Afuera, cada noche, una luna quieta custodia la entrada del Cabildo. Abajo, y al fondo bien al fondo, viven los homenajes del silencio. Muchas de las 100 mil personas que viajan en la Línea E del subterráneo cada día, pasan por la estación Bolívar, ubicada bajo tierra en la intersección de las calles Diagonal Sur y Perú. Eso da cuenta de que un incontable número de humanos pasan, también, a los pies de la escultura llamada Homenaje a la Madre, que duerme cada noche en los andenes. Fue diseñada por la artista plástica Nilda Toledo Guma e inaugurada, en la estación cabecera de la línea violeta, el 5 de agosto de 1983.