En Cuba pasear es una Fantasía

 Recuerdos de mis Viajes por Cuba

 

El aire caliente golpeaba mi cara cuando raudamente salimos hacia la Habana Vieja, los olores, colores y sonidos del malecón resonaban sobre el asfalto. Seis cilindros en V- nafteros – hacían un repique de válvulas muy particular. Sonaban armónicos como una clave cubana -Palitos sonoros- marcaban la cadencia muy acompasadamente. Ese motor sonaba como una afinada orquesta. Que placer daba escucharlo.

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Cuba. El lujo del Meliá Cohiba te ayudan a fantasear.

Todo el atlántico, parecía querer meterse en el habitáculo del auto descapotado y este a su vez me permitía saborear el atardecer ya casi noche. La realidad del momento me cacheteaba descaradamente con un baño de romanticismo de los años cincuenta. Es el momento crucial de remoloneadas despedidas entre la encandilada luz del sol y la suave y tenue sombras de la luna.

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Cuba. La Habana. Pasear en ellos es una verdadera fantasía.

El crepúsculo es un misterio que se celebra en todas las playas del mundo. El sol y la familia permiten que silenciosamente entren las brujas. El alcohol… la música y el olor de ese perfume encantador que suelen usar las diosas de las sombras sobre su piel.

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Cuba. Sus cuidadas playas son un símbolo de placer.

Un momento que disfrutaba a pleno montado sobre un coche azul y blanco- convertible- brillante y reluciente como un último modelo. Totalmente reacondicionado y conservado… casi un 0 kilómetro. Diríamos como mi mujer, cuidada, conservada… pero bien usada. Me transportaba hacia el centro viejo de la Habana. Qué maravilla, medio siglo de reminiscencias. Muy romántico e Inolvidable.

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Cuba. Un mojito y buena música compañeros ideales.

Es un paseo que no te lo podes perder, viajar en estos coches antiguos que pertenecen al no tan pasado. En una época en el que se consumía más nafta que ron.

La música nos envolvía con su encanto, sonidos que se mezclaban con el mar, el son cubano y los motores de los vehículos. Las siluetas del malecón eran cada vez más numerosas, parecían menos visibles, mucha piel oscura y muy poca luz. El volumen aumentaba de este maravilloso cóctel de sones Cubanos que se colaba entre el ruido de los automóviles, bongos y guitarras… repiqueteaban sin cesar.

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Cuba. Una recorrida por las Marinas de la Habana. El Marlín te entusiasma.

 El caribe en todo su esplendor, mar, sal y palmeras y las contorneantes caderas de las Cubanas que interpretan su propia música…sexual y salvaje. El condimento ideal para adornar el interminable malecón.

Viajé desde el “Hotel Meliá Cohíba” hasta el centro viejo de la Habana, cada vez menos viejo y cada vez más remodelado. El turista se sorprende ante tanta cantidad de vehículos antiguos que funcionan maravillosamente y cuyos motores suenan como el mejor grupo de salsa. Sus colores estridentes y sus cromados con su mejor esplendor.

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Cuba. La Habana. Es bueno buscar un buen apoyo cuando salís de la Bodeguita del Medio.

Para no ser menos iba montado en un Chevrolet Belair -Campana de aire- modelo 1956 de 6 cilindros en línea y su chofer Jorge Luís Nuñez un cubano de pura cepa, me empezó a largar datos que me apabullaban, no solo de su vehículo sino también de todo otro que nos sobrepasaba en su rauda marcha. Agregaba de su propia biblioteca todo lo que había ocurrido en aquella época. Por supuesto que no me quede atrás y una metralla de preguntas y respuestas- se sucedieron a lo largo del trayecto- muchos de sus datos me parecían increíbles y no podía salir de mi asombro.

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Cuba. Todo el mar y los sonidos del malecón entraban en el descapotable.

Por ejemplo: Hacerle el motor completo a uno de estos vehículos sale cuatrocientos CUC (Moneda cubana convertible) Unos quinientos dólares estadounidenses. ¿Y los repuestos? Su respuesta fue terminante: en Cuba todo se consigue y lo que no esta se transforma o se fabrica con repuestos de otras marcas, pero todo se repara.

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Cuba. Todo el caribe sumado al lujo de sus hoteles ideal para el descanso.

Como dato interesante. Un voluminoso paragolpes como los de este modelo, su cromado sale trecientos dólares, casi como hacer el motor del vehículo. Mi pregunta fue. ¿Suponiendo que lo quisieras vender? Algo muy difícil de que ocurra – me lo aclaro muy bien- porque el poseedor de uno de ellos se siente totalmente orgulloso y es un símbolo de poderoso en Cuba. Su respuesta fue si se vende de quince mil a veinte mil CUC.-

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Cuba. La Habana. Sus autos brillan como en sus mejores épocas.

