Uruguay. Piriápolis. Toda Magia.

 

Recuerdos de mis Viajes por Uruguay.

 

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Uruguay. Piriápolis. Sus playas vistas desde el cerro ¡Imponentes!

Comenzamos la recorrida luego de un suculento desayuno en el “Hotel Jamaica” en Punta del Este. Recorrimos los pocos kilómetros que nos separaban y muy temprano estábamos en la Rambla de los Argentinos. Frente a él teníamos un mar bravío que se había levantado malhumorado. Estaba muy creído que nos iba hacer desistir de esta visita pero no lo logro. Ingresamos a la Dirección de Turismo para asistir a una charla sobre Piriápolis, pero sobre todo de su creador don Francisco Piria. Nos pareció una novela, más que una realidad, pero su interlocutora nos hizo apasionar y entusiasmar con el perfil de este maravilloso personaje.

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Uruguay. Piriápolis. Su puerto deportivo atestado de embarcaciomes.

Esta magnífica historia la que fue hilvanando Cisel Cardoso. Envolviendo a Piriapolis en una alquimia y un entorno de esoterismo recubierta de un halo de magia. Una extraña combinación a pesar de que son simplemente hechos verdaderos que rodean a esta hermosa ciudad. Asociado a su creador Don Francisco Piria. En mi caso es un personaje conocido, es muy nombrado en la ciudad de la Plata donde vivo, en la República Argentina. Allí muy cerca en la localidad costera de Punta Lara en sus playas bañadas por el Río de La Plata es muy nombrado. Siempre nos llamó la atención y continuamente estuvo rodeado de misterio “El Palacio Piria”. Según aseguran construido por él. La gran diferencia es que está totalmente destruido, no supimos conservarlo como hicieron los Uruguayos.

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Uruguay. Piriápolis. Sus bahías y apacibles playas.

Piriápolis tiene algo muy importante y es su localización en un lugar estratégico, está cerca de todo, a solo 60 minutos de Montevideo, la capital de la República, a 30 minutos de la ciudad más importante del país. Punta del Este con todo su ruido y muy cerca del aeropuerto Internacional que lo conecta con el mundo. Es esta una alternativa muy interesante para el turista, sus precios son menores y todo está al alcance de la mano.

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Uruguay. Piriápolis. El Hotel Argentino. Sus mármoles pintan una época.

Caminábamos por la avenida costanera frente al mar y allí nos encontramos con este imponente edificio “El Hotel Argentino”. Otra de las creaciones del magnífico Piria, Por si solo representa una gran época y fue construido con todo su esplendor. Allí también funciona el Casino. Este hotel con todas las comodidades conserva en sus instalaciones rasgos que son propios de la época de su inauguración, mármoles, vitraux y un amoblamiento muy especial.

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Uruguay. Piriápolis. El Hotel Argentino. Sus magníficos Vitraux.

Mientras nosotros seguíamos empecinados con el recorrido. El mar y el viento estaban empecinados en despeinarnos pero fue otro fracaso, no lo lograron. Seguimos con nuestra visita y fuimos a conocer todo lo que su creador dejo como un legado. El fuerte Piria. Un palacete que lo albergo por muy poco tiempo, está en reconstrucción. Tengo la esperanza de que lo hagan pronto, a todos nos pareció poco bueno su estado.

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Uruguay. Piriápolis. La Virgen de los Pescadores. Desde allí protege a sus fieles.

Lentamente íbamos ascendiendo hacia los cerros que rodean a la villa balnearia y fuimos descubriendo los mensajes que fue dejando su creador. La fuente del Toro ubicada sobre la falda del cerro del mismo nombre, la Fuente de Venus. La virgen de los Pescadores, ubicada sobre el Cerro San Antonio se encuentra sobre la piedra fundamental de la ciudad y domina toda la Bahía. Protegiendo precisamente desde allí a los Pescadores.

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Uruguay. Piriápolis. El palacio Piria, es parte de esta historia.

Las horas se sucedían y todo muy lindo pero nuestra hambruna empezaba a comer nuestros cerebros, las coordenadas de nuestros GPS marcaban un solo lugar. La marisquería que esta al pie de la aerosilla. Precisamente la misma que todo los años se ocupa de sacarnos este caprichoso cosquilleo de nuestros malcriados estómagos. Lo de “Juan y Cristina”, mariskeria, parrilla de pescados, carnes y vegetales. Pero a nosotros nos quisieron sorprender con una gran paella, la que fue aceptada por unanimidad.

