Extraño fenómeno, inentendido por las leyes de la naturaleza, fue ese que tuvo lugar el 5 de abril de 1992 en las afueras del Bosque de La Plata. Las entrañas del planeta Tierra se removieron confusas, despertadas por la ferocidad atómica de un grupo de miles de personas que habían dado a conocer al mundo la potencialidad explosiva de la pasión en su estado más puro.