De nuestro Hotel el Meliá Cohíba, a la Habana vieja unos quince minutos de paseo su costo es de diez CUC, Un taxi moderno nos llevaría hasta la Habana vieja por ocho- bien vale la diferencia – Una hora recorriendo la Plaza de armas, El Bar Floridita – Un daiquiri en su cuna no te puede faltar- el Puerto y la Habana Vieja, treinta CUC.

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Cuba. Sus instrumentos te ayudan con los recuerdos de la Isla.

También recorrí la calle Obispo, muy tradicional y pintoresca. Sus bares con buena música, artesanías y paseos con maravillosos trabajos hechos por sus manos. Infaltable una buena casa de música. Allí me compre un güiro, un bongó, maracas y una tumbadora que es mi orgullo, pintada por un artista reconocido “Cordova”. Todos ellos ocupan un lugar importante en mi casa y me acompañan en mis recuerdos de esta maravillosa y lejana tierra.

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Cuba. El malecón. El vértigo a bordo del Coco Taxi.

También recorrí la calle Obispo, muy tradicional y pintoresca. Sus bares con buena música, artesanías y paseos con maravillosos trabajos hechos por sus manos. Infaltable una buena casa de música. Allí me compre un güiro, un bongó, maracas y una tumbadora que es mi orgullo, pintada por un artista reconocido “Cordova”. Todos ellos ocupan un lugar importante en mi casa y me acompañan en mis recuerdos de esta maravillosa y lejana tierra.

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Cuba un vehículo te lleva a descubrir La Habana.

Ya llegando a destino nuestro chofer: Guía de Turismo e historiador Jorge Luís Nuñez me aportaba un dato más curioso todavía. En los años setenta Cuba importo de Argentina los modelos Falcón, Dodge y el Chevy que en aquel momento se fabricaban en nuestro país. A mí me pareció una maravilla. ¿Quizás Ustedes lo comparten?

Cuba. Un manjar al que le falto Salsa…

 

Recuerdos de mis Viajes por Cuba

 

En el aeropuerto rodeado de bártulos estaba listo para mi primer viaje a Cuba. Invitado a participar de la FIT Cuba -Feria Internacional de Turismo- en mis oídos martillaban los sonidos de la salsa… que música… que ritmo… que maravilla. Me iba hartar de escucharla justamente en el país que le dio origen, principalmente “el Son” melodía originaria de Cuba.

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Cuba. Hoteles Paradisíacos. Meliá Cohiba

Primer visita a este país y a un país tropical, tierra caliente, que quemaría mis pies y mis oídos. Ya en pleno vuelo quise escuchar y no estaba seleccionada. En el aire y a 12.000 mil pies de altura mucho no podía pretender, pero igual tuvimos jaleo. El capitán de la aeronave se ocupó de ello. Para arriba, para abajo, a los costados y la aeronave de Cubana de Aviación nos dio clases de salsa. 1, 2, 3 arriba 5, 6 ,7 abajo y las corridas al    baño se sucedían. El correteo por el pasillo era incesante. Pero, mi desquite seria en tierra firme.

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Cuba. Bares y Restaurantes. Sus verdes interiores

Pise suelo Cubano, muy tarde, cansado muy cansado, aduana, papelerío, reparto de habitaciones, inspeccionar el lugar. Pero ya estaba allí. La Habana, Hotel Meliá Cohiba, 5 estrellas y mi habitación muy cerquita del cielo. A mis pies el pueblo Cubano, La inmensidad de la noche y las luces que titilaba por todos lados. Un Etiqueta Negra – mucho hielo – bien “On de rock”, como invitando a bailar, no aguante más y busque en mi radio transoceánica, me devore el dial, busque Salsa… ¿Qué es? Brillaba por su ausencia.

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Cuba. Infaltable. Un poquito de Bulubú…

Los primeros rayos de sol me despertaron. Amanecer en el caribe, el azul del mar, piso 18 casi tocaba el cielo con las manos y frente al gran ventanal el sol que se quitaba la modorra y buscaba altura para recalentarnos. Trópico querido. Por fin. Quiero embeberme en tu clima, tus habitantes, tus mujeres y por supuesto tu música.

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Cuba. Un clásico como pocos… Daikiris y Mojitos

Repasaba todos los interpretes mentalmente y todos sus temas y me imaginaba todo lo nuevo que iba escuchar. Ataque nuevamente el dial de mi radio y nada. Que buena costumbre de escuchar las radio que escucha el pueblo y así conocer su expresión y la música que cada uno elige. También la alegría mañanera de las radios del trópico que entre tema y tema no paran de reírse y hacer chistes al aire tratando de quitarles la modorra a sus oyentes – Sorpresa – otro tipo de música. No escuchaba lo bongos, tumbadoras, y timbaletas, con bronces y saxos de un ritmo enloquecedor. Unos tibios palitos – la clave Cubana – y otra música. Cualquier otra…

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Cuba. Ron y menta. Mojitos para todos

Comencé mis actividades de visitas relacionadas con el Turismo. Y llego el inicio de la Feria Internacional. Y en la apertura musical una maravillosa orquesta y cantantes más maravillosas interpretaron la más maravillosamente Misa Cubana. Muy lindo muy cultural pero no es lo que vine a escuchar, no son raíces africanas, no es el llamado de la tierra, no son los “Sones” Cubanos. Y pensaba. Será que la Salsa no es Turismo ¿?