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Uruguay. Piriápolis. “Lo de Juan y Cristina” la paella habla por sí sola.

Tal cual debe ser la gigante paellera estaba apagada, inclusive esta actitud nos trajo desazón y grandes dudas. Hasta que llegó el momento en el que se prendieron los fuegos, los aplausos dieron su aprobación. El chef los empezó a manejar con maestría. Aceite de oliva, ajos, cebollas, morones. La fritada fue tomando un color muy especial, marrón casi rubio, lentamente esta empezó a tomar cuerpo. El pollo y el cerdo le iban aumentado el volumen, de a apoco los mariscos se fueron acomodando como si fuera un gran teatro. El chef muy prolijo le daba los lugares preferenciales a las medias valvas de mejillones, los camarones y langostinos con su color estridente contrastaban contra el verde del porotaje, el caldo llego poniendo las cosas en su verdadero lugar y por fin el arroz.

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Uruguay. Piriápolis. “Lo de Juan y Cristina” Nos esperaban manjares.

Nuestra ansiedad no tenía límites y engullíamos pan, palitos, galletitas con cualquier cosa que se pudiera mojar o untar. Los vinos y las muy buenas cervezas uruguayas corrían sin cesar, tratando de matar el poco tiempo que nos quedaba para degustar el plato principal. Mi ventana daba exactamente frente al Puerto deportivo y ya me sabía de memoria todos los nombres de todas las embarcaciones ancladas y las que estaban en el muelle seco. Pero en gastronomía las reglas están dadas, se comienza una paella cuando llega el último comensal.

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Uruguay. Pîriápolis.” Lo de Juan y Cristina” El Chef gritó: “A sus platos”

Por fin llegó la orden y los mozos salían disparados con los platos humeantes, empezamos a degustarla y esta vez el Chef se llevó el mejor de los aplausos, verdaderamente exquisita. Cumplido uno de los requisitos muy importantes en estos viajes empezamos a movernos inquietos. Ya queríamos un poco de actividad.

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Uruguay. Piriápolis. Sus tentadoras playas.

Encaramos hacia la aerosilla como para hacer la digestión, siempre es lindo ver la bahía desde la altura, el puerto, y las embarcaciones ancladas. El mar seguía embravecido pero el sol nos daba toda su luz, pegamos la vuelta y un rápido descenso. Nos fuimos acercando a la combi mientras nos despedíamos de esta Playa muy especial que es Piria…polis.

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Uruguay. Piriápolis. Su arquitectura marca una época.

Nos fuimos hacia Punta del Este, debíamos cargar nuestro equipaje y partíamos hacia la Paloma, allí nos alojaríamos en los Hoteles de nuestro amigo Héctor Chaine que siempre nos pone a nuestra disposición, “Hotel Portobelo. “El apart Hotel Sotavento” y las cabañas “Costa Esmeralda” Nos esperaba todavía para cerrar el día una cena con las autoridades de la Paloma y mañana nuestro nuevo rumbo será hacia Brasil.

 

Uruguay. Punta del Este. Toda seducción.

 

Recuerdos de mis Viajes por Uruguay.

 

Mi pie derecho apretaba el piso del auto y el que más sufría era mi acelerador. Estábamos muy ansiosos por llegar en nuestro breve viaje de la Paloma a Punta del Este, allí donde el sol monto su templo en la República oriental del Uruguay, suerte que tan solo nos separaban 130 kilómetros.

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Punta del Este. Sus playas son atracción de Turistas que llegan en grandes cruceros.

Teníamos noticias de que varios periodistas de distintos países se encontraban alojados en el “Hotel Jamaica”. La única referencia que teníamos es que estaba detrás del Hotel “Conrad”. Sentadito en la punta del asiento trasero viajaba mi colega de Ecuador Guido Calderón, el hacía de Copiloto de rally. Entre sus manos lo protegía como si fuera un polluelo, lo exprimía y movía nervioso, mientras sus dedos aprovechaban y le llenaban la cara al GPS. A su vez a viva voz me iba dando indicaciones. Era la auténtica búsqueda del tesoro.

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Punta del Este. La mirada perdida en el horizonte en Casa Pueblo.

