No importa qué tan buenos productos o servicios ofrezca una empresa, nunca se puede dejar de mejorar. Dejar de mejorar es en realidad una forma de quedarse atrás, ya que la competencia también busca constantemente hacer las cosas mejor. Actualmente se desarrollan nuevos métodos, nuevas tecnologías; aparecen nuevas generaciones de personas con conocimientos y habilidades diferentes; los mercados cambian; las expectativas de los clientes se modifican… y esto ocurre todos los días, dejando nuestros procesos (conjuntos de actividades) obsoletos o poco eficientes. Continuar leyendo