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Cuba. Antiguas Galerias que rodean las Plazas. Buena música… Buena Comida

En mi caso cada vez que escuche su música, soñé con visitar esta tierra, soñé con paseos por su malecón, escuchar el “run run” de sus palmeras agitadas por el viento. Y el movimiento de caderas de sus mujeres. Mi música como te extraño. Pero siempre hay revancha. Y el segundo día un grupo de pequeños y adolescentes, niñas y niños hicieron explotar el auditorio. Por Fin, para ellos el “Son “, retumbe de cueros y madera y las voces de niños que hicieron bailar a la audiencia.

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Cuba. Un hotel con todo el trópico en su interior

Reconocí al pueblo cubano, el que vine a conocer, el que entre silla y silla no podían controlar sus pies y sus caderas comenzaron a marcar el compás de las Tamboras, la alegría nos invadió por un buen rato. Bienvenida la música. Bienvenida Cuba, que también es Turismo. El mundo entero reconoce a Cuba por su Música. Conoce sus paisajes y el sentir de su pueblo a través de sus letras. Cuba no abandones tu música. Que el mundo se mueve y lo baila a tu ritmo.

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Cuba. Un paraíso Hotelero, como fondo el mar Caribe. Todo para recibir al Turista.

Hice una lectura en ese momento de la situación, que no puedo afirmar que sea acertada pero que a mí personalmente me convenció. En el mundo hay dos tipos, por lo menos bien diferenciadas. Una es la que se escucha fuera de Cuba, distintos autores e intérpretes, pero que no dejan de nombrarla. La otra es la que se escucha dentro de Cuba. Los oídos de los Turistas están acostumbrados a la primera y cuando visitamos Cuba nos cuesta adaptarnos. Reconocemos su melodía… no sus letras. Sería muy interesante si los intérpretes Cubanos conocieran los temas del resto del Mundo. Esos que los Turistas escuchamos y refrescar los suyos con nuevas temáticas. Reclamamos ese derecho de escuchar nuestros temas preferidos por los creadores de ese endiablado ritmo.

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Cuba. la música te acompaña a todas partes

Un párrafo aparte para sus músicos, de la nada sacan sonidos, con un gusto y sabor especial, apenas mueven sus manos hasta para hablar y ya están haciendo música. Algo muy particular, me llamo la atención el sonido del bongo tan especial y consulte por sus cueros. Mi asombro… No era cuero, era el material con el que se hacen las radiografías. Cuando hay poco cuero el ingenio lo suplanta.

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Cuba. Sus instrumentos. Cuero y madera… Tabaco y Ron

Los Periodistas Internacionales visitamos el territorio Cubano de norte a Sur y en cada ciudad nos dieron la bienvenida con música, guajiras y bailes rurales. Y así recorrimos más de 1200 km. de esta tierra caliente. Un mojito -Trago típico Cubano – y los sonidos de Guantanamera. Guajira Guantanam… Sí. Hasta el cansancio. Pero muy agradable. Nada mejor para el visitante, que te reciban con buenos trago, música, comidas… Guajira Guantan…

En los dos grandes shows que presencie Tropicana y el Habana Café me falto salsa a la que temerariamente llamaría moderna, escuchamos música de hace 50 años muy buena, muy bien ejecutada. La mujer Cubana…un mimbre. Elástica, toda sensualidad.

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Cuba. Sus mujeres. Tropicana. Puro tropico

Esta realidad permite también que la juventud cubana, hoy baile el “Reggaetón”, música pegadiza, que permite que la mujer se luzca moviendo sus caderas y ofreciéndosela a su compañero de baile. Lejos esta del Son, el caballero tiene la preferencia de manejar la situación, guiando,   haciendo girar y mostrando delicadamente a la mujer para que se luzca.

Ausente el baile del “Casino”, ajustada técnica de baile de varias parejas que realmente está cerca de la acrobacia, sincronizado con maravillosos y sensuales movimientos. Esta es su tierra creadora, nació en el Casino deportivo de la Habana. Es un baile de Lenguaje de reconocimiento corporal.

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Cuba. La Gastronomía ¡Sensacional!

Mi asombro máximo fue que vi a dos muy buenos bailarines dos Periodistas, un Jovencito Alemán que dio Cátedra y un Periodista Italiano que me maravillo con su destreza y alegría que no es más que lo que transmite esta música…

No es una queja, es un tibio reclamo de un turista más, que no es músico ni experto en baile, solamente tiene su gusto. La música te identifica, te gusta o no te gusta y también es Turismo. Cuba para la próxima. “A este manjar ponele más Salsa”.