En Telefe parece que conviven dos canales paralelos: el canal que quiere ser líder de audiencia con show, estrellas y la estridencia de los 90; y otro canal, distinto, más racional, donde el éxito se mide por la rentabilidad y la eficacia, en una compañía en la que todos son iguales y exitosos gracias a la empresa y no al talento de algunas figuras estelares. En el medio de ambos, quedó la televisión y el rating; es decir, la audiencia, que hoy no acompaña al canal de las pelotas como antes.