El acto de regalar es una muestra de afecto y más aún cuando ese objeto está pensado exclusivamente. Lo mismo sucede cuando se regala un libro. Determinar cuál, es todo un desafío. Hay que recurrir a los gustos de la persona en cuestión para dar con el indicado. Una vez que ya lo elegimos, existe una tradición que no se puede evitar: escribir una dedicatoria en la primera página.