Brasil. Torres. Playas y todos los deportes.

Recuerdos de mis viajes por Brasil.

 

 

 

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Con más de 12 horas sobre territorio brasilero. Ya estábamos ansiosos por llegar a destino. Torres es una ciudad que siempre nos recibe como una gran anfitriona. Una localidad para nosotros paternalista. Siempre nos acepta con muy buenos ánimos de agradar y eso habla muy bien de su capacidad como receptores de Turismo. Esta vez lo hicimos en el Hotel “San Pablo”. Sus propietarios miembros de Visión: el matrimonio de Carlos Lange e Ivonne Ferraz. Muy bien ubicado en pleno centro y muy cerca de las playas. Dejamos apresurados el equipaje y fuimos tomamos posesión del hotel. En instantes el silencio se convirtió en algarabía. Nuestro estado de ánimo era de euforia. Sensación que es muy humana cuando se llega a un nuevo destino.

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Brasil. Torres. Me devoraban las ganas de volver a volar.

Estaba programado un tour por la ciudad. Rápidamente tiramos el equipaje en la habitación y nuevamente estábamos arriba del micro dispuestos a conocer y disfrutar del paseo. Torres es un paso obligado para llegar a las playas del norte. Cada vez más turistas deciden quedarse programando unos días en ella. Es también una excelente combinación para visitar Canela y Gramado. Si no las conoces no te las podes perder. La Suiza del Trópico. Una maravilla. Solamente a 200 kilómetros y de allí 115 a Porto Alegre. Es la oportunidad para conocer algo distinto. Un Brasil inimaginable. Este es uno de los destinos más importantes para el turismo interno de Brasil. Si estas con niños no lo pienses más, allí tanto ellos como los más grandes podrán vivir las mejores de sus fantasías.

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Brasil. Torres. Sus amplias y magnificas playas.

Gramados realiza un festival de cine muy importante y las dos ciudades solamente separadas por ocho kilómetros hacen el gran festejo en vísperas de navidad. Con toda la magia que ya de por sí tienen estas Fiestas. Luego en semana santa los conejos y adornos de pascua toman preponderancia en mil formas insospechadas. El característico chocolate invade todas las vidrieras y su color marrón es una constante. Su olor inconfundible invade la ciudad y te persigue como un” picasesos”.

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Brasil. Torres. El hombre contra el viento.

El Festival Internacional de “Balonismo” -Viaje en Globo- la ha convertido en el encuentro más grande de Latino América. En sus playas se practica: Surf, Kite Surf, Fly Surfing, Capoeira, Parapente, Motocross. Una agenda importante en deportes. También la gran fiesta en las playas celebrando el Fin de año – Reveillon – y los conocidos carnavales brasileños.

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Brasil. Torres. Hay que poner a punto el motor para evitar contratiempos.

El repaso y los nuevos conocimientos duraron poco llegó la orden de bajarse del micro y caminar unos metros hasta el morro do Farol, también conocido como la Torre norte. El día era esplendido y las flores de las casas vecinas nos perfumaban el camino. El olor al mar que estaba muy próximo llenaba nuestros pulmones. El lugar estaba ocupado por los que practican vuelos en parapente y llenaban de colores el cielo. Desde el morro observamos las amplias playas que tiene Torres y es un verdadero deleite.

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Brasil. Torres. Los parapentes se disputan el espacio en el cielo.

La disputa por el espacio entre los periodistas que queríamos sacar las mejores fotos y los hombres voladores. Te obligaba a manejarte con mucho cuidado de que no te llevaran enredado entre las sogas del mismo y volar sin ganas. Todos estábamos de buen ánimo y nos movíamos con precaución buscando el mejor ángulo.

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Brasil. Torres. El cielo muy colorido por los hombres voladores.

 El viento los acompañaba y soplaba lindo, el calor de un sol muy fuerte seguramente mejoraría las térmicas. Mientras tanto los hombres voladores se sentían estrellas por la cantidad de máquinas fotográficas que los perseguían, nosotros detrás de sus maniobras. No nos podíamos quejar, ellos para estar a la altura de los acontecimientos hacían maravillas con los parapentes.

