Argentina. Chubut. Mas Ballenas.

 

Recuerdos de mis Viajes por Argentina.

 

 

Estábamos saboreando un cordero patagónico en Punta Norte y ya casi de sobremesa mi guia estrella Paula Ortega me hizo una reseña de lo que nos faltaba hacer para terminar con nuestro recorrido. También era una manera de despedida porque lo que nos faltaba era bastante poco. Como habrá sido mi expresión que me pregunto preocupada, ¿Qué pasa? ¿Te cayó mal el cordero? No, no balbuceaba y ella insistía ¿hice algo que te molesto? No, no, era mi lacónica respuesta. Tu cara de asombro me preocupa, insistió. ¿El recorrido no te gusta? Me quede callado. Decime que querés y voy a hacer lo imposible para que se te cumpla.

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Argentina. Chubut. Maravilloso atardecer. Ellas también lo disfrutan. Fotos: Raúl Solis.

Respire… Respire nuevamente muy hondo. Ahora sí. Mis palabras salieron como a borbotones. Me quede con ganas de más ballenas. ¿Cómo? ¿Cómo? ¿Que eso de que me quede con ganas de más Ballenas? Si mira estuve revisando las fotos y no tengo imágenes que puedan ilustrar mi nota. Excelente excusa la mía. Ocurre que se nublo y con el atardecer no conseguí fotos con buena luz. Además las gorditas me resultaron un poco esquivas. Bueno. Está bien. Está bien. Dejame gestionar y te cuento. Fue su rápida respuesta.

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Argentina. Chubut. Sus aletas delatan su presencia. Fotos: Raúl Solis.

Comenzó con una serie de llamados y mensajes y en pocos minutos me dijo: Esta todo solucionado. Mañana 11.30 tenemos que estar en Puerto Pirámides que hacemos un nuevo avistaje ¡Genia! ¡Genia! Repetía enajenado. Mi alegría era total. La verdad es que me había quedado con ganas de más Ballenas. Es una experiencia singular. Realmente alucinante, es tenerlas tan cerca, tan grandes y tan inofensivas. Es inexplicable, es algo que uno no se puede perder.

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Argentina. Chubut. Su cabeza se asoma en el agua. Fotos: Raúl Solis.

Esa noche repase las fotos nuevamente de mi experiencia anterior y no me parecieron esta vez tan mal pero ya había logrado el objetivo. Estaría nuevamente en el mar al lado de estos seres paradisiacos. Mientras conciliaba el sueño recordaba la charla que tuve con Luis Lepettite, el fotógrafo del “Yelow submarine”. Me conto su experiencia cuando pudo fotografiar el parto de una Ballena Franca Austral. Una de ellas a quien bautizo “Tehuelche” porque tiene una callosidad en la cabeza con la forma de las flechas que utilizaban estos nativos para cazar. Mi ilusión lo confieso era poder encontrarme con ella al otro día.

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Argentina. Chubut. Con medio cuerpo afuera navega suavemente. Fotos: Raúl Solis.

Mientras las caricias del sueño me rodeaban y se apoderaban de mí. Yo casi no oponía resistencia al dios de las sombras. El sueño que todo lo domina y te deja inmovilizado por más que te resistas. Me tenía paralizado. Ya casi no me dejaba moverme, pero no podía sacar de mi mente estas maravillosas criaturas. Son capaces de moverse en el agua como si fueran pequeños pececitos pese a sus 16 toneladas y sus 16 metros de largo. Dan toda la sensación que ellas se divierten con nosotros como nosotros nos divertimos con ellas. Una maravilla que la naturaleza nos permite disfrutar.

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Argentina. Chubut. Una embarcación neumática te lleva al avistaje. Fotos: Raúl Solis.

Un mar calmo muy azul nos recibía con el marco de un magnifico día, muy luminoso e ideal para la fotografía. Ya estábamos montados sobre una embarcación neumática, semirrígida. “El Islas Malvinas Argentinas” de 12. 40 metros de largo y 4 metros de ancho. Con tres motores de 260 HP. Cada uno. Una verdadera maravilla. La navegación muy suave y sin sobresaltos. Pese a todo ya nos rodeaba ese tufillo nervioso y la clásica ansiedad de todos los pasajeros. Todos nos entreteníamos con algo, para camuflar la espera.  Preparábamos las cámaras y disimuladamente cruzábamos los dedos para que nuestras amigas se dejen fotografiar.

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Argentina. Chubut. Navegaban suavemente a la par nuestra. Fotos: Raúl Solis.

A lo lejos había una que nos hacia esa clásica seña, la de un borbollón blanco como si fuera un semáforo que nos dijera “Estoy lista para salir a escena” El Capitán hacia deslizar la embarcación muy suavemente. Yo me entretuve escuchando el dialogo que tenía Luis Lepettite – nuestro guia ballenero- con dos hermosas pequeñas, ambas con cámara en mano se preparaban para el avistaje. Y comenzó el dialogo o el monologo por parte de ellas que en forma continua lo ametrallaban a preguntas ¿No se asustan? ¿Y que comen? ¿Cuándo vienen? ¿Cuándo se van? La lista era interminable y Luis con la mayor paciencia se las iba contestando. Una a Una. Con toda la mansedumbre del mundo y su voz con tono tranquilizador las contenía a ellas y a los que quisieran escuchar en esa pequeña espera.

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Argentina. Chubut. Una lluvia en forma de “V” anunciaba el comienzo del Show. Fotos: Raúl Solis.

La embarcación se puso rápidamente a su lado. Nada se movía, El pasaje en absoluto silencio. Las cincuenta almas con salvavidas y con cara de asombro. Todas con su vista clavada en las azules aguas del Golfo. Y ella sin apuro. Tenía todo el día para hacerse ver. Estaba en diva y se hacía esperar. Todos hablábamos en voz baja. Eso sí sin quitar los ojos de esas aguas transparentes y profundas. De pronto el clásico resoplido y esa lluvia en forma de “V” que anunciaba que el show estaba por comenzar. Nosotros recibimos la descarga eléctrica y la adrenalina movió todo nuestros estímulos y estos a su vez se pusieron resensibles.

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Argentina. Chubut. Buscaba en su cabeza una callosidad en forma de flecha. Fotos: Raúl Solis.

