Vivir de la alegría: cómo se profesionaliza una fábrica de narices

#FábricaDeLaCultura

Orly Issaharoff es actriz. Y, después de hacer teatro callejero durante un viaje a Europa, se dio cuenta de que hacer reír a su audiencia era lo mejor que le podía pasar.

Comenzó a especializarse en Clown y fue ahí cuando notó que había un serio faltante en el mercado: narices rojas. “No había narices buenas. Sólo de cotillón”, relata. Lejos de desanimarla, Orly puso manos a la obra y comenzó a fabricarlas (no le fue difícil porque se dedica a las artes plásticas y de chica siempre tuvo contacto con las máquinas de coser Singer que usaban las mujeres de su familia). Terminó las primeras y se las ofreció a conocidos. El boca a boca de sus colegas provocó que muchos le encargaran narices de distintos modelos.

 

 

 

El negocio explotó y reconoció que debía profesionalizarse. “Me vi en la situación de decidir que esto creciera. Hace un año y pico tomé la decisión de dedicarme a esto y profesionalizarme”, confiesa Orly.

Por eso se acercó al Centro Metropolitano de Diseño (CMD) y se anotó en el concurso Incuba. Ahora, “Napias” (la marca de Orly) crece y se presenta como un caso testigo de cómo se puede unir cultura con trabajo.

La incubación física de emprendimientos apunta específicamente a preparar proyectos para su puesta en marcha y salida al mercado. En este sentido, si bien no se les otorga a los incubados ningún tipo de subsidio o premio económico directo, lo que reciben en servicios les permite ahorrar dinero y por sobre todo, fortalecer sus proyectos hasta la etapa más madura de comercialización”, explica a la #FábricaDeLaCultura Eduardo Wegman, encargado del programa Incuba.

Así describe Wegman uno de los pilares del programa realizado por el Ministerio de Desarrollo Económico del gobierno porteño, que se desarrolla en el Centro Metropolitano de Diseño (CMD).

El objetivo es apoyar el proceso de creación y consolidación de nuevos proyectos, así como favorecer el intercambio de experiencias y el networking entre emprendedores y especialistas en las diferentes temáticas.

De ahí que Wegman señale: “La incubación permite a los emprendimientos estar en un ambiente protegido, controlado y asesorado. Además, es muy importante la interacción que se genera  entre los incubados de diferentes proyectos, quienes comparten información y experiencias y en muchos casos, logran sinergia”.

El programa prioriza, entonces, la participación de proyectos que posean un plan de negocio sólido, factible y razonable. Tienen que disponer de un equipo emprendedor dispuesto al aprendizaje, la colaboración y al networking.

Los equipos seleccionados deben estar en condiciones de alcanzar avances comprobables en un plazo menor a los 12 meses y, además, pertenecerán a los siguientes rubros: moda, diseño industrial, diseño gráfico; industrias culturales/creativas, o diseño digital/interactivo.

Ahora bien, quien desee participar del programa debe apuntar que la actual inscripción cierra el 22 de marzo y pueden postularse emprendimientos con menos de 24 meses de antigüedad que se desarrollen dentro de la Ciudad en el ámbito del diseño, la creatividad y la innovación.

Los interesados deben presentar sus proyectos a través de alguna de las entidades patrocinantes (Endeavor, Inicia, IAE; Bairexport, Emprear, UAI, etc.). Una vez presentados, se pasa a la etapa de evaluación en donde se realizan entrevistas 1 a 1 para conocer más a cada proyecto. Los seleccionados en esta etapa pasa a una instancia final, el elevator pitch, que se trata de una presentación pública ante un jurado reconocido del mundo emprendedor y del diseño, quienes seleccionan a los ganadores.

 

Incuba, en movimiento

Incuba posee más de 1400m2 para incubación y a la fecha ha incubado a más de 90 emprendimientos. En la última edición, IncuBA VIII ingresaron 20 emprendimientos muy variados: desde objetos de chapa para decoración del hogar, carteras realizadas en base a la reutilización de bolsas de polietileno,  diseño y confección de zapatos, realización de baldosas a base de tapitas de plástico de gaseosas, hasta la confección de ropa para beses realizada en base a algodón orgánico. Entre ellos, está Napias.

Brinda el espacio físico por 12 meses con posibilidad de extender este período de incubación 12 meses más. Además, provee a los incubados con: servicios de telefonía fija, internet wifi, seguridad y limpieza; asistencia técnica y tutoría por parte de las entidades patrocinantes; capacitación permanente; apoyo permanente del departamento de Diseño del CMD; participación activa en actividades de netwoking y actividades especiales; participación en eventos relevantes y ferias, y visitas del exterior.