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Brasil. Torres. La vista de las playas desde un lugar privilegiado.

En mi caso me salía de la vaina por volver a volar. Que sensación maravillosa es que el viento te pegue en la cara, sentirte pájaro, solamente acompañado por el sonido de la tela que es tan particular. Llevando como gran compañero el silencio y desplazarse con una visión distinta del entorno. Estábamos embelesados con tanto movimiento y como fondo… el mar. Todo estaba muy lindo desde el morro pero había dos cosas que nos inquietaban. Una el solazo que se había puesto calentito y el otro el hambre. Por suerte llego la orden de ir a los micros íbamos al encuentro de un nuevo restaurant que nos quería agasajar.

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Brasil. Torres. Todo dispuesto listo para volar.

Comenzó nuestra recorrida y fuimos bordeando la costa. Enfilamos decididamente hacia el río Mampituba. Estábamos en el límite de dos grandes estados de Brasil. Río Grande do Sul y Santa Catarina. Este magnífico curso de agua se encarga de separarlos. En lengua tupí que le dio origen significa “Río sinuoso”. Para ellos se convirtió en entrada y salida al Atlántico. Iniciamos un paseo al costado del río que desemboca en el mar, pudimos apreciar infinidad de buenos lugares para comer y disfrutar del paisaje.

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Brasil. Torres. Una vista privilegiada desde el fondo del silencio.

Esta es una zona que a orillas de su río se convirtió en un lugar gastronómico por excelencia. Allí se alinean, los mejores restaurant y sitios de comidas. La oferta de pescados y mariscos es su especialidad. Por supuesto que su clientela está ávida de saborearlo. Nosotros en nuestro caso le rendimos grandes honores al “Peixe”. Nos desplazábamos Sobre la Avenida Cristovao Colombo, muchos de ellos garantizan un buen comer con el “Rodizio de Frutos de mar”. El Peixinho frito, Marisco a la milanesa y el clásico” Camarao”, completan una serie de más de 15 platos.

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Brasil. Torres. Una apacible playa.

En esta oportunidad fue el restaurante “Souza” a orillas del río. Como siempre fuimos hacia allí muy sumisos. El silencio demostraba que la angustia del hambre dominaba nuestros cuerpos y nuestras mentes. Nadie hablaba nadie quería perder fuerzas. Poco a poco fuimos recuperando el habla y las risas empezaron a aparecer. Luego del reparador almuerzo nos ventilamos muy cerca de sus costas. Todo entro en la normalidad.

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Brasil. Torres. El río Mampituba. En el fondo el Atlántico.

Alrededor nuestro estaba la delegación española que en más de 20 nos habían invadido. Con su gracioso decir nos hacían una música de fondo de un casteñeteo muy particular y de zzzzz prolongadas. Cada vez más fuerte su sonsonete nos perseguía, sonidos muy rápidos al hablar, hablar y hablar, cuando este era emitido por una mujer sonaba a castañuelas. Música que hizo la delicia de nuestra estadía. Completaba el staff  pero en menor número: Ecuatorianos, Republica Dominicana, argentinos, Chilenos, uruguayos etc., un crisol de nacionalidades, ya no me quedan dudas de que esta es una reunión de Visión -Asociación de Periodistas Internacionales de Turismo-

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Brasil. Canela y Gramado. Siempre están de festejo.

Lentamente nuestro transporte retomaba el camino y no llevaba hacia el Hotel. Muchos ya habían puesto sus neuronas en reposo. En mi caso ocupaba mi mente en programar toda la tarea que tenía de por medio con las pocas fuerzas que me quedaban. Acomodar un poco la valija era lo que más me preocupaba, cargar las baterías de la electrónica y dormir, dormir una reparadora siesta. Fundamental para sobrevivir. Debía reponerme la noche iba a ser intensa, los dueños del Hotel Carlos e Ivonne Lange nos habían invitado a un asado a la Brasilera en su quinta en las afueras de la ciudad. Era mi deber como periodista estar de diez como para poder analizarlo. ¿?

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Brasil. Canela y Gramado. Aquí se te cumplen todas las fantasías.

 

 

 

 

 

Brasil. Camboriú. Parque Unipraias.

 

Recuerdos de mis Viajes por Brasil.