Nos mirábamos con una expresión estupefacta en el rostro. Y nuestras cámaras empezaron a disparar. Saco su enorme cabeza e hizo una movida como un saludo. Yo buscaba en ella la marca en forma de flecha. Quería saber si era “Tehuelche” la misma que me había acompañado en mis sueños. No era. Poco importa. Allí estaba un hermoso ejemplar y muy predispuesta a mostrase. A su lado la cria. Un pequeño de más de cinco mil kilos. El mismo que toma 150 litros de leche por día que su mama le ofrece. Parecían que flotaban y que hacían la plancha. Nadan tan suavemente que no provocan ningún oleaje. Solo la ausencia de alguna estridencia, todo se sucede con un deslizamiento que no producen en el agua ningún estrepito.

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Argentina. Chubut. Sus colas son lo mas preciado para fotografiar. Fotos: Raúl Solis.

Como por arte de magia desaparecen en la inmensidad del mar. Mientras tanto la miraba a Paula la Guia estrella que sin el compromiso de la fotografía se deleitaba con el espectáculo. En el agua con las ballenas y en el barco con nosotros… los humanos. Yo la miraba y le agradecía en silencio de esta nueva oportunidad de estar hoy con las Ballenas nuevamente. Y el show estaba en su pico máximo. Hizo todo lo que cada fotógrafo quiso. Pero algo que saco expresiones de admiración en la platea, es cuando sacaba su cola y la mantenía afuera de todas formas y por un largo tiempo. De esta manera los más lentos en la fotografía también tuvieron su oportunidad.

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Argentina. Chubut. Su cola es un símbolo. Fotos: Raúl Solis.

Por una larga hora hicieron todos los juegos posibles, la embarcación se deslizaba a su lado como si fuera otra cria ¿Mi duda? Quizás era ella la que no se despegaba de nosotros. Ambas, su madre y su cria habían tomado todos los recaudos como para deleitarnos. Parecía que era el momento de hacer los aeróbicos porque hicieron todos, no se olvidaron de ninguna en esa maravillosa rutina que a nosotros nos deslumbro. Pasar por debajo de la embarcación, cambiar de lateral, saltar fuera del agua y hacer una “U” en el aire. Zambullirse y hacer con sus colas un verdadero show de amistad y de destreza. Los turistas totalmente asombrados.

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Argentina. Chubut. Seguía buscando a “Tehuelche”. Fotos: Raúl Solis

Cuando la dejo debajo de la superficie del agua. La pregunta de las más rubiecita de las dos niñas fue un impacto tan importante como el espectáculo que nos brindaban las ballenas. Luis… ¿Ganan mucha plata las ballenas para actuar? Luis se quedó sin respuestas pero lo salvo la otra niña que le hizo otra pregunta tan punzante como la anterior. ¿No nos tienen miedo? Pareciera que tanto en el agua como en la embarcación es un sentimiento que no existe. El respeto es mutuo y hasta se puede decir que existe un sentir de amor y tolerancia. Creo que ellas hacen lo imposible para ser nuestras amigas. ¿Nosotros los humanos hasta cuando seremos sus amigos?…

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Argentina. Chubut. Nadar en el Golfo, nada mas lindo. Fotos: Raúl Solis.

Próxima Nota: Sábado 10/01/2015 – 12 horas.

Río Negro. Viedma. Reencuentro.

 

Argentina. Puerto Madryn.

 

Recuerdos de mis viajes por Argentina.

 

Volvíamos de nuestra recorrida desde punta Norte. Luego de hacer el avistaje de Ballenas y de una maravillosa fauna tanto en la tierra como en el mar. Sin duda un lugar elegido por el creador para alojar a tanta maravilla viviente. Nosotros muy satisfechos de todo lo vivido en la Península Valdés nuestro destino final Puerto Madryn. Mi sentimiento particular era el interés de reencontrarme luego de tantos años con esta querida ciudad. No aceptaba que me anticiparan nada. La sorpresa debería ser total.

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Argentina. Puerto Madryn. La dentadura de una Orca. Terrible. Fotos: Raúl Solis.

Fue muy acertado parar en el Centro de Interpretación. Una moderna y muy cuidada construcción casi en el medio de la nada. Posee un extenso material de todo lo que vimos correteando vivitos y coleando en la Península. La cantidad de fauna salvaje que se encuentra diseminada por todos los caminos es importante. Una magnífica oportunidad de verlos en libertad. Para los más pequeños debe ser única. Guanacos, Zorros Grises y colorados, Choikes – Avestruz patagónico- Zorrinos, Armadillos, Cóndores, Liebres, Maras – Liebre patagónica- y Martinetas. Todas ellas se encuentran diseminadas con claras explicaciones de su hábitat en el Centro de interpretación.

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Argentina. Puerto Madryn. Centro de Interpretación. El esqueleto de una Ballena. Fotos: Raúl Solis.

Asimismo se pueden conocer las especies de la fauna que se concentran en grandes apostaderos a lo largo de la Península. Las salas repletas de distintos protagonistas de la vida marina: elefantes marinos, lobos de un pelo, orcas, ballena franca, delfines y aves como pingüinos, cormoranes de pecho blanco, gaviotas del sur y gaviotones. Me impacto todo lo referido a las Ballenas y la dentadura de las Orcas algo para mi inimaginable. El Centro cuenta con personal capacitado, como así también auditórium y servicios.

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Argentina: Puerto Madryn. Un mar muy azul y en el horizonte Madryn. Fotos: Raúl Solis.

 Se puede acceder a una torre para apreciar la costa del Golfo Nuevo situado a la derecha, y la del Golfo San José hacia el lado izquierdo, es el sector más angosto del istmo Carlos Ameghino una estrecha franja de tierra que une la Península con el continente. Desde la cual se divisan ambos golfos, oportunidad que te ofrece este privilegiado Punto panorámico. Es destacable mencionar que los regímenes de marea, entre ambos accidentes costeros, oscila en alrededor de los 11 metros de diferencia entre uno y otro.

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Argentina. Puerto Madryn. Una ciudad que mira el mar. Fotos. Raúl Solis.

