Madrid. Turistas…Turistas…Algunos Españoles.

Recuerdo de mis Viajes por España.

A pocos metros de mi hotel en la muy conocida Calle Atocha. Nos separaban apenas cincuenta metros de la Plaza del Ángel y casi besándose con ella la plaza Santa Ana, un icono de la movida nocturna madrileña. Desde muy temprano y sin importar el día de la semana se notaba el movimiento, preparándose para la noche, grupos de todas las edades que con la caída del sol comenzaban con sus festejos, buenas cañas, buenos vinos y la clásica tapeada.

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Madrid y sus Iglesias. Un símbolo constante.

Acostumbraba a sentarme en una mesa y miraba la llegada de grandes grupos de jóvenes y no tantos, que alegremente se dirigían por las distintas calles laterales… no sé a dónde. En un afán innegable de divertirse – era el comienzo – los clásicos tarjeteros desplegaban una gran actividad. Algunas muy lindas del sexo femenino, vestidas muy elegantes, pero muy llamativas. Corrían de un lado a otro invitando al boliche que representaban. Todas las noches intente ser partícipe del festejo, pero mi cuerpo a esa hora se ponía muy rezongón y pedía a gritos descanso, caminar todo el día conociendo lugares, no me dejaba saldo para trasnochar. Me hubiese gustado estar como siempre, esperando a la salida, la retirada de los parranderos, hubiese rescatado fotos, de pintorescos momentos, pero otra vez será.

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Madrid. Plaza Santa Ana. Kilómetro cero de la Nocturnidad.

El mercado “San Miguel”:

 

Un lugar muy atractivo, cada vez que pasaba por allí parecía que me extendía una invitación especial, solamente le había dado una recorrida rápida. Suficiente como para entusiasmarme a hacerle una visita pormenorizada. A este lugar se debe venir preparado. Buenos Euros y mucho apetito. Así estaba en aquel momento, eran un poco más de las 16 hs, y solo cargaba el desayuno. Por lo tanto ingrese en él amplio espacio, un hermoso tinglado, que cobija en su suelo y en toda su dimensión, la historia necesaria para convertirse en un monumento.

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Madrid. Mercado “San Miguel”. paraíso de los golosos.

Hoy… Un gran mercado gastronómico, moderno, rápido, uno se puede deleitar con los mejores manjares de la “Tapería española”. Cerezas grandes como las bolas de billar. Jamones… Mi stand preferido, jabugo, pata blanca, pata negra, son todos ricos, con ese pan crocante, casi son irremplazables. El aceitunero, únicamente aceitunas, las maravillosas olivas, en brochette, en sándwich formadas por dos mitades de una gigantesca aceituna, en el medio, morrón, sardinas, anchoas, jamón etc. Etc.,

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Madrid. El jamón Ibérico. El máximo exponente.

Delicias… y más delicias. Ostras, pescados y mariscos. Tortillas, allí aprendí que la tortilla española, la clásica es patata y huevo- Para mí sin cebolla – En mi país le ponen de todo y a esa la llaman tortilla española. Paellas. Postres. Vinos etc. etc. En este párrafo me quedaría a vivir y en el Mercado San Miguel También.

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Madrid. Mercado San Miguel. Olivas…Olivas… Olivas…

Me fui tres días a Barco de Ávila y Gil García, el pequeño y adorable pueblito de mi padre. A la vuelta y por falta de espacio debí cambiar de Hotel. Este estaba del otro lado de la Puerta del Sol, a cincuenta metros de la Gran Vía. Nuevamente estaba en el ruido de Madrid. Mis caminatas, empezaban al revés y ahora terminaban en la Plaza Santa Ana.

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Madrid. Chocolate con Churros. No podes dejar de Probarlo.

Con documento y nacionalidad española, me comprometí en tomar hábitos de los españoles, por lo tanto a las once de la mañana estaba sentado, en algún bar a la sombra y con la grata compañía de una cañita y alguna tapa mañanera, miraba pasar frente a mí al pueblo madrileño, muchos me acompañaban en esta maravillosa costumbre.

