Es agradable a la vista y transmite encanto y alegría. Tuvo su gran auge y esplendor en los años ´5o y ´60 y ahora volvió a resurgir dejando su sello vintage en complementos como almohadones, lámparas y muebles. En una gama más oscura vas a lograr un ambiente sofisticado y sobrio. En cambio, si su matiz es claro genera un efecto desestresante aunque con el acero algo mas industrial.¡Para un contraste osado va muy bien con rojo o dorado!

 

 

 

¿Cómo elegir las combinaciones?

 

* Con blanco: Acentúa el verde si lo usás en paredes, molduras y alfombras y en muebles. Ideal para una casa casa en el campo.

* Con negro: Creá un ambiente contemporáneo. Contrasta con lo suave del menta. También para detalles en azulejos, marcos de fotos o relojes.

* Con canela: Da una imagen neutral y casual. Menos impactante que el blanco y menos dramático que el negro. Si preferís un estilo más atrevido, podés mezclar con tonalidades café.

* Con lavanda: Es un tono pastel que también es una buena opción. Para habitaciones la unión de lavanda y menta crean un clima sereno; al igual que en una entrada o galería. Queda muy sutil si lo incorporás en cortinas y sábanas. Si tenés muebles de madera y querés renovarlo pintalo de este color.

* Con turquesa: Vas a obtener un espacio retro y se aplica a la perfección en una cocina. Una alianza podría ser los muebles o paredes en verde y los utensillos o percheros en turquesa.

 

 

 

 

 

 

 

Fuente fotos: http://goo.gl/bIhiA5 / http://goo.gl/jvflr1