Cuando apareció ante mi vista la ciudad de Puerto Madryn recostada a orillas del Golfo Nuevo, rodeada de paisajes naturales encantadores. Para mí fue de un impacto visual inusitado. Mi expresión fue: ¡Me cambiaron la ciudad! A no dudarlo que fue así. Se ha convertido en un lugar fascinante y es una ciudad costera de inusitada belleza. Su construcción hoy ocupa todos los espacios y especialmente se ha disparado hacia el cielo. Lo disfrutaba atónito y me llenaba de alegría, admiración y orgullo. Muestra como pocas su carácter de cara al mar y así lo simbolizan sus exquisitos barrios de gran belleza arquitectónica. Al noreste de la provincia del Chubut es en Argentina el mayor centro de servicios de la costa patagónica y la puerta de entrada a la Península Valdés, declarada por la UNESCO en 1999 “ Patrimonio Natural de la Humanidad”.

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Argentina. Puerto Madryn. Una costanera muy cuidada. Fotos: Raúl Solis.

 Sus impresionantes paisajes marítimos y su riqueza ecológica son únicos y hace que sus playas reciban miles de turistas en verano, mientras que en invierno se convierten en un paraíso para el ecoturismo. El principal atractivo son las ballenas francas, las cuales han dado fama mundial a la ciudad. Madryn desnuda su esencia turística a través de la calidad y cantidad de oferta hotelera, gastronómica y de servicios en general ¿Cómo resistirse a deliciosos platos realizados a base de mariscos?

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Argentina. Puerto Madryn. El muelle viejo en pleno centro. Fotos. Raúl Solis.

Desde el céntrico muelle Comandante Luis Piedrabuena que lo camine con nostalgia e intentaba recordar si lo había visto lleno de pescadores con sus cañas. Hoy ausentes. Me interesó saber que se pueden observar a simple vista delfines del tipo tonina overa, lobos marinos e incluso la ballena franca austral. El Puerto es uno de los sitios más emblemáticos de la ciudad, es el “Muelle Viejo”, construido en 1909. Hoy es el lugar donde arriban en cada temporada una importante cantidad de cruceros. Una actividad interesante y creciente. Sin duda que el antiguo muelle es un centro de reunión y entretenimiento familiar. Lo pensaba mientras lo caminaba y retornaba hacia mi hotel que estaba muy cercano y a su vez aprovechaba la oportunidad de admirar la ciudad que desde ese punto se presenta muy imponente.

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Argentina. Puerto Madryn. Las embarcaciones se preparan para el buceo. Fotos: Raúl Solis.

Declarada la capital del Buceo. Madryn ha proyectado numerosos arrecifes artificiales que son los lugares elegidos para los tradicionales bautismos submarinos. Esto permite la gran posibilidad de atesorar experiencia de bucear en aguas transparentes – es el centro de buceo más importante del país – En verano siete balnearios, con toda la infraestructura necesaria, son el escenario elegido por los turistas para realizar todo tipo de actividades náuticas como dominar el viento sobre una tabla de windsurf, el Mountain bike, trekking, sandboard, cabalgatas y paseos náuticos La variada gama de actividades que aquí es posible desarrollar conforman el espíritu de Puerto Madryn.

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Argentina. Puerto Madryn. Hasta allí legan grandes Cruceros. Fotos: Raúl Solis.

Todos los deportes pueden ser comunes a otros sitios, pero pocas veces se unen a un escenario tan bello y atractivo como el ofrecido por el Golfo. Unidos por el contraste de colores y abruptos acantilados interrumpidos por extensas playas. Tenemos que agregarle: Museos, sitios históricos, vida nocturna, numerosas agencias receptivas y la cercanía con los principales atractivos y localidades de la región, complementan una alternativa de excepción que seguramente sorprenderá al visitante.

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Argentina. Puerto Madryn. Importante gastronomía. Cantina “El Náutico”. Fotos: Raúl Solis.

Avanzaba la tarde y salimos a recorrer la avenida costanera y a medida que avanzábamos mi asombro no tenía fin, La edificación y los hoteles cinco estrellas parecían que me saludaban a nuestro paso. Recuerdo vagamente el contraste. Antiguamente en la playa había un gran estacionamiento de trailers y casas rodantes que estaban estacionados todo el año. Todo eso paso al otro lado y se convirtieron en ladrillos. La playa está totalmente limpia. Llegamos a Punta Cuevas, la vista panorámica y el Monumento al indio Tehuelche. Este marca el fin del paseo. En un costado el Camping del Automóvil Club allí estuvimos alojados ya hace mucho tiempo. Desde este punto constituye una muy buena vista panorámica del golfo y la ciudad. El nombre del lugar se origina en las profundas cavidades que descubre la bajamar, y que se aprecian desde la playa.

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Argentina. Puerto Madryn. El Indio Tehuelche marca el final del paseo. Fotos. Raúl Solis.

Si bien las costas de la ciudad no son de canto rodado y no son tan profundas. Las Ballenas tienen por costumbre pasearse en pleno centro de Madryn. Desde las avenidas principales se las pueden observar saltando, mostrando la cola o simplemente transitando muy cercanas a la costa. Este es uno de los privilegios que pocas ciudades del mundo deben tener. Frente al mar hay varios hoteles, restaurantes y bares desde donde se pueden observar. Incluso, es común para los madrynenses escucharlas de noche emitiendo sus sonidos característicos.

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Argentina. Puerto Madryn. El muelle viejo en un atardecer. Fotos: Raúl Solis.

Como si esto fuera poco hay una playa “El Doradillo” muy cerca de la ciudad que permite compartir momentos con ellas desde la costa. Es esta una interesante alternativa no solo por su cercanía sino también por su bajo costo que lo pone al alcance de todos. Esta Playa distante a escasos 20 Kms. de Puerto Madryn fue declarada área protegida municipal en el año 2001. Resguarda el paisaje terrestre y marino que se extiende desde Punta Arco hasta Cerro Prismático, a lo largo de 30 kilómetros de costa.

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Argentina. Puerto Madryn. Las playas inmensas para disfrutar. Fotos: Raúl Solis.

Allí se albergan como si fuera una casa Maternal año a año ballenas madres y sus crías en su búsqueda de aguas calmas. Es así que encontraron este maravilloso lugar. Donde ellas pueden permanecer plácidamente a 20 o 30 metros de distancia, permitiendo de esta forma verlas sin necesidad de navegar y lo más importantes que son miradores naturales. Los mejores meses son de Junio a diciembre.