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Madrid. Tapas para todos los gustos.

A lo que me tuve que acostumbrar y con gran esfuerzo – “al castañeteo” – un ruido que flotaba en el ambiente en todos lados, algo similar a las clásicas castañuelas. Eran la rueditas de las Valijas, es un sonido ambiente que le ponía música funcional a mi estadía. Te acompañaba las 24 horas del día, en el momento que lo hagas y hacia donde mires, va a pasar un valija delante tuyo. Muy sonriente y adelante él – como matrimonio joven – su cara de cansancio y agobio es la figura particular del Turista. Ella detrás se mueve cómoda disfrutando del dulce traqueteo, transportando la ilusión y los deseos de un nuevo Turista, buscando o dejando su lugar a otro, que viene atrás o adelante tuyo. Cada vez que te acercas al mostrador del conserje del hotel, los encontraras, haciendo un chek inn o un check out.

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Madrid. Sus iglesias elevan su campanario al cielo.

Alguien dijo en Torre Molinos con motivo de la Euroal, que más de 50 millones de Turistas visitan anualmente a España, cuando lo escuche no me lo podía imaginar. Todos los habitantes de mi país en un Barco gigantesco, viajando a la Madre Patria. ¡Exagerado! Que mal informado. Es un dato equivocado… Pensaba en voz baja. Mi desconfianza o mi poca información. Menos mal que no lo dije en voz alta. Ahora en este momento me preguntaba si era necesario que vinieran todos juntos a Madrid. “Es que estos españoles son acaparadores de ilusiones”.

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Madrid. Por unas monedas me siento en el Aire…

Tenía un domingo dentro de mi agenda y decidí aprovecharlo para visitar el mercado del “Rastro”, este famoso lugar reúne gran cantidad de gente que lo visita. Su venta está conformada por puestos callejeros y es una de las Ferias más grandes a cielo abierto del mundo. Es muy pintoresca y se vende de todo, desde lo más inesperado.

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Madrid. Los Reyes del Taperio.

Estuve allí muy temprano, todavía se estaban terminando de armar y colocar la mercadería. Confieso que no era mi intención visitar ese tipo de Ferias, no estaba en mis planes comprar regalos, motivo por el cual deben asistir los turistas, para muchos una misión y aprovechar los precios más baratos también. Las Ferias que me gustan, son las de frutos, realmente me parecen muy atractivas, vi una muy interesante en Barcelona en la calle de la Rambla- en pleno centro – me pareció muy importante pero lamentablemente apenas entre, cerró. Alcance a llegar a los primeros puestos porque su portón se estrelló en mi cara. Me encanto, esos dos puestos me deslumbraron, la manera tan particular de colocar la mercadería, frutas frescas uno y el otro de frutos secos, espectacular también. Igualmente la tengo agendada para una próxima vista.

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Madrid. El Rastro. una de las Ferias mas importantes del Mundo.

Camine por el “El Rastro” un rato dando una mirada rápida a todos los puestos. Vi dos o tres diseños muy novedosos, que es mucho decir, encontrar algo nuevo en estos lugares- No es de todos los días – Los comerciantes aprovechan hasta los distintos niveles de la plaza para colocar los puestos, me interesaron como siempre las antigüedades y le di una amplia recorrida, tampoco encontré nada comprable o que no tenga…

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Madrid. Las Peras parecen mas dulces. El arte de vender.

Si compre una pequeña herramienta gastronómica en cuyo puesto había mucha gente. Allí escuche el comentario de que ese domingo había una Corrida de Toros, decidí dejar aquel paseo y averiguar cómo era el tema para concurrir y conocer una tarde “Taurina”. Siempre tuve la curiosidad de ver este espectáculo. Quería conocerlo y valorar mis propias sensaciones. Siempre me llamo la atención, no tanto la actividad que se desarrolla en la arena, sino la pasión que le ponen aquellos que realmente disfrutan de esta ceremonia. Quería ponerle más énfasis a la reacción de la gente. No ponerles todas las fichas al toro y el torero… Otra vez será, pese a mi esfuerzo no conseguí entradas, este es un nuevo motivo para volver.

