidos. Y hablar con mi hermano. Son las cosas que más o menos tengo a mano permanentemente

-¿En el último partido qué le dijo a su padre?
Que tenía la sensación de que íbamos a llegar a la final. Que me parecía que Argentina había jugado muy inteligentemente y que por primera vez en mucho tiempo tenía la sensación de que íbamos a llegar a la final.

-¿Una anécdota o recuerdo en especial?
En el Mundial del 90 yo tenía 10 años, y es la primera imagen fuerte que yo tengo. Me acuerdo del Mundial 86, pero solamente de la final y del gol a los ingleses. Del Mundial 90, me acuerdo de que terminaban los partidos y me iba con mi hermano al patio a jugar a la pelota. Teníamos un arco que nos había hecho mi viejo y no sé… tratábamos de jugar a la pelota como jugaban los jugadores del Mundial, con un fanatismo y con una pasión… Me acuerdo de los penales, uno era Goyco y el otro pateaba, el otro pateaba y uno era Goyco, recuerdo con mucha pasión ese Mundial.

-¿Cómo ve a la Selección de Sabella?
Veo que ha ido creciendo y que todos los partidos jugó mejor que el rival, por mérito propio, por capacidad técnica de los jugadores, por estrategia. Yo creo que el último partido… Una cosa es verlo en vivo y con los nervios de querer ganar, y otra cosa es verlo más tranquilo. Vi la repetición y, la verdad, jugó bien, tuvo muchas oportunidades, por eso me dio la sensación de que Argentina podía llegar a la final después de mucho tiempo.
-¿Cómo ve Argentina-Holanda?
Vamos a ganar, no tengo ninguna duda, ganamos. Más allá del optimismo, creo que Argentina es mejor equipo que cualquiera. De hecho, es el único que ha ganado todos los partidos y, además, creo que fue mejor que el rival en todos los aspectos.

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-Mensaje para la Selección:
Que salgan con todo, que se concentren, que dejen el alma, que hay un pueblo que los está acompañando, que sean ellos, que sean auténticos. Yo creo que cuando esos chicos juegan y muestran todo su talento, más allá de todas las cuestiones técnicas que aporta el cuerpo técnico, cuando son ellos, la rompen. Messi, cuando puede expresarse al máximo, tiene ese rapto de lucidez que realmente deslumbra.

-¿En épocas de Mundial, lo único que importa es el Mundial?
Es cierto que la tensión está centrada en el Mundial. Te levantás a la mañana y lo primero que preguntás es quién juega hoy, cómo es la agenda. La verdad, es un tema que está en la mesa de todos, en la charla cotidiana, pero no es lo único que importa.

-¿La política utiliza el Mundial para que ciertas cosas pasen inadvertidas?
No, en absoluto. Yo tengo una agenda de trabajo que la cumplimos cien por ciento, el Mundial no la cambia en absoluto, excepto el partido de Argentina. Las cosas ocurren independientemente de lo que pasa en el Mundial.

-¿Hasta dónde llega la Selección?
Ya estamos en la final, seguro. Yo me conformo llegando a la final. Creo que si la final es con Brasil, va a ser una cosa realmente difícil. Si llegamos a la final, para mí, tarea cumplida. Bueno, si me preguntás, una vez que estamos en la final, hay que ganarla. Argentina tiene la obligación de ganar sea con quien sea, por historia, por trayectoria, por los jugadores que tiene, por todas las cosas, por cómo fue este proceso y porque tiene a Messi. Messi es realmente de otro mundo. Cuando agarra la pelota Messi, hay luz. Llega la pelota al pie enseguida, entonces esa cuestión evidentemente tiene un plus extra.

 

“Vamos por un excelente camino”

 

Lejos del escenario político donde se desarrolla todos los días, Aníbal Fernández no se desprende ni un segundo de la pasión por el fútbol, la misma que transmite al presidir el club de Quilmes.
En diálogo con Infobae, el senador kirchnerista cuenta cómo vive el Mundial en instancias finales junto a su familia. Altamente optimista, Fernández afirma que Sabella le transmite seriedad y confianza absoluta. En un análisis de la Copa del Mundo, asegura que no hay que verla como un campeonato: “El Mundial es el Mundial y se juega al cien por ciento de la especulación”.
Con respecto a la sociedad, señala que por supuesto la Copa opaca todo. Pero si uno tiene intención de saber lo que está sucediendo, se entera, afirma contundente.
Fernández está convencido de que la selección argentina regresará al país con el objetivo perseguido: “Llegamos hasta acá, creo que vamos por un excelente camino”.

