George R. R. Martin: “Quiero que mis lectores tengan miedo”.

#LíneaMaginot

Dos proyectos de lectura me tienen ocupada en este momento: uno es de novela negra; el otro, una plataforma de e-books. Los proyectos tienen como destino Línea Maginot pero avanzan a paso pesado. Me tomo un recreo y veo tarde y grabado –todo lo que veo en TV lo veo así- uno de mis shows favoritos de la pantalla chica norteamericana, el de Conan O’Brien y… ¡tiene de invitado a George R. R. Martin, el escritor de “Juegos de tronos”!

Me cae simpático George R. R. Martin. Supe de él, como supongo que debe de haber sucedido con los que no pertenecemos al mundo nerd, cuando me invitaron a la avant de la serie de HBO. Fuimos a una suerte de castillo de mentirita en el Gran Buenos Aires. Todo decorado ad hoc, personas disfrazadas. Parecía que estábamos en un mundo de locos, gente con problemitas. Luego de la proyección del primer capítulo entendimos todo. Supimos inmediatamente que estábamos frente a un éxito.

Después de eso, por curiosidad, leí el primer libro de la heptalogía en inglés: “Game of Thrones”. Para que quede claro, dos cosas:

1. La heptalogía se llama “A Song of Ice and Fire” (Canción de hielo y fuego) y “A Game of Thrones” (Juego de Tronos) es el libro inicial. Aquí en la Argentina Random House Mondadori es quien publica las versiones en castellano. Las ediciones pre y post serie de HBO se pueden identificar fácilmente por la ilustración de tapa: sin y con los personajes televisivos.

2. Le digo “heptalogía” y no “saga” porque para que se trate de una saga tiene que ser la historia de varias generaciones de una familia. Por eso la novela “Una saga moscovita”, de Aksiónov, se llama “saga” aunque sea un solo volumen. Porque es la historia de varias generaciones de una misma familia. Y si hay varios volúmenes de lo que sea pero no hay una familia y no hay paso del tiempo y no hay generaciones, NO ES UNA SAGA. (Me pone nerviosa este tema).

“A Game of Thrones” fue lo único que leí de Martin. Porque me gustó mucho más ver la producción de HBO que leer el libro. Sin embargo, había estado husmeando para una nota y descubrí que tiene un sitio web y que, en su momento, él mismo te vendía remeras y libros. Me resultaba de lo más divertido imaginarme una conversación del tipo: “George, ¿a cuánto está la remera de Winterfell”?

Anoche de golpe me lo encuentro con Conan O’Brien…

Al comenzar la entrevista Conan aclara que Martin los visita antes de la emisión del último episodio de la temporada cuyo estreno mundial sería el domingo siguiente (o sea el domingo pasado). Los fanáticos de los libros y de la serie seguramente ya vieron/escucharon/leyeron este reportaje pero en mi caso –será también el de muchos otros- no me hubiera enterado de no ser porque siempre grabo el programa de O’Brien para verlo a los premios, en algún rato libre.
Me tomé el trabajo de transcribir el reportaje. Así de interesante me resultó. Aclaro esto porque antes de ponerme en una tarea de desgrabación prefiero agarrarme los dedos con la puerta del placard. Pero como eso también lo hice ayer, agarrarme los dedos con la veloz y pesada puerta corrediza del placard, no veo por qué hoy no podía desgrabar unos minutos de tele.
Tarde y descolgado pero con larga fecha de vencimiento como todo lo interesante. Por el puro placer de compartir algo que me gustó, acá va.

