Si te sentiste identificado con este título, te invito primeramente a dar un paso: generá el hábito del ahorro. El hábito del ahorro consiste en visualizar un objetivo y dirigir a él tu conducta constante de separar una parte de tus ingresos, que serán los que, luego, pondrás poner a “trabajar”.
Hoy por hoy, tenemos herramientas que nos permiten ahorrar y, al mismo tiempo, ir generando un ingreso extra. Es decir, canalizar el ahorro a través de una herramienta financiera, como por ejemplo los fondos comunes de inversión, es una modalidad que te ofrece una rentabilidad con beneficios adicionales. Ellas te facilitan el manejo de un proyecto en pesos, que se debita de tu cuenta mensualmente, colaborando de paso en la tarea de crearte un hábito de ahorro.
Hoy en el mercado existen ofertas tanto en el sector bancario como en compañías privadas de inversión. En el caso de estas últimas, existe la posibilidad de ingresar con activos que están nominados en dólares, comprados en pesos y, a la hora de cobrar sus intereses, se retiran en la moneda local, a la cotización del momento.
Entonces, mientras se realizan progresivamente los débitos de tu cuenta, mes a mes, el activo se va rentabilizando y nos protegemos al mismo tiempo de la inflación.
Resumiendo, partiendo de una mínima cantidad (no es necesario ingresar con un elevado monto) y en función del tiempo que estés dispuesto a dedicarle a la herramienta, tu proyecto de inversión se hará realidad. Sólo es cuestión de decidirse a una modalidad de ahorro un tanto más sofisticada que los tradicionales plazos fijos, y desarrollar una mentalidad a mediano plazo.
Después de todo, no podemos pretender subirnos a las grandes ligas de la inversión sin un monto considerable que nos respalde. Pero lo que sí podemos es tener constancia sostenida en el tiempo, anclada en un objetivo que nos motive en el camino.
Como siempre, amigos, espero sus comentarios y consultas. ¡Buenas finanzas!