Por fin se escuchó: ¡Allí esta! El griterío en el habitáculo del auto era ensordecedor. Rápidamente salieron a saludarnos nuestros colegas de distintos países y así dimos por iniciada la nueva reunión de “Visión” – Asociación de Periodistas Internacionales de Turismo- Una ajustada agenda nos mantendría ocupados por más de 10 días. En pocos minutos más nos pasarían a buscar para dar una recorrida por esta magnífica ciudad balnearia, la codiciada, la única… Punta del Este.

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Punta del este. El “Hotel Jamaica” y su coqueto entorno.

Hicimos el chek inn en el Hotel y nos distribuyeron las habitaciones. La clásica revolcada de las valijas. Debíamos asegurarnos de llevar la máquina de fotos y verificar la carga de las pilas, es la nueva tecnología que nos debemos asegurar en todos los viajes. Sin quererlo ya estábamos arriba del ómnibus y nuestros guias nos iban repitiendo cifras y nombres sin cesar.

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Punta del Este. La belleza de sus codiciadas playas.

Recorrimos el pintoresco Puerto deportivo de la “Virgen de la Candelaria”, descubierto por uno de mis más famosos tíos “Don Juan Díaz de Solís”. Atestado de costosísimas embarcaciones, este fue uno de los primeros puntos que recibieron todos los disparos de nuestras máquinas fotográficas. Descargamos en él toda la adrenalina del viaje. A mi particularmente me hizo poner nostálgico y recordar a “Puerto Banus” en España. Seguimos en nuestro recorrido y llegando a la punta de la península. Vimos como las aguas se unían en un abrazo eterno de colores y sabores en interminables besos de espumas. Allí se juntan las aguas dulces del Río de la Plata y las saladas del océano Atlántico.

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Punta del Este. Grandes cruceros llegan a sus costas.

Rápidamente estábamos fotografiando los famosos “Dedos” muy cercanos a la parada 2 de la playa Brava, uno de los lugares más atractivo para la “Foto” de Punta del Este. Siempre está rodeado de turistas que cámara en mano quieren inmortalizar su silueta. Esta magnífica obra del artista Chileno Mario Irazábal Covarrubias es hoy uno de los iconos más representativo de los esteños. Sus imágenes con ciento de caras de turistas de distintos países recorren el mundo identificándolos. Personalmente cuando los veo me imagino detrás de ellos a la ciudad de Punta el Este. Siempre que puedo paso por allí. Pese a que originalmente el autor quiso prevenir a los bañistas de un posible accidente en el mar. Para mí es un canto a la vida esa mano buscando el inmortal cielo.

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Punta del Este. “Los dedos” Un icono del turismo Uruguayo.

Hoy a estas magnificas playas llegan grandes cruceros que vienen recorriendo distintos puertos. Es este uno de los principales atractivos de la ruta prevista dándole un movimiento importante de turistas extranjeros. Poco a poco recorrimos toda la costa Brava, en su orilla habitan una importante hotelería, edificios y construcciones de muchísimo valor rodeada de puntillosos jardines, ordenados, regados y florecientes, adornados de multicolores flores que le dan un marco especial a toda esta magnífica red edilicia.

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Punta del Este. La Barra de Maldonado y su puente ondulante.

Fuimos en forma directa a la famosa Barra de Maldonado unos de los puntos de reunión del glamour de todos los veranos. Allí se practican todo tipo de deportes náuticos y las siluetas femeninas con muy poca tela sobre su cuerpo adoran al sol. El puente ondulado que une a las dos orillas- así se lo conoce por su forma- Es una obra arquitectónica de una osadía total y hacen del lugar algo muy pintoresco. Atravesarlo nos da una sensación muy extraña en nuestros estómagos, que se traducen en sonrisas y griterío, tal como ocurrió en nuestra combi, provocando un momento muy divertido.

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Punta del Este. Punta Ballena es una obligación visitarla.

Ante el reclamo de todos fuimos hacia Punta Ballena, recorrimos los pocos kilómetros que nos separaban de ella no más de quince, ansiosos por conocer este maravilloso lugar y dispuestos a regalarnos un magnifico atardecer. Conocedores de que esta punta de piedras que arriesgadamente se mete en el mar y tiene el placer de cobijar entre sus rocas a “Casa Pueblo”.

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Punta del Este. “Casa Pueblo” La morada de Paéz Vilaró.