España. Gil García. Pueblitos llenos de amor

 

 

Recuerdos de mis Viajes por España

 

Parado… allí, en Barco de Ávila una pequeña localidad de España a 200 km de Madrid- Pronto a iniciar una nueva Aventura- Visitar el pueblito donde nació mi padre- justificado viaje- uno de los motivos de estar en España, conocer este lugar. Todas las incógnitas pasaban por mi mente, sin pedir turno ni sacar número, eran una avalancha de ideas… se sucedían  como una cámara ligera.  El sol como siempre muy entrometido caía a plomo sobre los cristianos y no tanto, a mi lado la pertrecha valija… única compañera de aventuras.

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España. Barco de Ávila – Pueblitos custodiados por su Castillo

Miraba a mi alrededor…me preguntaba ¿Era esta la Terminal de ómnibus? Sí. Fue mi propia respuesta -Muy pequeña- un grupo de locales contaban pequeñeces sin ton ni son. Pareciera que era una charla preparada para darse corte. Toda Gente mayor -todas haciendo portación de caras-  las clásicas de un pueblo, gente de mucho trabajo, todas ellas eran un compendio de vida y sus manos… sus manos sí que no podían ocultar su tiempo y sus historias de sacrificio… allí estaba su ADN.

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Barco de Ávila. Puentes de piedras sobre el río Tormes

Sentía que era observado, sin dudas mi equipaje me delataba y mi vestimenta también o mi cabeza rasurada. Pero sobre todo, que parecía una estatua, nadie me iba a buscar. ¿Qué hacía yo allí? Era la gran incógnita. Lo que no se dieron cuenta, es que con mi aspecto de distraído, era yo el que los observaba y escuchaba a ellos. Paso el tiempo…se hacía interminable…

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Barco de Ávila. El río Tormes- Arriba: El Puente – Abajo: Truchas

Ellos, cansados de esperar que pase algo… se silenciaron. Quizás esperaban mi pregunta- Aproveche esa pausa- Apunte a uno de ellos, el que sabía todo lo que pasaba en el  pueblo y alrededores. Hablaba muy fuerte y parecía por su uniforme el dueño de la Terminal- Hacia el salió la bala-  Discúlpeme Sr. ¿Dónde puedo conseguir un taxi? Salto de una  pared baja donde estaba sentado y sigilosamente se puso a mi lado… sin bajar su tono de voz sino que lo aumento. Era este un volumen como para que sus parientes y los míos se enteraran. Me pregunto. ¿A dónde Va? Al Hotel “Real de Barco” respondí. Y para que quiere un taxi vaya caminando- es muy cerca- fue su respuesta.

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Barco de Avila. Gil García – El Bar – Un gran entretenimiento

Dirigí mi vista hacia dónde apuntaba su dedo y divise el Cartel. Me pareció lejos y en subida. No… quiero un taxi- Dije caprichoso- Para no parecerlo, agregue: Lo que ocurre que luego tengo que ir a Gil García.  Reforcé así mi explicación: Es el pueblito donde nació mi padre, quiero conocerlo y buscar algún pariente… si los hay.  En ese momento los 10 o 12 que estaban sentados en la misma pared, saltaron- se pusieron a mi lado – todos juntos hablaban y preguntaban (…)

Hasta que el de la voz cantante dijo: Esta chica que viene aquí, ¿Le pregunte, a su vez? ¿Ella? Señalándola. No, no. La que maneja el micro. Refiriéndose a otra. Se nos acercó una joven muy alegre y verborragica. Me pregunto ¿El apellido de su padre? Bernabé Solis, le respondí. Hummm… no conozco a nadie con ese apellido. Poco le importo que yo fuera de su pueblo, demostrando poco interés,  giro y continúo con su tarea.