Es una cuestión de suerte encontrarse en sus playas en el momento indicado. La hora ideal para ver a las ballenas es el momento en que empieza a subir la marea. Debemos ser pacientes y esperar a que estos increíbles mamíferos decidan acercarse. Recuerdo las sabias palabras de Luis Lepettite- el domador de ballenas-¡Paciencia! ¡Paciencia! Ya van a aparecer y cuánta razón tenía.

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Argentina. Puerto Madryn. Las Ballenas disfrutan el atardecer. Fotos: Raúl Solis.

En mi caso no tuve la suerte de verlas pero lo dejo como materia pendiente para una próxima visita. Debe ser una sensación totalmente distinta estar en tierra firme y ver a estas hermosuras saltar y hacer travesuras al alcance de la mano. Por eso, avistar las ballenas desde esta playa resulta un espectáculo único y singular. Es uno de los pocos paisajes en que se puede realizar avistaje de ballenas francas desde la costa. En esta playa, que es elegida por sus aguas calmas y más cálidas que el resto del océano, las hembras se acercan a parir sus crías y amamantarlas. Me lo tengo prometido es un espectáculo que no me lo quiero perder…

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Argentina. Puerto Madryn. Las Ballenas se muestran en el centro de Madryn. Fotos: Raúl Solis.

 

 

 Próxima Nota: Sábado 20/12/2014 – 12 horas.

“Argentina. Chubut. Mas Ballenas”

 

 

 

Argentina. Península Valdés.

 

Recuerdos de mis Viajes por Argentina.

 

Atrás dejábamos Puerto Pirámides y la inolvidable gran experiencia que fue el encuentro con las Ballenas. Estas extrañas criaturas nos habían recibido en el living de su casa… El Mar. Lo hicieron como si verdaderamente fuéramos amigos y nos mostraron orgullosamente a su cría. Este sí que es un día para no olvidar. Lamentablemente debíamos dejar esa hermosa Villa y ponernos en marcha detrás de nuestro ambicioso programa. Ya montados en el auto. Mi guia personal: Paula Ortega. Me hizo una breve reseña de lo que nos esperaba en las próximas horas. Detalles sobre la amplia recorrida por la Península. La había programado de manera que esa noche termináramos en el “Faro de Punta Delgada”

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Argentina. Puerto Pirámides. Las embarcaciones vuelven luego del avistaje de ballenas.

Atrás dejábamos la playa y nos internábamos en el Continente. La tarde se sentía derrotada ante el avance de las sombras. El sol indignado no quería dejar de ser el protagonista y su cara roja de ira teñía el cielo en un juego de luces multicolores. Pese a la resistencia que encontraron, las sombras se adueñaron de la situación y la noche buscaba su quietud. Los únicos privilegiados nosotros que disfrutábamos de un gran espectáculo… el atardecer.

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Argentina. Península Valdés. Atardecer en el Golfo Nuevo. Fotos: Raúl Solis.

El camino de ripio nos recibió con toda su incomodidad. La tierra invadía el habitáculo del auto y se hacía participe obligado de nuestra excursión. Nuestras narices incomodas con la intromisión de este invitado de tierra. Los golpes en los guardabarros provocaban sobresaltos. Ese fuerte sonido era provocado por las piedras sueltas del camino, parecían que los querían perforar. A partir de ese momento empezamos a estar acompañados en la soledad. ¿Por quién? La fauna autóctona del lugar. Una verdadera maravilla y una abundancia notable. Sin duda la buena protección que tiene la Península a través de los años ha surtido efecto. Es una lástima que con la Pesca Deportiva en todo el país no se pudo lograr.

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Argentina. Península Valdés. La Punta Pirámides en todo su esplendor. Fotos: Raúl Solis.

Una frenada inesperada nos sorprendió dándole suspenso al viaje. El coche derrapo en el ripio y la nube de polvo que nos invadió fue terrible. Mientras nos agarrábamos de donde podíamos le preguntábamos a Marcelo, nuestro chofer ¿qué había pasado? Es que se me cruzo un grupo importante de copetonas que se paseaban en la oscuridad. Nosotros ya las divisábamos corriendo y exhibiendo su copete muy orgullosas.

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Argentina. Península Valdés. El crepúsculo maravilloso. Fotos: Raúl Solis.

Mientras nos reponíamos y levantábamos las cosas caídas. Vimos detrás de la polvareda el brillo de unos ojos que nos llamó la atención. Una tropilla de guanacos cruzaba el camino y no precisamente por la invisible senda peatonal. Es por ello que extremamos la precaución para transitar los 80 Km que nos separaban para llegar a Punta Delgada. Los zorros, maras y liebres se cruzaban por delante de las luces de los faros con su velocidad característica de un lado a otro.

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Argentina. Puerto Pirámides. Cuidando su magnifico Reino. Fotos: Raúl Solis.

Nos acerábamos a nuestro destino y el Faro de Punta Delgada nos recibía con su señal característica de “prende y apaga”. Nos acomodamos en la habitación y el lugar del encuentro era el coqueto Restaurant. La elección de los platos y un buen vino nos acompañó. Yo elegí una “Reunión de Mariscos y unos fideos con salsa de langostinos, para hacerle honor al lugar.

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Argentina: Faro de Punta Delgada. “Una reunión de Mariscos” Una delicia. Fotos: Raúl Solis.

Nos sentamos al aire libre mientras saboreamos un “Etiqueta Negra on the rock”. Observábamos el cielo que estaba especialmente adornado como un árbol de Navidad con una infinita cantidad de luceros que parpadeaban con signos de amistad. Detrás de cada una de esas luces un amigo o un ser querido me guiñaba un ojo como símbolo de complicidad y las estrellas se multiplicaban. El silencio me invadía el espíritu. Ese silencio que se puede escuchar de tan profundo que es. Me sentía invadido en cuerpo y alma. Este es mi país y va seguir siéndolo mientras existan lugares como este… donde existe la paz.

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Argentina. Faro de Punta Delgada. Un alerta para los navegantes. Fotos: Raúl Solis.

