Anécdotas con Leopoldo Presas…

#DeColoresYPasiones

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Hace ya varios años me contacté con el pintor Leopoldo Presas (1915 – 2009). Hablamos por teléfono y fui a visitarlo a su taller. Era un taller relativamente chico. Ahí estaba él, perdido en medio de tantas cosas acumuladas. Fue muy amable conmigo, le llevé algunos de mis trabajos que miró con gran atención. Charlamos poco, estuvimos casi toda la tarde en silencio. Creo que las grandes verdades no se transmiten de un hombre a otro por intermedio de las palabras convencionales, sino que eligen al silencio como camino entre las almas.

Me contó algunas anécdotas personales (pocas) para darme ánimo. Eso fue lo que sentí en ese momento. Me habló de cuando no disponía de dinero y pintaba en hojas de diario. También me contó esta anécdota que fue una de las más importantes en su vida: “Una vez en Mar del Plata había perdido todo en el casino menos diez pesos. Decidí emplearlo, al salir, en comprar un libro; fue cuando descubrí en Ortodoxia a Chesterton. Y fue el día más feliz de mi vida. Él me enseñó a estar alerta y me inculcó gran amor a la vida y permanente sentido del humor. Me hizo ver que estamos rodeados por el milagro, que hay que despertar un poquito para percibirlo.”

Así como Leopoldo me recomendó a Chesterton yo les recomiendo a ambos. Al genio de Chesterton y a este gran pintor.

Emilio Fatuzzo.