“No puede ser”, me dije. El tamaño del gesto, su resonancia política, su exacta oportunidad y sus actores. Confieso que la cosa me intranquilizó porque me dejó en evidencia. Me puso frente a frente con la responsabilidad de un “es posible”.
Ahí está la foto, tan profunda por ser tan sencilla como son los hitos históricos: Pérez Esquivel contempla el apretón de manos del Papa Francisco con el cacique Qom, Félix Díaz. Continuar leyendo