Brasil realizó un anuncio que evidencia la necesidad de dólares. Elimina el impuesto a las transacciones financieras que había aprobado cuando temía que las políticas expansivas de la FED provocarían una revalorización del Real que podría impactar las exportaciones.
Ahora, el gobierno se ve obligado a dar marcha atrás. Los dólares que inundaron a economías como las de Perú, Panamá, Chile, Colombia y México, no han llegado nunca a Argentina y Venezuela, pero tampoco entraron en Brasil, y parece que la administración de Dilma se ha dado cuenta de que sin inversión no hay crecimiento.