La forma en que el año terminó me pareció una buena lección para los profesionales del marketing. Ya sea que temiéramos el abismo fiscal, o evitáramos el apocalipsis maya o siguiéramos un sinfín de buenas historias de fin de temporada, forma parte de la condición humana el hecho de sentirnos atraídos a ciertas cosas, aburridos por unas y despectivos respecto a otras.
Nos encanta una buena historia. Y necesitamos buen storytelling. Cuando estas cosas se juntan, no sólo llaman nuestra atención, sino que también nos inspiran a buscar más información y detalles.
El marketing es contar historias. Pero, ¿qué cualidades hacen que mi historia sea mejor que la tuya?