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Barco de Ávila. Gil García – Historias contadas piedra sobre piedra-

Mientras… yo seguía haciendo una pequeña reseña de la histórica llegada de mi padre a la Argentina y ante sus preguntas me daba cuenta de la poca información que poseía. Me sentía culpable de no haberme interesado un poco más de su salida de España, de mi parientes que seguramente los hay- como fue su viaje- de cuanto extrañaba a su querida España. Solamente me remuerde mi conciencia de que  nunca pudo volver a su terruño, es por eso que yo tome la posta y me comprometí a hacerlo por él. Nuevamente participo el de la voz cantante – Sacándome de mis pensamientos- No tome taxi, me dijo- Que lo lleve el hermano de ella, ahora viene con otro micro, como si impusiera una orden. Como al pasar…  aclaro… ¡Es el intendente de Gil García!

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Barco de Ávila. Gil García – El tiempo dejo sus huellas sobre sus casas-

El reloj marcaba las 14.30 hs. – me llamaron- estaba esperándome el taxi. Me puse en sintonía y mi corazón empezó a latir locamente. ¿Qué me esperaba? Me preguntaba constantemente. ¿Que encontraría al conocer el pueblito? ¿Encontraría su casa? ¿ Estaría muy deteriorada?, ¿Algún pariente, primo o descendiente de la familia? ¿Cómo me recibirían? ¿Me aceptarían? Muchas preguntas… Pocas respuestas.

Cargaba solamente la mochila… y en ella muy pocas cosas. Los papeles con los pocos antecedentes que había podido recolectar  de mi familia española- Solamente algunos nombres- Visitaría el que a partir de este momento sería mi pueblo. Al hacerme ciudadano español mi lugar de referencia es este pueblo.  Todo esto recorría no solamente  mi cerebro sino todo mi cuerpo.

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Barco de Ávila – Mi chofer…Mi amigo…José Antonio Martin Colorado.

Ya estábamos en camino… Mi chofer… José Antonio Martin Colorado a partir de ahora José a secas y también… mi amigo, relación que establecimos cuando nos reunimos en su Asador” M y M San Lorenzo”, de la vecina localidad de San Lorenzo de Tormes, distante a solo 10 km de Barco de Ávila. Allí me invito a cenar y estrechamos nuestra amistad, también entendí por qué los argentinos nos hacemos tan rápido de amigotes, es la sangre que corre por nuestras venas.

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Barco de Ávila . Gil García – La iglesia siempre presente.

En la próxima curva esta la entrada. Debemos salir de la principal y tomar un camino lateral, me dijo mi ocasional chofer- Allí está el cartel de entrada – Mi corazón se volvía a acelerar… Nos detuvimos y José me saco unas cuantas fotos. De todos los ángulos, mi apuro por llegar, mi ansiedad incontenible hizo que le pidiera que retomáramos el camino… comenzó la subida, rodeada de una frondosa arboleda.  José me acribillaba a preguntas y hablaba sin cesar haciendo de guía de turismo, hubiese querido aprovechar ese momento en silencio. Sentado en la punta del asiento y tratando de retratar con mis ojos ese paisaje, mi ilusión era que esa imagen que guardaban mis retinas no se perdiera jamás.

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Barco de Ávila. Gil García. Solo 2 km. para cumplir mis sueños.

Los 1200 metros de altura que tuvimos que subir para llegar… se me hicieron eternos, no sé porque estaba tan ansioso ¿Que esperaba encontrar? Muchas eran mis incógnitas. Y este entorno  me sorprendía gratamente. Esta es la última curva… y la última subida, fue su respuesta a mi pregunta casi Infantil. ¿Falta mucho? Con un pequeño quejido el vehículo encaro la última subida. Esta es la parte principal del pueblo, me dijo ¿Me pregunte? Y pensé, casi sin quererlo. Si esta es la principal como será lo accesorio. Mi emoción toco su fin. Esto es un hecho, estoy pisando Gil García.

Este es uno de los momentos más esperado de mi vida. Tengo que vivirlo a pleno. Nos recibió una encrucijada de calles. Subidas, bajadas, la construcción muy variable y de todos los estilos, moderna, antigua con grandes piedras apiladas una sobre otra, con los techos caídos, el tiempo con su paso había dejado sus huellas. Confieso, ese estilo rústico me apasiona, las calles estaban asfaltadas, tendidos de cables que denuncian la presencia de electricidad… sinónimo de progreso. Ya tenía mi primer pantallazo. José, descendió y me invito a mí a hacer lo mismo…

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Barco de Ávila. Gil García – ¿Aquí habrá jugado mi padre?