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-¿Cómo se prepara para el Mundial?
Como todos los argentinos. Del Mundial es imposible abstraerse; inexorablemente, uno está pensando o ligando todas las cosas que están sucediendo alrededor con eso. La semana pasada había una reunión en el partido. Y cuando estábamos definiendo qué hacíamos con la agenda del día y les digo: “Yo me voy a mi casa, pero a las cinco vengo porque tengo que ir al partido”. Uno de los chicos me dice: “¿Con quién juegan?”. Por lo cual, el Partido Justicialista se confundió con un partido de fútbol. Estamos todos imbuidos de lo que es el Mundial. Es así, inevitable.

-¿Dónde, cómo y con quién ve los partidos?
Con mi familia, en la medida que puedo, con la familia.

-¿Es de gritar los goles?
Sí, claro, los goles se gritan. El que no grita el gol no tiene sangre.

-¿El Mundial cambia su rutina?
Yo sigo con la rutina, lo que pasa es que la rutina también se puede ordenar de forma que a la hora del partido no haya nada para hacer. Pero siempre hay un tarambana que está perdido o que se duerme la siesta, pero hay que tratar de que eso no sea así.

-¿Cábalas?
No, ninguna.

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-¿Cómo ve a la Selección de Sabella?
Bueno, se supone que es el equipo que todos aspirábamos a que estuviera en competición. Yo lo dije con anterioridad y lo voy a repetir ahora, a mí me hubiese gustado también que estuviera Tevez. A mí Sabella me inspira una absoluta confianza. Es un tipo muy serio y esa situación hace que uno tenga que esperar y saber a lo que está jugando.

No hay que mirar el Mundial como un campeonato. El Mundial es el Mundial. Y se juega al cien por ciento de la especulación, con las fuerzas limitadas, no yendo más allá de lo necesario, jugando con las limitaciones que uno tiene que autoimponerse para no gastar energías, para no derrochar lo que no tiene que derrochar, y eso es lo que ha venido haciendo Argentina en todo momento. El ejemplo más gráfico es el partido contra Bélgica, donde se puede mostrar en toda su dimensión un equipo que está bien planteado, no defendiendo con cuatro, defendiendo con siete; donde está teniendo los cuatro defensores; donde está teniendo a Mascherano que se tira atrás para sumarse a la defensa; donde tiene los dos volantes, o en este caso lo tenía por la izquierda al “Pocho” Lavezzi yendo y viniendo, que terminó fundiéndose a mitad del segundo tiempo… Esa fuerza hizo que en los últimos veinte minutos Bélgica estuviera obligada a tirar centros para tratar de ver si por un cabezazo podía llegar a vencer a la defensa argentina, que no pudieron hacerlo. Me parece que eso demuestra la inteligencia del técnico.

-Mensaje para la Selección:
Trataría de conocer cuál es la mejor forma de decirles algo que los motive y motivarlos. Algunos de ellos hasta podrían ser hijos míos por la edad. Ojalá uno pudiera tirarles la buena leche del argentino y decirles que todos estamos ansiosos y esperanzados en ellos. Y es muy positivo eso. A mí me gusta mucho.

-¿En épocas de Mundial, lo único que importa es el Mundial?
No, no es verdad, lo es cierto que el Mundial eclipsa todo. Vuelvo a insistir, se jugó una final en Wimbledon: Federer contra Djokovic. Y si ganaba Djokovic, pasaba a ser el primero del ranking mundial. En otro momento, sin ser un fanático del tenis, que no lo soy, ni siquiera lo juego, todos acá estarían comentando… y acá pasó absolutamente desapercibido. Eso es una consecuencia inevitablemente de un mundial de fútbol, que como es el deporte más importante en términos de análisis y resolución masiva, opaca todo, inevitablemente.

-¿Barrabravas?
De los barrabravas no tengo ningún concepto, ni les doy bola. Vuelvo a insistir en eso. Si alguna vez el estatuto del club que yo presido dijera que hay una elección para definir quién es el jefe de la barra, con mucho gusto me sentaría todas las semanas a sacar conclusiones con él. Pero la realidad es que el jefe de la barra es el que es más guapo o el que le pega más al otro. Yo no voy a reconocerle personería a nadie en esos términos.

-¿La política utiliza el Mundial para que ciertas cosas pasen inadvertidas?
La política es la política y tiene que seguir su vida. Y el Mundial, vuelvo a insistir, opaca un montón de cosas, pero en la medida que uno tenga vocación de saber lo que está sucediendo, lo ve, no lo tapa, se puede ver.

-¿Hasta dónde llega la Argentina?
Yo soy altamente optimista, altísimamente optimista. Llegamos hasta acá, creo que vamos por un excelente camino para venirnos con el objetivo perseguido, para no quemar nada.

 

Fotos: Natalia Bohdan