Los mágicos colores del otoño en la Ciudad

El frío comienza a asomar en este sector del globo y los árboles lo perciben. Saben que vendrá un descenso de la temperatura en poco tiempo y frente a ello muchas especies deciden protegerse para guardar sus energías en las raíces. Es debido a este proceso hacia adentro, que muchos árboles dejan caer las hojas.

El otoño toca la puerta

El otoño toca la puerta

Las plantas que deshojan en esta temporada reciben el nombre de caducas, y tienen una característica muy pintoresca: sus hojas se tornan entre amarillas, rojas y borravino antes de caer. Al desprenderse pintan el suelo y nos convidan con sus colores.  Algunos de ellos como el plátano o el crespón nos invitan a disfrutar también de sus troncos con sus cortezas en degradé de colores.

Para quienes disfruten de este momento del año y quieran saber un poco qué es lo que ven por la ventana del colectivo, aquí un pequeño detalle de las especies más comunes que nos acompañan y oxigenan día a día. Los principales ejemplares en términos de cantidad son:

Fresno Americano: es el primero en deshojar. En este momento sus hojas tornan al amarillo y se van soltando o cayendo con el viento. Su tronco es oscuro y arrguado, y su altura oscila entre los 5 y 12 metros. Suele ser muy usado por su tamaño de porte medio, sus hojas en la temporada de calor que dan sombra y que al caer en invierno dejan pasar el sol.

Plátano: gran ejemplar que disfruto en mi cuadra todo el año. Es un árbol de gran magnitud, suele superar los 15 metros y se utiliza en grandes avenidas para formar un techo con sus copas. Sus hojas son grandes y tienen tres puntas dentadas. Es un hermoso tronco que va desprendiendo su corteza en tonos grises, cremas y verdes. Es un problema a la hora de las grandes lluvias debido a la cantidad de hojas de posee y pierde… Y por sus frutos, que son redondos (tamaño pelota de golf) y desprenden particular que pueden ser molestas.

Paraíso: es el tercer árbol en importancia en la ciudad, y se convirtió en invasora a partir de su adaptación en este contiente (es originaria del sudeste asiático).  Crece hasta una altura de 8 a 12 metros de altura, y su floración es pequeña, pero vistosa y con fragancia. Es la planta que nos da un montón de pelotitas chiquitas que tanto usamos para jugar y distraernos en las veredas.

Vereda de Plátanos

Algunos ejemplares que son de mi preferecencia en el ranking de caducos, con bellezas particulares:

Gingko Biloba: desde que resurgió en el área afectada por la bomba nuclear, recibe el nombre de Árbol de la Vida. Sus hojas se tornan amarillentas o más bien doradas, y el suelo por debajo se vuelve un espectáculo. Sus hojas se utilizan para hacer infusiones que ayudan a la memoria.

Acer Japonés: sus hojas tornan a un color borravino muy intenso al caer, ese color que tanto representa al otoño en esta ciudad. Las hojas son variadas, pero siempre con 5 o 7 puntas y un verde intenso previo a cambio de color.

Crespón: está apareceiendo cada vez más en la ciudad. Sus flores persisten varios meses y son un espectáculo de colores (hay blanco, rosa, rojizo, salmón) y en invierno sus troncos desnudos nos permiten apreciar su corteza que está en constante cambio.

Intensas hojas de acer

 

Ojalá puedan apreciar de esta manera esta estación que empieza y trae consigo muchos cambios en la vida de los árboles de la Ciudad. Disfrutemos de esta etapa y observemos más el comportamiento de estos hermosos seres.

Para los curiosos que no saben que están observando, los invito a consultarme por medio de fotos vía Facebook o bien ingresar en el buscador de árboles de la Ciudad, donde se puede buscar la especie ingresando la dirección.

¡Bienvenido el otoño!