La primera subida y el ¡Vamos Raúl, de José! –alentándome-  así te ayudo a averiguar  y te dejo organizado para volverme tranquilo. Su función de taxista se había excedido y le estaré siempre agradecido.

El primer vecino, nos dijo que no conoció a ninguno de los apellidos que le íbamos cantando, pero que fuéramos a ver a fulano de tal… que era uno de los más viejos, allí fuimos… bajar y volver a subir, a nuestro llamado una voz masculina- de edad por su tono y ronqueo- nos gritó: Estoy descansando, no recuerdo a nadie con esos apellidos, vayan a ver… a fulano de tal que quizás recuerde algo. Las noticias recorrieron rápido el pueblo. Recién llegábamos y ya todos sabían…quien era… y a que iba. Era comprensible, el mundo de la telefonía celular también estaba presente

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Barco de Ávila. Gil García – El campanario todo un mito.

Me llamo la atención la cara de contrariado de José- yo no hice ningún comentario- Me miro y dijo ¡Qué raro! Tampoco pregunte nada y  si él quería alguna respuesta en especial de mí, no se la di. Vamos a ver a una parienta mía que vive aquí- Unas vueltas-  bajadas -y nuevas subidas.  A nuestra llamado apareció la figura de una mujer con una sonrisa muy agradable… nos invitó a pasar.  Inmediatamente le pintamos un panorama de mi situación, saque de mi mochila los pocos papeles que llevaba y los apellidos que tenía se sucedían uno tras otro. Los “no” ganaron rápidamente sobre los pocos…“si”.

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Barco de Ávila . Gil García – Simple – Rustico – Pero que aguanta el tiempo.

Latas de gaseosa heladas y bombones de primera marca fue su invitación. Todos eran símbolos de modernidad… no me dejo de sorprender. Trataba de concentrarme en la búsqueda de mis parientes y pese a todo me llamaba la atención… su forma de vida… En la próxima publicación de los viernes les cuento el desenlace en: Gil García el pueblito de tantos padres y Abuelos (…)

La noche de Ibiza

Recuerdos de mis viajes por España

 

Apenas puse un pié en la isla empecé con mis averiguaciones para dar una recorrida por su noche, siempre fue unos de los iconos de este lugar… generador de muchas leyendas. No debía perdérmelo, quizás no tanto por mí, si no como una obligación hacia mis  queridos lectores… justo en esta no les voy a fallar. El chófer del taxi me dijo sonriendo. Vaya tranquilo si paga la entrada en la isla nadie le pone un pero. La pregunta fue por mis años- un poco pasado de añejo- quizás  no me  permitirían la entrada al boliche.

Ibiza. Sus playas.

El elegido uno de los clásicos “Pacha” ¿a qué hora puedo ir? Desde las 23 hs. hasta la madrugada, vía libre- Allí estuve- En el horario de apertura en punto. En la taquilla me marcaron en la computadora: sesenta euros… buena plata… justificada quizás. Estaba entrando a un “Templo”, quería conocer el paraíso nocturno y poder recorrerlo antes de que se llenara – lo caminé- lo escuche- lo fotografíe. El murmullo empezó a crecer lentamente los habitantes de las sombras…tomaban posición.

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Ibiza. Anochece -El Puerto revive-

Buenas tribus…de todo un poco, grupos de turistas con variadas ropas, distintos calzados, ellas con tacos muy altos, oscuros, brillantes y hasta descalzas. Habitúes que se encontraban, amigos, conocidos -la música crecía – su golpe te pegaba por todos lados. El más clásico de la música electrónica…también crecía…crecía…golpeaba cada vez más fuerte. Los extraños sonidos recibían  su aprobación  con gritos y susurros, la terraza, la cabina del disc jockey, la del iluminador, éramos muchos los que queríamos mirar y participar de la noche de Ibiza. De a poco me fueron arrinconando, saltaba con ellos y festejaba o aceptaba el encierro, mi margen se achicaba, sin proponérmelo me fui acercando a la salida. Este ya no era mi lugar… Me fui – En muy pocas horas me esperaba una amplia recorrida-

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Ibiza. Azul profundo. Detras las montaña.