Es este un lugar muy especial que fue creado por un personaje muy mimado por los Uruguayos. “Carlos Paéz Vilaró” recientemente desaparecido. En su mente de artista fabrico este magnífico lugar y lo fue desarrollando a través de los años. En su interior cobija un Hotel de cuatro estrellas, un museo y una galería de arte. Su estructura muy blanca se destaca desde muy lejos entre las rocas. Convierte esta punta saliente de piedras en un paraíso. El lugar tiene un aspecto muy particular cuando el reflejo del sol ocultándose insolentemente lo invade. Convirtiéndolo en el  “Santuario de la Bohemia”.

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Punta del Este. Casa Pueblo y Punta Ballena una simbiosis de Bohemia.

Nuestro transporte regresaba con las primeras sombras que querían invadir el escenario, la ruta costeaba el mar y la blanca espuma sacudía su cabellera sobre las limpias arenas costeras. Viajaba semidormido y meditaba… es que cuando encontramos estos lugares tan bellos los “Turistologos” acostumbramos a usar una frase muy conocida y muy ceremoniosos decimos: “Aquí estuvo la manos de Dios”. En silencio y muy para mis adentros pensaba en el privilegio de los Uruguayos. De haber encontrado a Dios en un día muy descansado, muy creativo y que no uso solamente una mano sino que uso las dos y quizás algún ayudante. Es que le dio tanta belleza a Punta el Este. Su imaginación y su buen gusto son notables. Lo único que se me ocurrió susurrar fue ¡Grande Genio!

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Punta del Este. Las playas y los visitantes de Grandes Cruceros.

Nos dejaron en la puerta del Hotel y nos dieron una hora para bajar bañaditos y perfumados. La cena prometía, nuestro próximo anfitrión seriá el gran “Hotel Conrad Punta del Este. Resort & Casino”. Un cinco estrellas emblemático de Punta, con casi 300 habitaciones, 5 restaurants un completo Spa y un gran Casino. Ubicado en un lugar preferencial frente al mar.

Muy puntuales ingresábamos triunfantes y hambrientos al Restaurant “Las Brisas” del gran complejo. Una pequeña ceremonia con las autoridades del lugar, regalos y llego la esperada orden ¡A comer! Estas son las sugerencias del Chef:

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Punta del Este. Hotel Conrad y el Restaurant “Las Brisas”

Salad Bar

Sopa de pollo y verduras

Wrap de atún y vegetales asados

Principales:

Picaña con papa al plomo

Spaghetti con salsa de hongos y Panceta con hierbas

Pesca del día con salsa de Puerro y azafrán

Buffet de postres

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Punta del Este. El Restaurant Las Brisas en el Hotel Conrad. Buffet de Postres.

En mi caso partí como un enajenado con mi plato y el tenedor armado como para ir a las cruzadas. Mi objetivo la mesa del Salad Bar. Muy abundante y variado. Pese a que quise ser mesurado casi lo hago explotar. Todo regado por un abundante tinto muy rico servido a discreción. Mi plato principal ¡Carne! Picaña. Allí me demostraron la bondad de la cocina, se pidieron dos de ellas, una jugosa la mía y la otra a punto, las dos llegaron al mismo tiempo y con cocción exacta para cada uno y la temperatura. Caliente. Una exquisitez. Los Postres capítulo aparte.

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Punta del Este. Hotel Conrad una apacible recepción.

Un rápido recreo por la sala de Juego, muchos de mis colegas despuntaron el vicio. A mí ya hace tiempo que este bichito me dejo de picar. Lentamente nos fuimos retirando. Mañana muy temprano teníamos un día agotador por las Playas de Piriapolis. Rápidamente las sábanas suaves y la agradable temperatura me envolvieron en un magnifico sueño.

 

Uruguay. Siempre me sorprende

Recuerdos de mis Viajes por Uruguay

En el marco de “Visión” la organización que nuclea a los Periodistas Internacionales de Turismo, realizamos la primera incursión del año, la idea era visitar el este de Uruguay y el sur de Brasil. Hicimos base en la Paloma en los Bungalows “Costa Esmeralda” totalmente equipados y con acceso directo a la playa. De los mismos dueños del Hotel Portobello, donde nos servían suculentos desayunos.

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Uruguay. La Paloma. Balconeando desde el “Hotel Porto Bello”

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