No se tienen que ir. Se tienen que quedar. No deben partir tan temprano del club que los vio nacer y los forjó como unos excelentes futbolistas. Europa deberá esperar un tiempo más a estos juveniles académicos. Los dirigentes deben hacer un esfuerzo y tratar de retener a los que le dieron al equipo una frescura, una soltura, una velocidad supersónica, un atrevimiento, un desparpajo. Hablamos del poker académico: Vietto, Centurión, Fariña y Zuculini. Se deben ir sí, pero con un titulo bajo el brazo. El sábado en Avellaneda Racing, con su cuarteto imperial, desató una fiesta de buen fútbol tras vencer a All Boys por 3 a1 (Fariña, Camoranesi y Villar) 32 puntos, objetivo principal cumplido y la ilusión que nos condena a flor de piel para el futuro.