….Caminaba… cobijado por las sombras. Caminaba…y  pensaba, en tantas noches de desvelos y planes. Me daba la sensación de volver abrazado de mis amigos, el sueño lo estaba cumpliendo, dos Whiskies on the rock, caros y escasos, el fresco nocturno me daba en la cara. La música todavía me retumbaba en mi cerebro: canturreaba: ¡Que toda la vida es sueño y los sueños, sueños son! Tal como lo decía Pedro Calderón de la Barca. En mi caso: uno nuevo se  había cumplido. “La Noche de Ibiza”

La Catedral:

Me habían recomendado, visitar la Catedral de la Virgen de la Nieves. ¿Cuál es? La que se ve allí en lo alto. Me informo la atenta señorita de turismo, mientras me miraba con unos ojos hermosos. No deje de visitarla, insistió,  casi imperativamente. Desconté 5 euros a mis arcas y me fui en taxi. Al volante, una mujer muy atenta. Lo voy a dejar por detrás. Por el frente las callecitas son muy angostas. Ud. cruza por un pasadizo que sale al otro lado y así  va tener la vista desde dos ángulos distintos. Sin esperar respuesta,  lo hizo.

Ibiza. Los calzonis. Una especialidad.

Empecé a sacar fotos, tenía razón esa vista era hermosa. Me rodeaban muros, me sentía amurallado y me encamine hacia el túnel, iluminado sutilmente, le daba un cierto misterio. Desemboque en una pequeña plazoleta, me dirigí entusiasmado hacia la Catedral, tenía curiosidad por conocerla.

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Ibiza. La Catedral de la Virgen de la Nieves.

Me lleve su gran portón por delante.¡ Cerrada!!!!!. Un cartel Rezaba… pero en horario. Pensé. Con el tema de la crisis, tienen restricciones y las iglesias no atienden a toda hora. Escuchaba los lamentos de otros turistas de distintas nacionalidades y quizás religiones. ¡Es un despropósito haber subido caminando y que el Señor cura duerma la siesta!!!! Este fue el  primer y poco amigable comentario, dicho como para que lo escuchen todos. Una Sra. Gordita que por su atuendo parecía muy religiosa, era la que estaba más alterada. Su acento la delataba… era de Brasil. ¡Esto ya me pasó en otro lugar, a la hora de la siesta los Sres. Curas no te atienden!!!  Nosotros somos turistas, quizás no tengamos oportunidad de volver nunca más y nos debemos adaptar, debería ser al revés. Sello su comentario y descargaba su furia con un paso apretado.  Yo también pensé lo mismo,  ¡Es un despropósito!!!

Ibiza. Las embarcaciones dejan su estela.

Cargue las pilas con alegría, sabía que diosito no me abandonaría pese a que no lo había podido visitar. Inicie el descenso, canturreaba algo que no se cantar, se me llenaban los pulmones de un aire fresco. Mezcla de montaña y mar- Mi espíritu estaba alegre- Disfrutaba de este momento…Mi momento. Allí abajo tenia a la esquiva Ibiza, la inmensidad del paisaje, el mar, las embarcaciones, su estela blanca le daba a su azul intenso un toque muy especial, flores que llenaban con sus aromas todos los rincones y esas clásicas callecitas tan típicas de España.

Ibiza. Los negocios son parte del paisaje

Fotos y más fotos, que difícil es guardar en ese pequeño aparatito todos los recuerdos. La inmensidad que recorre la  perspectiva de nuestra vista, en tan poco espacio, cuando las mostramos no nos parece el mismo panorama, siempre pienso… me parecían más grandes… más hermosas. Es que cuando las sacamos y queremos guardar un paisaje para siempre, nunca tenemos en cuenta lo que reservamos en nuestro espíritu, en nuestra alma, en nuestros sueños, tantas cosas  no entran en esa pequeña cajita, no es más  que  una máquina fotográfica.