Estaba sentado, muy nervioso y expectante, el aire a mi alrededor estaba detenido. Miraba a mis colegas Periodistas todos… con cara de tonto. Yo estaba atado al carrito, mis manos firmemente agarradas a las palancas del freno. El operario me miro queriendo hacerse cómplice de mi consentimiento. Baje la vista, buscando la seguridad que me faltaba, la buscaba muy adentro mío. Julio Debalí, nuestro presidente de Visión (Asociación Internacional de Periodistas Mundiales de Turismo), le pidió una pausa, se me acerco y me dijo algo al oído, asentí con la cabeza. El conteo empezó nuevamente. JULIO me apuntaba con el ojo de su cámara. El operario me volvió a mirar, su dedo estaba puesto en el disparador. Todos seguían esta secuencia con rostros muy serios, las sonrisas ausentes… escasas… ni para las fotos.

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Brasil. Camboriú.Parque Unipraias. Adrenalina Pura.

Esta vez acepte el convite. Asentí con mi cabeza El dedo del operario fue hasta el fondo, como superando el tedio, como una venganza por tanta demora. El carro se empezó a deslizar, lentamente, suavemente, como para que pongas en orden todas tus emociones.

Una pequeña subida y empezó el mambo. Una pendiente muy pronunciada, una curva en ascenso, primera curva casi sobre su eje. El endemoniado carrito, muy pequeño, con capacidad para dos personas, está desprotegido. Yo… Atado a su silla y el muy endemoniado empieza a ir cada vez más y más rápido. Confieso. Es lo más lindo. Adrenalina pura. Todo esto sucedía en Brasil en la ladera del Morro da Aguada”. Camboriu. A 240 metros de altura, en su parte más alta.

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Brasil. Camboriú. Una gran muralla Turística.

 Después de la primera curva ya no te importa nada. Pendiente, pendiente, mi carrito iba al máximo sesenta kilómetros por hora. No quiero mentir, pero me parece que a mí particularmente me dieron uno preparado para correr y volaba a 120 kilómetros por hora. ¡Es la montaña rusa de la selva!

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Brasil. Parque Unipraias. ¡ El Youhoo!

 A lo lejos las playas, nos íbamos acercando como una tromba hacia el precipicio, la caída era inminente, una curva muy cerrada, pero salvadora. Luego viene una serie de curvas y contracurvas cuatro en total, con un rulo de despedida. Todo esto en el medio de un enmarañado verde, las hojas, las ramas son como un mimo sutil que te acarician la cara, los monumentales arboles parecen que van a ser tu sepultura.

En mi caso las palancas bien abajo, nunca tocando el freno. Para que vaya al máximo de velocidad. Les puedo asegurar que hace 40 años que me rasuro la cabeza. Mi escasez de pelo es total. Pero tuve la auténtica sensación de que me despeinaba.

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Brasil Camboriú. Las playas desde la altura.

En la última curva el carrito, de este Trineo de montaña, se serena y llega a su estación tan tranquilamente como empezó su recorrido. Las caras de sus pasajeros aplastadas por el impacto del viento, pero con la sonrisa de haber superado la prueba. En mi caso seguía pensando en lo que me dijo Julio Debali antes de la partida. “No toques el freno, puede ser peligroso. Sin freno te resulta más fácil”. Conociéndolo. ¿Me habrá hecho una broma? Por mi parte le creí y seguí al pie de la letra sus indicaciones. ¿Habré estado muy cándido en creerle?

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Brasil. Parque Unipraias. El río y el mar.

Todavía estaba sentado en el carrito del Youhooo, en el parque Unipraias, Brasil, en las playas de Camboriu. Habíamos tomado el teleférico en la base y a mitad de camino en la altura, sobre el morro y entre la muy bien cuidada selva. Allí esta este maravilloso juego. La montaña rusa ecológica.

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Brasil. Parque Unipraias. ¡ La Tirolesa!

