Los que habitamos la Ciudad de Buenos Aires tenemos la difícil tarea de convivir con edificios gigantescos, autos ruidosos y muchedumbres despistadas. A la hora de leer o escribir lo hacemos en la tranquilidad de un departamento o en la comodidad de un bar. Pero hay una opción que jamás se nos escapará: las plazas.
Continuar leyendo