Mikel Arteta, entre la espada y la pared

#ArsenalEnAmerica
MIKEL ARTETA - capitán del Arsenal

MIKEL ARTETA – capitán del Arsenal

A apenas 10 minutos del cierre del Deadline Day del año 2011, Mikel Arteta selló su llegada a un Arsenal que venía de lograr su clasificación a fase de grupos de Champions, pero que luego fue arrollado 8-2 en Old Trafford por Premier League. Las alarmas habían sonado en le Norte de Londres. El español demostró ser la adquisición más importante de ese día de locura que también tuvo otra adición de peso en Per Mertesacker.

Contra todos los pronósticos Arteta se transformó en el volante central del Arsenal, en su número 5. Venía de jugar en posiciones más ofensivas en casi todos sus clubes anteriores: Everton, Real Sociedad y PSG. Para encontrarnos con un Arteta pivote hay que remontarse al año 2001 y al Barcelona B. Por ese entonces Mikel tenía 19 años y el volante central de la Primera era nada más y nada menos que Pep Guardiola, quién le dejó un consejo: “Mikel, tienes que estar contento cuando otros jugadores se destacan alrededor tuyo, quiere decir que los has mejorado. No busques la felicidad en tus propios momentos.”  10 años pasaron para que el de San Sebastián haga valer las palabras de Guardiola. Y no es casual que fuera bajo el ala de Wenger.

Arteta floreció en su primera temporada en el Emirates. Precisión, concentración, anticipación, visión. Lo tenía todo. Un digno hijo de la revolución barcelonista de Pep, que había convencido a Wenger que el volante central ya no debía ser necesariamente un recuperador fuerte que plante batalla desde lo físico. El español se hacía eje del equipo de Wenger: dueño de la bola en la base, maestro de orquesta dictando el tempo y tal vez más importante aún, el pagamento que unía al equipo. Defensa y ataque se movían en bloque al son de Mikel. A partir de lo dicho podemos imaginar a imagen y semejanza de quién pensó Wenger a su nuevo volante central. Arteta era una especie de Busquets clase B: conceptualmente similar pero de menor jerarquía.

Los videos son para tomarlos con pinzas, pero incluyo este porque puntualiza dos virtudes de la “Alta Edad Arteta”: presión y anticipación.

Arteta, como le dijo Pep cuando era un adolescente, tenía que estar contento. Song, Walcott y Van Persie se destacaban y mucho a su alrededor, habían sido mejorados por el estratega marca La Masía.

Pero 2 años después la historia comenzaba a cambiar de modo dramático, dando un giro casi copernicano. La compañía de Arteta mejoró: se fueron Van Persie y Song pero llegaron Cazorla y Özil y explotó Ramsey. El de San Sebastián y sus piernas envejecieron y su calidad de jugador de segundo orden no había cambiado. No obstante su mayor inconveniente fue que el equipo lo abandonó como unidad. La estrategia cambió y él fue el primer perjudicado. Atormentado por las mortales contras de Ferguson y Mourinho, y las constantes derrotas ante los grandes, cansado de las dramáticas caídas ante equipos chicos sobre la hora o tal vez por la influencia de Bould, Wenger cambió el libreto. Arsenal pasó de un achique que no siempre era acompañada por la presión (y aquí el error) a un sistema de mayor repliegue, en buena medida para acomodar a un Mertesacker cuya lentitud en los desplazamientos hacen que se sienta mucho más cómodo defendiendo cerca del arco de Szczesny.

El siguiente cuadro es elocuente respecto de la dudosa presión de Arsenal:

La columna AvgPPDA* marca una métrica interesante: la cantidad de pases que permite en promedio un equipo cuando es atacado. Se contabilizan los pases efectuados en los últimos 60 metros del terreno de juego.  A menor cantidad de pases permitidos, lógicamente, la presión es mayor.

Arteta fue el abanderado de la presión en las temporadas 2011/2012 y 2012/2013. El mejor ejemplo está en ese gran gol marcado ante Manchester City en su primera temporada en el equipo.

Pero como el cuadro demuestra Arsenal nunca asedió lo suficiente a sus rivales y terminó optando paulatinamente por el repliegue. No obstante, esto no solucionó los dramas del equipo en los partidos grandes.  El mediocampo de tres, que padeció las largas lesiones de Özil y Ramsey, era superado física y numéricamente por sus rivales. En varias de las pesadas derrotas (3-6 vs City, 1-5 vs Liverpool y 0-6 vs Chelsea) el problema estuvo en la salida. El compañero de Arteta en la base (Chamberlain o Wilshere) buscaba romper la presión con gambetas hacia delante o pases verticales. El resultado fue un Arsenal que la perdía demasiado rápido y peligrosamente cerca del arco propio.

Para empeorar las cosas, el problema de las transiciones se solucionó sólo parcialmente con el repliegue. En los pasajes en los que los de Wenger controlan la pelota, es un equipo que incorpora mucha gente en ataque. Cuando la pierde, deviene en un equipo muy largo, con la defensa muy lejos y Arteta muy expuesto. Ni el mejor Busquets podría hacer mucho ante una situación de este tipo. De hecho lo hemos visto sufrir en más de una ocasión en el Barcelona post Pep que no termina de hacer pie (en la medida de sus estándares). Esta es una falencia estructural del Arsenal que el español por sí solo no puede solucionar. Las bestias que muchos piden, como pueden ser Matic o Fernando, serían mejores pilotos de emergencia que el español en este tipo de situaciones por capacidad física, pero no purgarían el vicio existente. Sin embargo, jugadores de este tipo tendrían más sentido en el repliegue cuando no se tiene la pelota, situación en la que Arteta se siente un completo extraño.

Lo expuesto demuestra que el elegante vasco es más bien una víctima de lo acontecido en el equipo del Norte de Londres. Su jerarquía puede no ser del más elevado estándar, pero:

A)    La falta de presión

B)    La salida hacia delante de algunos de sus compañeros en lugar de evacuar la presión rival hacia los costados

C)     Ser la isla solitaria de un equipo largo

Son todos factores que generan un problema estructural que excede individualmente al ahora capitán de Wenger.

Muchos ven en William Carvalho una variante con lo mejor de ambos mundos: técnica y creatividad para administrar, fuerza y potencia para recuperar. Las condiciones y el potencial del portugués ciertamente invitan a soñar. Pero un equipo armado con Ramsey, Özil, Walcott y Alexis Sánchez debe ser más osado, debe animarse a más. Si Arsenal pretende seguir jugando con un pivote solitario de las características de Arteta, el plan tiene que cambiar: por el bien del vasco y de todo el equipo.

*Fuente: Stats Bomb

Por Ezequiel Tortorelli.

Recuerden que hasta el 15/09 estamos buscando al ganador de la camiseta del Arsenal. Es muy fácil, aquí están los pasos a seguir para participar: http://blogs.infobae.com/arsenal-en-america/2014/09/08/sorteo-participa-por-la-camiseta-puma/