Aquí se puede hacer una parada con el teleférico. El que habíamos tomado en la estación Barra Sul. Para subir al morro y luego bajar hasta la Playa, se deben recorrer 3250 metros, en cualquiera de las 47 cabinas (Bondinhos) o seguir hasta las playas de “Laranjeiras”. Una vez montados en su cabina, lentamente empieza a tomar altura y te permite ver a 360 º todo lo que pasa a tu alrededor. La desembocadura del río, la bahía con sus playas, pequeños puertos llenos de embarcaciones de placer.

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Brasil. Camboriú. El Puerto Pirata.

Si tu opción es quedarte, estas en lo más alto del morro, podes recorrer los muy cuidados senderos, más de 500 metros, con escaleras, subidas y bajadas, con maravillosos miradores. Arboles gigantescos y grandes helechos de una voluptuosa selva. Cuidada como un jardín. La gran Bahía, los puertos deportivos, las playas y detrás ese gran mole de cemento que rodea a la bahía. Se parece una gran muralla. En este caso turística, tan característico de esta zona de Brasil

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Brasil. Camboriú. Los Piratas al abordaje.

El tema es como bajar, tenés dos opciones. La clásica – la de los Timoratos- que encara la bajada en cablecarril – Vos te la perdés- les recomiendo la turbulenta si es que te gusta la aventura. La tirolesa –Zip Rider- Mágica. Si ya venís cargadito con la adrenalina que te tomaste con el youhooo. Esta no te la podés perder. Te baja desde lo más alto del morro- más de doscientos metros de altura – en un minuto. Te gusta la velocidad aquí tenés velocidad. Setecientos diez metros en descenso. Sentado cómodamente en un morral vas colgado de un cable a 60 kilómetros por hora, maravilla de la tecnología. Ni bien pudiste aflojar tu cuerpo y empezaste a respirar aire puro ya estas abajo. Tus piernas tímidamente empiezan a pisar tierra firme. Es como el sexo, pura adicción rápidamente dan ganas de volver a empezar.

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Brasil Camboriú. Los Piratas y las Mujeres sin oponer resistencia.

Una opción muy divertida de hacer este recorrido es en el barco de Piratas. En alguna otra oportunidad lo hice y realmente me pareció desopilante. Se hace a la inversa se llega a las Playas de Laranjeiras por barco y luego a la vuelta se haca la recorrida con los “Bondinhos” colgados del Teleférico Los piratas que de ellos se trata hacen lo imposible por la diversión, tal es así que nadie tiene tiempo en darse cuenta del movimiento del barco y todos lo pasan muy bien.

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Brasil. Camboriú. Los Piratas y el mascarón de Proa

Ellos. Excelente actores, muy predispuestos a la fotografía con las veteranas. Las corren y le ponen sus espadas y trabucos en su garganta. Pese a todo. Ellas. Casi sin oponer resistencia se dejan aprehender fácilmente y lo disfrutan. Así lo demuestran las sonrisas de oreja a oreja en todas las fotos. Como sugerencia, deberían agregar alguna Garota que solamente tenga un ojo tapado, Así los hombres no nos aburrimos.

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Brasil. Camboriú. Las Playas de Laranjeiras.

Todo es muy divertido pero la tierra firme también lo es. Está muy buena recórrela paso a paso. Caminas muy pocos metros y ya estas frente a una preciada playa. LARANJEIRAS. Enmarcada de barcitos, una feria atestada de negocios, allí las mujeres se dan el gran gusto de comprar regalos para todos. Los miembros de Visión eran esperados por las autoridades de Camboriu, breves discursos intercambio de tarjetas y empezó el Gran Show.

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Brasil. Camboriú. Laranjeiras. Una playa muy particular.

Ya pasado largamente el medio día, llego lo más esperado. Almorzar. Cómodamente sentados mirando la playa. Los turistas, los juegos, los clásicos, el kayak y la divertida banana a toda velocidad. Los eficientes mozos comenzaron a servir una gran variedad de peixe y camarao. Las caipiriñas y cerveziñas heladas, desfilaban y bailaban como una gran zamba brasilera. Me encanto una que tome sobre el final, sobre un ananá ahuecado. Así me decía un colega que le quedo la cabeza…después del tercero.

Brasil: Torres. Turismo y Diversión

Recuerdos de mis Viajes por Brasil.