Luego del desayuno caminamos hacia la costa para ver los Elefantes marinos, que todavía no habían arribado en su totalidad y se encontraban las madres con sus crias pequeñas. Cargamos nuestras valijas y salimos hacia Punta Norte. El ripio y la tierra nos acompañaban mientras avanzábamos por un camino muy cercano a la costa. Una maravillosa mañana permitió que observáramos la cantidad de fauna salvaje que se encuentra diseminada por la Península. No recuerdo haber visto tanta en libertad en otro lugar. Guanacos, Zorros Grises y colorados, Choikes – Avestruz patagónico- Zorrinos, armadillos, Cóndores, liebres, Maras – Liebre patagónica- y Martinetas. En el mar la Península se caracteriza por tener una fauna increíble pero en tierra firme tiene una población que es digna de ser destacada y Promocionada. Es única.

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Argentina. Península Valdés. En el horizonte “La Caleta Valdés”

Ya estábamos divisando la “Caleta Valdés” viajando de sur a norte tiene una boca que lo pone en contacto con el mar Argentino. Esta lengua de tierra que se interpone entre el mar y la costa, te acompaña unos 35 km de extensión. Llegamos a la estancia “La Elvira” y estuvimos fotografiando su hermosa costa, Elefantes marinos y Pingüinos. Aquí en Punta Norte en los meses de fin de marzo y principio de abril es posible ver Orcas. Un sangriento y duro espectáculo pero que no deja de ser el llamado de la naturaleza. La necesidad de la alimentación, de esa manera la producen con toda crudeza. Apenas retomamos la ruta nos pusimos en marcha hacia dónde nos prometieron un cordero al asador y esta era la hora que no sentíamos particularmente atraídos por el Lugar.

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Argentina. El Faro de Punta Delgada. Los corderos se preparan para el almuerzo. Fotos: Raúl Solis.

Sin previo aviso se nos cruzó una manada de guanacos a toda velocidad unos 10 o 15 ejemplares adultos hicieron demostración de su estado atlético, algunos de ellos saltaron limpiamente los alambrados. Pero era notable su velocidad ¡Tenían el diablo adentro! Seguramente vieron la imagen de los nativos “Aoniken” que en otros tiempos los perseguían para su caza. Esta población autóctona poblaba este territorio. Para ellos esta especie fue muy importante para su subsistencia, alimentación y abrigo. Todo fue tan rápido y tan llamativo que ninguno atino a sacarles fotos.

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Argentina. Punta Norte. Los elefantes marinos y sus crías. Al fondo el canal de ataque de las Orcas. Fotos: Raúl Solis.

Al fin llegamos a la estancia San Lorenzo, muy cercana a la Punta Norte. Allí visitamos la Pinguinera, comprobamos que muy lejos del mar es decir del alimento. Había cuevas y en ellas un guardián de los huevos o de las crías pequeñas. Estas familias se aparean y buscan un lugar donde toda la colonia hace sus nidos. Como en un barrio Privado. Los nidos sin alambrar seguramente para chismear y hacer más llevadero las espera de 42 días para dar luz a las crias. Su casa es por demás rústica, pero allí recibirán a sus hijos. La pareja de pingüinos mantienen su relación para procrear y permanecen idílicamente unidos para lograr este objetivo. Un importante motivo para prolongar esta unión y para ayudarse en esta dulce espera.

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Argentina. Punta Norte. Estancia san Lorenzo. Importante colonia de Pinguinos. Fotos: Raúl Solis.

Los huevos de la pareja que generalmente son dos están siempre custodiados así como la cria. Una vez que esto sucede, a los padres se les produce una problemática muy mundana. Es quien va al Supermercado a hacer las compras y quien se queda con las crias. Es una maravilla verlos en esta ceremonia de la alimentación. Uno de los miembros de la pareja es el destinado a cuidar el nido con su contenido y el otro realiza una caminata hasta el mar. Es evidente que puede ocurrir a cualquier hora Es maravilloso verlos cuando lo realizan, Con su cuello erguido y pasitos cortos tal como están acostumbrados a caminar.

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Argentina. Punta Norte. A los arrumacos para convencerla de vivir juntos. Fotos: Raúl Solis.

Enfilan solitarios hacia el mar, como quien va a comprar el diario. Lentos pero sin detenerse. Algunos van muy cerca de otro como si fueran vecinos. Quizás contándose cosas de la vida. Si uno se detiene a observar va a ver una cantidad importante de ellos que van caminado hacia el mar. Y otra que viene de él. Provocando un tránsito interminable. Tal cual hacen los matrimonios de humanos. Uno se da un chapuzón mientras el otro se queda cuidado la sombrilla es decir el espacio y sus pertenencias. Los que vuelven son  fácilmente identificables por su dirección y el plumaje mojado.

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Argentina. Península Valdés. El azul del Mar Argentino. Fotos: Raúl Solis.

Por fin llegó la hora señalada. Saborear un cordero patagónico. Allí sentados en su comedor que estaba atestado de turistas. Visité como es mi costumbre primero a el asador- tratamos de hacernos amigos- Luego a los dueños y ya en la mesa, saboreamos una picada estilo campo y una empanada. Todo muy rico. Pero mi subconsciente que es intratable. Decía: Vamos basta de demoras que venga el Cordero de dios y que me quite los pecados del Mundo.

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Argentina. Punta Norte. Estancia el Carmen. El cordero listo para comerlo. Fotos: Raúl Solis.

 

 Próxima Nota: Sábado 13/12/2014 . 12 horas.

“Argentina. Puerto Madryn”

 

Argentina. Chubut. Ballenas.

 

Primer Encuentro con la Ballenas:

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Argentina. Chubut. La Ballena Franca Austral. ¿No sé porque me dicen cabezón? Fotos: Raúl Solis.

Invitado bajo los auspicios de Antonio Torrejón, preparé mi viaje a la Península Valdés. Ultime los detalles sobre todo para llegar a horario a aeroparque. Salí en el transfers con muchísima anticipación. Mi temor…Piquetes, atascamiento en la autopista. Etece. Etece. Los dedos cruzados por si acaso e íbamos avanzando en nuestro recorrido. Sin sobresaltos. Llegue muy temprano. Check inn. No había electricidad para el uso de la computadora. No es nada, pasa en las mejores familias. Quince minutos de atraso. Ya estaba arriba listo para embarcar, saboreando mi visita a la Península. Ocurrió lo inesperado o lo esperado. Se escuchó una voz ceremoniosa. ” Pay attention please” –  “Preste atención por Favor”. Huelga de no sé quién ¿? No hay vuelos…Dos horas de atraso.

