El escenario: una marca de lujo cuyo nombre es ligada de forma innata a un país profundamente afectado por la recesión económica. El dilema: aumentar las ventas globales sin comprometer el componente clave de exclusividad de la marca. La guinda del pastel: estar en una industria muy afectada por la recesión mundial en los últimos años. De todos modos, el fabricante de automóviles italiano Ferrari ha conseguido aumentar las ventas anuales en la última década de aproximadamente 4.000 a 7.200 en 2011.
“Al igual que con una mujer guapa, tienes que desearla”, dice Luca Cordero di Montezemolo, presidente de Ferrari, acerca de su producto de lujo. Sin embargo, mientras el secreto de una mujer puede radicar en su perfume, el secreto de una Ferrari se encuentra en el sonido de su motor. Tres años antes de que un modelo llegue a una sala de exposición, Montezemolo vota con funcionarios de alto rango una selección de tonos de motores que están compuestos por un músico. El coche se va creando, y en una habitación acolchada e insonorizada el coche es juzgado. Sólo si el tono del motor toca la tecla correcta el coche obtiene la aprobación para la producción. (Fuente: The New York Times). Aunque lento y tedioso, esos son exactamente el tipo de detalles que han hecho que la marca Ferrari suba a la cima.
¿Qué desafíos ha tenido esta compañía de lujo? ¿Y cómo han alineado con éxito la estrategia de ejecución para superarlos? A continuación, descubre cómo Ferrari ha conseguido llegar a ser más versátil, y al mismo tiempo seguir ofreciendo el título envidiable de “sexo sobre ruedas”.