 

Viajamos toda la noche. Ya casi al mediodía estaba parado al lado de mi valija, mi fiel compañera, pisando suelo brasileño. Nos unía un estrecho dialogo. ¿Cuánto hace que estuvimos aquí? Un año le respondí. Me gusta este lugar me respondió. Nos tratan muy bien. Torres. Hotel Guarita Park. Es un clásico. Es como si fuera mi casa. Qué bien me hacen sentir. Una rápida recorrida. Su pileta, su restaurant, el atractivo Lobby, sus habitaciones con vista a la piscina. Y ese solazo brasileño. Acompañado por todo su personal. Se desviven por atendernos.

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Brasil.Torres. Parque Aparados da Sierra. Disfrutando de la naturaleza.

Una recorrida por Torres nos permite apreciar como siempre sus maravillosas y amplias playas. Todo muy bien cuidado. Obras que este último año van complementando las necesidades de los Turistas. Una recorrida al costado del río Mampituba que desemboca en el mar, pudimos apreciar infinidad de buenos lugares para comer y disfrutar del paisaje. Sobre la Avenida Cristovao Colombo, muchos de ellos garantizan un buen comer con el “Rodizio de Frutos de mar. El Peixinho frito, Marisco a la milanesa y el clásico” Camarao”, completan una serie de más de 15 platos. Los morros cercanos a la playa, como el” Morro do Farol” con el colorido que dan los parapentes en sus vuelos.

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Brtasil. Playas. En Portobelo son de Ensueño.

El Festival Internacional de “Balonismo” -Viaje en Globo- la ha convertido en el encuentro más grande de Latino América. En sus playas se practica: Surf, Kite Surf, Fly Surfing, Capoeira, Parapente, Motocross. Una agenda importante en deportes. También la gran fiesta en las playas celebrando el Fin de año – El Reveillon- infaltables los conocidos carnavales brasileños. Este y muchos temas tratamos en la conferencia de Turismo que realizamos junto a las autoridades de Torres, los Periodistas de” Visión”. En el marco del primer evento del año organizado por esta institución. (Asociación de Periodistas Internacionales de Turismo).

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Brasil. Torres. Guarita Park Hotel.

Esta ciudad es un paso obligado para llegar a las playas del norte. Cada vez más turistas deciden quedarse programando unos días en ella. Una excelente combinación para visitar Canela y Gramados. Si no lo conoces no te lo podes perder. La Suiza del Trópico. Una maravilla. Solamente a 200 kms. Es la oportunidad para conocer algo distinto. Un Brasil inimaginable.

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Brasil. Canela y Gramados. ¡Muñecos de Chocolate!

La primer noche su gerente Marcos Silva me preanunció que tenía preparado un Show de bienvenida, después de “Jantar”. Temprano con las primeras sombras, las caipiriñas calentaban los paladares. Terminado nuestro solemne acto de la cena. El espíritu de los Periodistas estaba muy festivo. El show estaba organizado con música” tranqui “de un muy buen intérprete. Lo cómico era como el espíritu exacerbado de los Periodistas querían convertir un tema lento en movido. Un Fracaso…

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Brasil- Canela y Gramados. Hotel Continental. Tarjeta de chocolate ¡Una coquetería!

Al día siguiente y conmovido por la falta de diversión. Le dedique unos buenos momentos y revolví en mis archivos digitales. Al llegar a la conferencia me fui directamente a conversar con Hebert Machado y su esposa María Gladys Gil- “Charo” – Periodistas de Montevideo y autora de todos los despropósitos. Y le dije. Tengo toda la música para esta noche. ¡Organiza! Hoy se prende fuego el Guarita Park Hotel. Reforcé así mi afirmación. Eso sí. Necesito amplificación. ¿No es una broma? ¿Raúl, es cierto? Inquieta ella me preguntaba. Por supuesto. Le respondí. Pero, insistía. ¿Es buena? La duda le carcomía el cerebro ¿Es para mover el esqueleto? Quédate tranquila. Puse en mi tono, la mejor voz de convicción. Mi vos de galán, le respondió. Es de la mejor. La que usamos en Argentina para los eventos. Fue mi respuesta. Cortante. Ya estaba un poco agrandado.

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Brasil. Canela y Gramados. Hotel Continental. Todo fantasía.