Lentamente seguía mi descenso, coquetos negocios. En uno de ellos entre. Escuche este dialogo entre una turista que hace muchos años vivió en Ibiza. Hoy lo hace en Estados Unidos y el propietario del local. Los dos añoraban la Ibiza de antaño y despotricaban contra esta, que intenta modernizarse, que tiene autopistas, el puerto y los ferris. Que el hombre llego a la luna ya es una antigüedad…pensaba yo- en silencio- Mi espíritu rebelde, estaba encendido y a punto de participar. Por suerte  quise callarme… lo logre.

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Ibiza. Una ciudad custodiada.

Esta isla logra cosas insólitas en mí. Pero mi cabeza no dejaba de razonar: Su negocio estaba ubicado en un lugar privilegiado,  paso único y obligado de los Turistas- económicamente seguramente no le debía ir mal- La Señora que  vivía con todo el bienestar y tecnología en Estados Unidos ¿de qué se quejaban?  Sus deseos era  tener un lugar de belleza privilegiada, agreste y tranquila para ellos dos. ¿No les parece un poco egoísta? -Meditaba en silencio-

El turismo es esto… placer para algunos…  incomodidades para otros. Los otros son los que se creen dueños del lugar. Cuando les falta confort piden a gritos mostrar sus bellezas de las cuales se hacen propietarios y que vengan muchas turistas- Con el ánimo de mejorar económicamente-  El Turismo trae progreso, si es planificado, si es ordenado, si es un Turismo sostenible, no causa daño- Si pequeños inconvenientes- Le quita libertades a aquellos que se creen dueños del paisaje. Los que no hicieron nada para su creación pero que tienen la suerte de disfrutarlo y usarlo.

Ibiza. Un contraste entre el mar y la montaña

Si se  hizo lo imposible para que el mundo conozca sus maravillas, cuando viene el mundo debo achicar, achicarme en mis libertades para que sean iguales para todos, se les debe ofrecer comodidades, su espacio es limitado y quieren disfrutar y conocer todo en poco tiempo. Los lugareños deben saber que ese sacrificio, les traerá bienestar a ellos y a sus hijos.  Los podrán tener cerca porque no deberán emigrar para estudiar o buscar trabajo, serán los empresarios de los emprendimientos de sus padres, debemos saber y conocer todo esto para poder compartir el placer de vivir en un lugar Maravilloso. Tan maravilloso como Ibiza.

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Ibiza. Un paseo por sus playas.

 

Santa Eulalia:

Este es un lugar imperdible que se puede aprovechar durante todo el día, no muy lejano del centro de Ibiza, existe una línea de colectivos que te lleva hasta allí, por muy pocos euros y con una demora de una hora aproximadamente, se puede disfrutar de un panorama totalmente distinto. A mi particularmente me encanto. Su playa muy cerca de la terminal de ómnibus.

Ibiza. Santa Eulalia. Un coqueto puerto.

El pueblo tiene una distribución clásica, a nosotros los argentinos nos encanta, los edificios de departamentos y Hoteles muy cerca y frente al mar, esta comodidad a mí me apasiona. El lugar parece más apacible, más familiar, más económico, lamentablemente tenía pocas horas para disfrutarlo. El mar súper tranquilo y transparente, sus playas muy limpias, un cuidado paseo frente el mar, Un coqueto Puerto deportivo, muy cerca del centro, completan las necesidades de un Turista exigente. La oferta gastronómica amplia  y de calidad como en toda España, Los tragos al atardecer, son infaltables,  son una vedette  “Los mojitos y Daiquiris”.

Ibiza. Santa Eulalia. Prolijas playas.

Muy cómodo en el viaje de vuelta, repasaba mis días en la isla, ahora llegar al Hotel  y preparar la valija, al día siguiente muy temprano, un nuevo destino Madrid me espera.

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