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Argentina. Chubut. Caminando por las Playas de Puerto Pirámides al encuentro del “Yellow Submarine”. Fotos: Raúl Solis.

La joven que me recibió de la Secretaria de Turismo y Áreas Protegidas de la Provincia del Chubut, fue quien me organizo el viaje. En esta ocasión acompañada de Claudio a partir de ahora nuestro chofer. Me habían estado esperando con mucha impaciencia, soportando el retraso de mi arribo en el aeropuerto de Madryn. Saludos pecho de paloma, casi al vuelo y sin protocolo. Paula Ortega “La guia” asumió su rol y dijo: ¡Vamos! ¡Vamos! No perdamos tiempo que no llegamos a el avistaje de las Ballenas en el ”Yellow Submarine”. Debemos apurarnos. A lo que acoto Claudio: De llegar a tiempo me encargo yo. Salimos disparados hacia el auto.

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Argentina. Chubut. “El Yelow Submarine” y sus dos potentes motores. Fotos. Raúl Solis.

Allí comenzamos los aprontes para conocernos. La desesperación por contarnos cosas de nuestras vidas y hacer un reconocimiento individual exprés, nos permitió establecer un dialogo, eso sí de locos, todo entrecortado y lleno de palabras encimadas. Es que me habían preparado un programa muy intenso para que en menos de cuatro días conociera la Península, sus habitantes, su historia, bla, bla, bla.

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Argentina. Chubut. Las Ballenas pasean con sus crías. Fotos: Raúl Solis.

Para ello debíamos convivir estos cuatro días… Pensaba… con lo difícil que es hoy convivir. No nos esperaba una tarea fácil. Paula se sintió un poco desplazada. Es que no le permitíamos meter bocado. Cuando se produjo un pequeño silencio… arranco y no paro de hablar y dar indicaciones hasta llegar a destino.

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Argentina. Chubut. Con un raro movimiento en el agua marcan su territorio. Fotos. Raúl Solis.

Me hizo una reseña de la Península, de las Ballenas, de lo que íbamos a conocer en estos días, con el ambicioso plan que había preparado de manera de aprovechar mi visita. Detalle de lo que íbamos a comer. Yo pensaba en un cordero patagónico y me relamía. Claudio concentrado ahora sí, en la ruta. Mientras la jefa le recordaba que no quería perder la posibilidad de hacer nuestro primer acercamiento a las Ballenas. Bla. Bla. Bla.

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Argentina. Chubut. Su B.B. de mas de 5.000 Kilogramos. siempre a su lado. Fotos. Raúl Solis.

Mientras entrabamos a destino. Puerto Pirámides. Yo Buscaba y rebuscaba en mi memoria, para saber si podía reconocer el lugar. El automóvil bajaba raudamente. La vista era hermosa. Ante nosotros la bahía y el mar intensamente azul como fondo. Revolví y revolví en mi oscura memoria y nada. Nada era parecido en lo que yo había guardado de él. El camino asfaltado y la entrada a Puerto Pirámides, me cambio la película. Esto es totalmente distinto a lo que conocí. Es una hermosa villa y en el fondo el inconfundible azul, el auténtico azul del mar. Era la pincelada maestra del artista en este cuadro de magnifica belleza.

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Argentina. Chubut. Su magnifica Cola. Todo un símbolo. Fotos: Raúl Solis.

Habíamos llegado con el tiempo justo. Estirar tímidamente las piernas…Un suspiro y a llenar los pulmones de ese aire puro y fresco que nos ofrecía la orilla del mar. ¿Olor a sal? Ya estábamos caminando por la playa. Apurados nos íbamos colocando los salvavidas. El Submarino Amarillo estaba atento y preparado en la playa sobre la arena. En él haríamos el avistaje de las Ballenas. Montado en su tráiler nos esperaba, todo dispuesto para sumergirse. Su figura es imponente, no dejaba de ser una gran ballena pintada de colores estridentes. El personal embarcado nos recibió con un cariño muy particular y nos hizo sentir a todos muy seguros.

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Argentina. Chubut. Luis Petitte, de las ballenas conoce todo.Fotos: Raúl Solis.

Luis… El fotógrafo de a bordo llevo la voz cantante y se ocupó de darnos las explicaciones de seguridad. No hay bar y no hay comida para no ensuciar el agua dónde habitan nuestras amigas. Las ballenas tienen en él un aliado. Pocas veces escuche hablar a un ser humano con tanto amor como lo hizo él. Su conocimiento sobre ellas es muy amplio y no es nada perezoso todo lo cuenta y lo vuelve a contar tantas veces como sea necesario. Para no andar con muchas vueltas nos dijo: Pregunten. Pregunten. Que si no conozco la respuesta…la invento.

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Argentina. Chubut. Maravilloso atardecer. Ellas no se lo quieren perder. Fotos: Raúl Solis.

A decir verdad desde la noche anterior que tuve una rara sensación en todo mi cuerpo y mi mente. Ni triste, ni alegre, melancólico…quizás…ansioso…La palabra justa. Pero ya. El Yellow Submarine había soltado su tráiler navegaba solo empujado por dos motores con 500 HP de furia. La mitad de su cuerpo sumergido. Allí radica la gran diferencia. Permite la observación a cielo abierto y si no debajo del agua a través de 40 ventanas, distribuidos a ambos lados. Su navegación es muy suave e imperceptible, lo que le da al observador una tranquilidad absoluta y le permite tener sus cinco sentidos en la aparición de la “Ballena Franca Austral”

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Argentina. Chubut. Desde las ventanas podemos observar debajo del agua. Fotos: Raúl Solis.

La maniobra de entrada y salida del agua es muy particular. Se encuentra en tierra sobre un tráiler gigantesco, donde está depositado. Un vehículo que lo empuja con su cama y sus habitantes, todo hacia el agua hasta que flota y allí lo suelta. Se ponen en marcha los motores logrando una total independencia. Desde abajo la vista es sorprendente. Un pasillo largo con ventanas cada una con su asiento. Esto permite ver al agua y en un futuro las ballenas en su propio hábitat. A través de ellas te invade un color verdoso con impurezas, seguramente seres vivos que deben ser el alimento de las Ballenas. El color más oscuro resalta cuando miramos hacia arriba y una fuerte transparencia más clara te invade porque viene desde el exterior.