Durante la cena todos los ojos estaban puestos en mí. A cada rato venia un enviado de la Charo a preguntarme si era cierto que tenía buena música. Todos querían apurarme. Yo los disfrutaba. Los miraba de reojo. Alargaba mis postres. Mi sobremesa se hacía interminable. Un pedacito más de flan, con un toque del Postre de chocolate. Todo se sucedía al ritmo que yo le quería dar. Hasta que vino el gerente, el amigo Marcos Silva. Y me dijo: Tengo la amplificación lista, cuando Ud. termine yo mismo la voy a conectar. Esto había llegado a su fin. Sin duda no podía entretenerme más.

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Brasil Porto Belo. Las playas son un atractivo principal.

Cuando llegue al bar del Hotel, estaban todos. Algunos intentaban alentarme. Pequeñas pruebas de afecto. Sin duda nadie confiaba que tuviera muy buena música. Algunos colegas apostaban a que era una broma más. El gerente estaba ansioso, con los cables en sus manos. Yo. Apretujaba la “Compu” contra mi pecho como si fuera un tesoro. Abrí los archivos. Que lenta me parecía mi computadora, no terminaba nunca de abrir. Todos se miraban en silencio.

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Brasil. Torres. Guarita Park Hotel. El desayuno un delicia.

 La espera se hacía muy larga. Busque el primer tema. Debía impactar. Dudaba. Todos eran buenos. Mis colegas a mi alrededor semi abrazados como para empezar a bailar. Recorrí con una última mirada la pista, con la sabiduría de un experto. Su lectura me trajo tranquilidad. Estaban todos a punto caramelo. Por fin le puse todas las fichas a un clásico. Clik. La magia de la tecnología inundo el salón. La música exploto. Los periodistas se miraban entre sí, sin poderlo creer. Unos instantes de expectativa. Sus oídos se abrían al máximo para reconocer el tema. De pronto… El griterío y los aplausos no se hicieron esperar, los cuerpos se empezaron a mover ¡La fiesta comenzó!

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Brasil. Torres. Las compras en la playa. Un atractivo femenino.

Pasaban las horas y el ánimo no decaía. Más de 500 temas esperaban su turno. A cada rato se acercaba algún colega, no importaba su nacionalidad,  me felicitaban. En mi caso, no entraba dentro de tanta felicidad. Me parecían instantes ya vividos en mi vida. Escaneaba en mi memoria, buscando y buscando. Rememoraba mis años jóvenes cuando era Disk jockey. El recuerdo me agitaba y la adrenalina me subía.

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Brasil. Torres. Caipira de ananá ¡Una bomba!

Las caipiras y las cervezinhas, cumplían con su rol en la diversión. Muchos se despedían anunciando su fuga a dormir. Pero al rato volvían y retomaban el juego de los movimientos. Esa extraña diversión que es el baile. Cada bailarín expresa con su cuerpo momentos de libertad y expresión- No nos podemos resistir pones temas que nos traen muchos recuerdos- Me decían, mientras pasaban a mi lado abrazados y a los saltos. Sus brazos se entrelazaban entre sí. Los trencitos se sucedían unos tras otros, al ritmo de mi música. De pronto un muy buen observador se me acerca y me dice: Lo tuyo es un éxito. Ya sos Internacional. Disfrútalo. Mira tras de la barra. Allí estaba todo el personal del “Guarita Park Hotel”. Bailando sin cesar. Prueba de calidad controlada….

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Brasil. Porto Belo. Las playas son inmensas.

De pronto me asuste. De los bailarines se desprendió un grupo de colegas. Se acercaban con las caras muy serias. Muy compungidos. Me preocupe. ¿Qué macana me mande? Me preguntaba. Uno de ellos el más grandote tomo la iniciativa. Sin muchos prolegómenos tomo la voz cantante:

… Hemos decidido en una pequeña asamblea y por unanimidad de votos que en este sencillo acto Designarte. ¡Ministro de Música! No poca… fue mi sorpresa. Por supuesto que acepte. ¡ Cuidado! Es un título que pienso hacer valer en todos lados.

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Brasil. Torres. Un trago en la playa estimula y …