¿Qué es un beat’em up? Quizás muchos no estén familiarizados con la denominación técnica, sin embargo cualquiera que haya vivido en los noventas seguramente habrá jugado al menos una vez en la vida al Double Dragon o al Final Fight.
Puesto en criollo, “beat ’em up” es una categoría que se refiere a aquellos títulos en que el jugador comanda a un personaje que va por la calle rompiéndole la cara a todo el que se le cruza por delante.
En la anterior parte de este recorrido por la historia de la violencia en los video juegos vimos como todo comenzó en los setentas con el escalofriante “Death race” y nos quedamos en los noventas, la era del Mortal Kombat y su interminable lista de clones.
Sin embargo, la sangre en aquel entonces no era monopolizada por el género de los juegos de pelea, ya que fue en esa misma época en que empezaron a aparecer los actuales defensores del título de los más violentos; me refiero, por supuesto, a los shooter o juegos de tiros y más particularmente al título que revolucionó a la industria, convirtiéndola en lo que es hoy en día.
Sangre, tripas, ejecuciones brutales… hoy en día resulta imposible imaginar un shooter o juego de tiros sin todos estos condimentos; sin embargo, los más veteranos sabemos que hace solo unas décadas la inclusión de estos cruentos detalles en un juego hubiese generado un revuelo increíble en la sociedad: Padres furiosos, campañas escolares, junta de firmas, Guillermo Andino con cara de indignado (y muy mal informado) hablando del tema en el noticiero de la noche… en fin, todas las pavadas que “justifican” la existencia de los sectores más conservadores.
2014 y 2015 se perfilan como excelentes años para el mundo del terror en los videojuegos. Tras el paso de una generación marcada por la ausencia total de títulos que nos hicieran erizar los pelos de la nuca (La franquicia de Resident Evil fue mutando gradualmente hacia el mundo de la acción, al igual que Dead Space, mientras que Silent Hill desbarrancó por completo y Fatal Frame desapareció sin dejar rastro), el futuro del género parece aclararse (¿o debería ser “oscurecerse”?) gracias a la aparición de interesantes proyectos.
Juegos como Outlast y Amnesia: The dark descent lograron despertar el interés del público al poner al jugador en situaciones extremas y escalofriantes sin NADA con que defenderse, obligándolo a correr por su vida y esconderse detrás de cada caja o pared. Al fin y al cabo, por más que lo querramos negar, todos somos Rambo en el universo virtual, pero cuando en un callejón oscuro se nos acercan un par de sujetos con cara de pocos amigos, no tenemos grandes reparos en salir corriendo y arrasar con cualquier record de Usain Bolt.
Una de las noticias que más trascendencia tuvo durante la E3 2014 fue el anuncio de un nuevo título de Mortal Kombat; sin embargo lo realmente novedoso del asunto es que de los cuatro nuevos personajes que incluye, ninguno es un ninja.
Aparentemente a Ed Boon y compañía se les agotó la paleta de colores, por lo que en esta ocasión los diseños tuvieron que ser totalmente nuevos y no el mismo una y otra vez (¡¡Toasty!!). Al margen (y yéndome por las ramas), siempre quise saber como se ponían de acuerdo los ninjas para elegir sus colores y que estos no se repitiesen. Me imagino el siguiente diálogo entre dos: “-No podés vestirte de amarillo, ese es el color de Scorpion – a lo que el otro responde –No es amarillo, es ámbar -. Luego de una pausa el primero advierte –Se va a calentar… -“
