Como comunicador, tal vez no hay nada peor que explorar la audiencia en una presentación sólo para ver a la gente jugando con sus teléfonos inteligentes, inquietos en sus asientos, o-peor aun quedándose dormidos en un charco de baba. Si alguien hubiera filmado mi vida, mis equivocaciones y errores de comunicación podrían convertirse en horas de escenas de humor. Aprender a conectarse con la gente ha sido un proceso continuo para mí, con pruebas de error y un montón de desconexiones. Sin embargo, estoy agradecido por mis fracasos, porque ellos me han enseñado valiosas lecciones acerca de cómo comunicarse con los otros. Espero que puedan deducir algunas cosas de mis errores, como perfeccionar sus propias habilidades como conectores.