Por: Bruno Aleotti
No se tienen que ir. Se tienen que quedar. No deben partir tan temprano del club que los vio nacer y los forjó como unos excelentes futbolistas. Europa deberá esperar un tiempo más a estos juveniles académicos. Los dirigentes deben hacer un esfuerzo y tratar de retener a los que le dieron al equipo una frescura, una soltura, una velocidad supersónica, un atrevimiento, un desparpajo. Hablamos del poker académico: Vietto, Centurión, Fariña y Zuculini. Se deben ir sí, pero con un titulo bajo el brazo. El sábado en Avellaneda Racing, con su cuarteto imperial, desató una fiesta de buen fútbol tras vencer a All Boys por 3 a1 (Fariña, Camoranesi y Villar) 32 puntos, objetivo principal cumplido y la ilusión que nos condena a flor de piel para el futuro.
El equipo de Zubeldía tuvo un notable primer tiempo. Manejó la pelota a su antojo gracias a los ligeritos- Vietto, Centurión y Fariña- que resultan imparables para cualquier defensa cuando están inspirados. No tengo dudas y lo comparto con ustedes académicos que si ellos se quedan para el próximo torneo, sumado a que los jugadores más experimentados sigan acoplándose bien al esquema y un par de refuerzos de jerarquía, Racing tendrá todo su potencial para pelear el Torneo Final 2013. Deberá mejorar en la generación de juego en la mitad de cancha, en los laterales de la defensa y en encontrar un delantero que acompañe a Vietto, si leyó bien ese tímido-a la hora de las cámaras porque en la cancha es un atorrante- joven cordobés se puso en el bolsillo a Sand, Hauche y Cámpora. Cosa maravillosa, cosa de no creer. Otro déficit a solucionar es no entrar dormido en el segundo tiempo: las dos caras. Hay que borrar una. La única que debe quedar es la que se vio en la primera parte frente a All Boys. Pese a ello, la campaña de este campeonato es buena- se igualó a la del 2005, cuando con Guillermo Rivarola sentado en el banco de suplentes alcanzó los 32 puntos- y puede ser aun mejor si en la última fecha Racing supera a Unión, ya que tendrá la mejor en los últimos diez años y se ubicaría solamente detrás del Campeón 2001.
Volviendo al partido del sábado frente a All Boys, hubo otro golazo de Luis Fariña, tras una guapeada de Vietto por derecha que mandó el centro atrás y el enganche de Racing dibujó una gambeta dentro del área chica y definió al palo derecho de Nicolás Cambiasso, para desatar una sonrisa en cada uno de nosotros. Una maniobra brillante propia de los que realmente todas las noches le dan un beso a la pelota antes de acostarse a dormir. Luego fue Camoranesi quien tocó el balón a la red (con complicidad de Cambiasso) gracias a un centro/pase de Vietto desde la izquierda. Dos asistencias, dos goles. Bien por el pibe. El dominio de la Academia en la primera parte fue total y All Boys solo fue un espectador de lujo que sacó la mejor ubicación para ver como fluía el juego de los graduaditos y viejitos. Con un Centurión que firuleteó todo el partido, como siempre lo hace y se ganó otra ovación ¡Qué pedazo de jugador sos Ricky! En la segunda parte, descontó Fernando Sánchez para All Boys y por ello Racing se despegó de la pelota y se la regaló al conjunto de Pepe Romero, que fue al arco de Saja pero sin ideas. Lo liquidó Villar cuando finalizaba el partido y el clamor popular se burlaba de la desgracia del vecino. Se desató la fiesta, la algarabía. La última función en el Cilindro fue maravillosa. Objetivo principal cumplido. El próximo, para el año que viene tiene que ser el campeonato.
Este torneo Inicial 2012, finalmente el campeón fue Vélez, lo encontró a Racing peleándolo hasta las últimas fechas. Deberá corregir falencias para tratar de conseguir un título el próximo año. Para ello hay que mantener si o si la base y que no nos sorprenda a último momento una venta como la que ocurrió con Viola al inicio de este certamen. Esta vez hay con qué. Hay un proyecto. Si es va a ser por una causalidad y no una casualidad. El futuro es encantador y resplandece la ilusión que nos condena, la vuelta en Avellaneda.