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Argentina. Chubut. solo me dejo flotar para que me miren. Fotos. Raúl Solis.

Ya habíamos visto a lo lejos un clásico movimiento que provocan ellas en el agua. Hacia allí fuimos. Estábamos todos expectantes y en silencio. El encuentro era inminente. Nuestra primera Ballena estaba casi al alcance de la mano. El capitán comenzó el acercamiento. Lo hizo por uno de sus laterales. Busco la deriva del agua. Sus motores regulando. Pareciera que su ronroneo les encanta a estas maravillosas criaturas. La embarcación no sé si empezó la aproximación o ella se acercó a nosotros. Pasamos de observadores a ser observados. Nuestros pechos explotaban. Casi no respirábamos, nos mirábamos atónitos y nuestros ojos fijos en el agua. La espera era eterna todos esperando el momento en que apareciera en la superficie…

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Argentina. Chubut. Te saludo con la “V” de la Victoria. Fotos: Raúl Solis.

…Y sucedió. Primero un fuerte resoplido y el agua en forma de lluvia cayó sobre la superficie y apareció su cabezota gigante. Nosotros queríamos hacer todo a la vez. Verla, sacarle fotos y a su vez salir de nuestro asombro. Este era nuestro bautismo. Nuestro primer contacto con la Ballena Franca en aguas de Península Valdés. Una maravilla. Nosotros también resoplamos y permitimos que el aire que retenían nuestros pulmones saliera con un resoplido similar. Nos mirábamos muy turulatos pero esta vez… con una sonrisa.

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Argentina. Chubut. Su cola preparada para ser disparada. Fotos: Raúl Solis.

Según Luis no estaba muy confianzuda, se dejó ver poco, apenas su cabezota y parte de su lomo. Mucho menos fue su cría que apenas se asomó. Parecía vergonzoso de tanta exposición. Rápidamente se fueron hacia su gran escondite. El Agua. Se escuchó nuevamente la voz de Luis – el domador de ballenas- Con su dulce y cantarino tono nos volvió a repetir sabias palabras ¡Paciencia! ¡Paciencia! Ya van a aparecer nuevamente. Cuánta razón tenía. Pero quien contenía precisamente nuestra… Impaciencia.

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Argentina. Chubut. Cuanta Paz y alegría transmite este lugar. Fotos. Raúl Solis.

 Estábamos todos amontonados sobre una borda, no nos queríamos mover. Conteníamos la respiración. Nuestros ojos clavados en el agua y todos querían tener el poder de traspasar su contenido. Queríamos ver debajo de ella. Nuestro dedo índice acariciando el gatillo de la máquina de fotos por supuesto. Se hacía rogar. Hizo su aparición nuevamente esta vez nos mostró toda su cabeza pero él bebe no quiso aparecer. Seguramente estaba despeinado.

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Argentina. Chubut. Que placer nadar en este atardecer. Fotos: Raúl Solis.

El Yellow Submarine flotaba lánguidamente en las azules aguas del Golfo. Pasaban los minutos y ningún movimiento. Nos mirábamos desorientados y el capitán también. Él oteaba el horizonte, todos mirábamos para todos lados. Nada. A 300 metros en la lejanía apareció su cabezota. La proa apunto hacia ella y el capitán le bajo los bigotes a los aceleradores. En un instante navegábamos a la par, era evidente que nos estaba esperando. Ya éramos como amigos y en agradecimiento esta vez se mostró casi de cuerpo entero. Inmediatamente emergió su cria. Pero estaba vez no estaba detrás de su madre estaba lateralmente adelante de ella. Se mostró durante unos instantes con medio cuerpo afuera. Había perdido el temor. No es para menos con semejante mamá.¡ Quien no se hace el valiente ¡

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Argentina. Chubut. Su cola en todo su esplendor. Fotos: Raúl Solis.

Brasil. Porto Belo. Viaje en el barco Pirata.

 

Recuerdos de mis Viajes por Brasil.

 

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Brasil. Porto Belo. Las playas son una delicia.

Bajamos desde la elevación donde estába instalado nuestro “Hotel Morro do Sol” y en pocos minutos estuvimos en el Porto do Piratas. Apenas si nos dieron tiempo de conocer y fotografiar las hermosas playas de Porto Belo. Sin aviso fuimos atacados por los Bucaneros. Que con estruendosos cañonazos se acercaban al muelle. No nos hicimos esperar y nos fuimos embarcando en él. La navegación fue más que placentera.

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Brasil. Porto Belo. El barco Pirata listo para partir.

Nos encontramos con un Atlántico desconocido si lo comparamos con el nuestro. Hacer esa navegación en Mar del Plata no es nada placentera. A pesar de que también tiene su encanto. Aquí el color verde le da una belleza muy particular. Todo el pasaje se movía como si estuvieran en tierra firme. Un lujo. Empezó la música y esto marco el comienzo de los festejos. La idea era recorrer la Costa Esmeralda. Una sucesión de balnearios que conforman este recorrido. Todas ellas muy conocidas: Itapema, Porto Belo y Bombinhas.

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Brasil. Porto Belo. Pintorescas embarcaciones sobre la Playa.

Con el barco en movimiento comenzó la alegría, para ello nada mejor que la buena música a todo volumen y la aparición del cásico personaje. “El Pirata” con un muy buen estilo deportivo, anchas espaldas, muy buena altura y para colmo “Negro”. Llenaba las expectativas de todas las mujeres sin límites de edad. Haciendo abuso de su físico y su autoridad, en el barco se trepaba por distintos lugares provocando los suspiros de la hinchada femenina. Ellas se adueñaron de todo. Sus fantasías más extremas dieron rienda suelta a sus bailes que una vez desinhibidas lo hacían en forma provocativa.

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Brasil. Porto Belo. Empezó la música y la diversión.

Micrófono en mano nos fue dando explicaciones y datos de los lugares que íbamos visitando. Rápidamente convoco a su público y les hizo hacer movimientos sensuales, típicos ejercicios de gimnasios con muy buena música. Mientras tanto los del sexo masculino totalmente celosos ¿? Al borde del suicidio nos refugiamos en la Caipiriña que el capitán del barco, nos hacía en un bar habilitado para estos casos extremos. Poderoso el trago a tal punto que al segundo muchos le ofrecían dinero al señor Pirata para que se lleve a sus mujeres. Pero la negativa rotunda de este evidenciaba que ya estaba escarmentado. Seguramente lo había hecho y les resultaron inmanejables.

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Brasil. Porto Belo. El entretenimiento en el agua a pleno.

En el medio de la mar la embarcación se detuvo y les dio las posibilidades a los navegantes que se dieran un chapuzón, muy bien pertrechados con salvavidas y un flotador cilíndrico, hecho con espuma de poliuretano con celdillas cerradas. Con un telón de mar de color verde se pobló rápidamente de estridentes colores, gritos, risas que siempre traen acompañados el divertimento en el agua. En algunos casos era acompañado por algún alarido, que emitían los que elegían la vía rápida de acceso al agua por medio del tobogán. Ya entusiasmados con el baño remoloneaban para subir ante el llamado del capitán.

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Brasil. Porto Belo. Las playas tienen un encanto muy particular.

Seguimos con nuestro viaje hasta dónde luego retornaríamos y les permitió una nueva oportunidad de zambullirse en las tibias aguas, muy transparentes. Nuevamente se sucedieron los juegos y la diversión de los turistas. Mientras tanto la tripulación nos iba agasajando con las frutas tropicales muy heladas, que venían como un bálsamo ante la temperatura que ya se hacía notar. Laranjeiras, melancia y abacaxi desparecían como por arte de magia.

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Brasil. Porto Belo. La parranda a bordo continuaba.

Viajábamos por el mar de Porto Belo con una importante temperatura, apaciblemente, los pasajeros muy relajados. Los ánimos con el chapuzón se habían aquietado. Cada uno buscaba un lugar para descansar y si era posible a la sombra. Hasta que el bendito Pirata bien Pirata por lo malo. Subió corriendo al puesto de mando y con una voz entrecortada y en portuñol. Vociferaba. ¡Atenzao! ¡Atenzao! Está aconteciendo algo muy especial y la razón debe ser porque Uds. son Periodistas. Nuestro capitán a pesar de los años que tiene en el mar nunca le paso nada igual. Nuestras expectativas eran muy grandes y no podíamos esperar tanto suspenso…

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Brasil. Porto Belo. ¡Atenzao! ¡Atenzao!. Una Ballena.

Por si acaso todos sigilosamente preparábamos las cámaras fotográficas. Don Pirata insistía con la intriga provocando una tensión intensa. Por favor miren algo que nunca ocurrió. Allí a la derecha apuntando con su dedo índice y oteando el horizonte. ¡Una Ballena! Exclamo con su voz compungida por la emoción y volvió a repetir ¡Hay una Ballena! Se imaginan una multitud de periodistas de distintas partes del mundo. Todos. Todos. Querían tener la mejor foto.

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Brasil. Porto Belo. Los chapuzones en el agua deleitaban a los pasajeros.

Fuimos en manifestación hacia la derecha. Nuestros ojos clavados en el agua. Peleando cuerpo a cuerpo un lugarcito sobre la baranda. Casi provocamos una vuelta de Campana, con todo el peso sobre una borda. Las cámaras fotográficas se prendían fuego. El disparador se recalentaba. Fueron unos segundos. El motor de la embarcación no había bajado su marcha. Me pareció extraño pero no sacaba mis ojos del objetivo, De pronto un “mala onda” grito: ¡Bromista! No se equivoquen… es una piedra.

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Brasil. Porto Belo. Otra embarcación Pirata buscando pleitos.

Todos lo miramos de reojo, muy lentamente y con mucha calma abrimos el que teníamos cerrado, sin sacar el otro del visor de la cámara. Malhumorados, eso sí. Y de la otra punta otro mala onda gritó. ¡Tiene razón es una Piedra no ven que no se mueve! Poco a poco fuimos sacando el ojo del lente y muy desconfiados abrimos definitivamente el que manteníamos cerrado. Y tuvimos que aceptar que todo era una simple broma. Muy buena broma y nos divirtió por un buen rato.

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Brasil. Porto Belo. La isla guarda un encanto muy particular.

La hora del mediodía nos ponía un poco inquietos pero por suerte ya avistábamos la Isla de Porto Belo. Una belleza natural. Allí nos esperaban muy cerca de la playa para almorzar. La aproximación al muelle se hizo con una maniobra perfecta del Capitán “Pirata”. Nos recibían aguas transparentes, arenas muy rubias y suaves. El plan era un almuerzo en mesas servidas prácticamente en la Playa con buena sombra. El calor ya apretaba nuestras dilatadas gargantas.

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Brasil. Porto Belo. La isla permite un tiempo para la coquetería femenina.

Por suerte que con gran criterio y para matar la ansiedad empezaron a circular las ¡Caipiras! Heladas y muy gustosas. Nos encontró desprevenidos y sedientos. Enseguida agotamos las existencias. Al fin llegó la orden y rápidamente nos fuimos sirviendo las delicias que el Chef nos había preparado. Por supuesto que las rubias y espumosas brasileras decidieron acompañarnos. Cada uno eligió como hacer la digestión. Debíamos volver para descansar y preparanos para la conferencia prevista para esa noche.

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Brasil. Porto Belo. ¡A comer! La mesa esta servida.

Foro Internacional de Turismo.

 En la sala de conferencias del Hotel morro do sol se daba inició al “Segundo Encuentro Internacional de Jornalistas de Turismo” – Porto Belo- Santa Catarina- Brasil. La sala estaba colmada cuando el presentador inicio el foro. Fuimos abriendo el fuego ante el silencio de más de 200 asistentes. Empresarios, ciudadanos interesados en el tema y una importante cantidad de jóvenes, muchos de ellos estudiantes. Fui elegido entre mis colegas para disertar, lo que hice con mucho éxito. Y abordé temas referidos al Turismo. Para los infaltables brindis lo hicimos por el compromiso de no faltar el año que viene.

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Brasil. Porto Belo. Segundo encuentro Internacional de Jornalistas de Turismo. Fotos Marta ^Paoli.

 

Próximo estreno:  sábado 27 de setiembre 12 horas.

” Brasil. Y explotó Porto Belo”.