Conan: -Primero hablemos del episodio del domingo pasado que dejó a la gente sin habla. A mí se me derritieron los ojos. Fue impactante. Entonces me pregunté: “¿Qué es lo que pasa con ‘Juego de Tronos’?”. Me di cuenta de que lo que hacés es que nos encariñemos con los personajes, que nos preocupemos por ellos, que creamos que son esenciales y DESPUÉS LOS MATÁS. Un enfermo…
George: -Sí. Jaja. Hago eso. Es cierto.
Conan: -¿Por qué?
George: -Supongo que uno escribe el tipo de material que le gustaría consumir como lector. Me gustan las cosas inesperadas y siempre me gustó que el suspenso fuera real. Siempre vemos en las películas a un héroe en apuros, rodeados por veinte tipos, pero sabemos que va a zafar porque es el héroe. No sentís realmente miedo por él. Quiero que mis lectores tengan miedo cuando mis personajes estén en peligro. Quiero que tengan miedo de dar vuelta la página porque puede que el personaje principal no sobreviva.
Conan: -Lo lograste. Ahora, como show, con Juego de tronos debés de tener actores rogándote: “Por favor, no mates a mi personaje”. ¿Esto pasa?
George: -Sí. Hace poco tuvimos una avant-premiere preciosa en el Teatro Chino de Los Ángeles y en un momento, en la fiesta previa, estuve charlando con tres actores, a algunos era la primera vez que los veía. Estábamos teniendo una conversación muy agradable hasta que me di cuenta de que todos estaban muertos. Jajaja.
Conan: -¡Y ellos no lo sabían!
George: -¡Es verdad! Uno sí sabía; los otros dos no todavía. ¡Pero lo sabrían si hubieran leído los libros!
Conan: -Es gracioso hablar con alguien que te dice “Me encanta estar en la serie” y vos sabés que estás hablando con un hombre muerto.
George: -Y hubo una actriz, de la cual no voy a dar el nombre, que en la misma fiesta me decía “Por favor, no me mates. Por favor, no me mates”, y sé que ella se muere así que me sentí culpable. Una cosa son los personajes de papel y otra las personas. Cuando conocés a los actores sabés que estás dejando gente sin trabajo.
Conan: -Hubo muchas repercusiones respecto del último episodio (el anteúltimo). Aquí tenemos un video de televidentes reaccionando frente a lo que bautizaste “Red Wedding” (Boda Roja).
(Acá se ve un videoclip en el que están editados algunos videos caseros que el público subió a Youtube. Unos se agarran la cabeza, otros gritan, otros lloran, una chica se esconde debajo de una sábana, y así.)
George: -Todos estos clips fueron preparados por gente que había leído los libros hace trece años y sabían lo que estaba por venir. Así que les pusieron una cámara a sus amigos, a sus familiares… Hace poco escuché a uno decir: “Ahora sabés por qué tu amigo nerd estaba deprimido hace trece años”.
Conan: -Hay tantos personajes, familias, casas, ramas… ¿Alguna vez te confundís como escritor?
George: -Sí, ocasionalmente. Tengo un muchacho en Suecia al que llamo por teléfono. No es sueco. Es norteamericano. Elio García. Es fan y administra la página web de Westeros (Poniente). Conoce ese mundo mejor que yo. Así que cuando no recuerdo algo lo llamo y le pregunto: “¿Qué color de ojos tenía tal personaje?”, o “¿Tal es el primo o el sobrino?”. Y él sabe todo. Soy terrible con el color de los ojos. He recibido cartas de fans porque de un libro a otro le cambié el color de ojos a un personaje. Incluso del primer libro al segundo le cambié el sexo a un caballo…
Conan: -Es legal… (risas). Estás escribiendo ahora el sexto de los siete libros, ¿no es cierto?
George: -Correcto. “The Winds of Winter” (Los vientos del invierno). Es el sexto, sí. Y es un monstruo gigante de mil quinientas páginas como el último.
Conan: -¿Ya sabés cómo termina todo o está todo en el aire?
George: -No, no. Sé cómo termina todo a grandes rasgos. Voy descubriendo algunas cosas a medida que escribo pero sí. Atención que no hay garantías de que la serie termine igual. Quiero decir, David Benioff y Dan Weiss, los guionistas de “Juego de tronos” hacen cambios. Los hicieron en “Red Wedding” (Boda Roja). Yo ya tenía en el libro una escena que se consideraba extremadamente brutal y ellos la pasaron de nivel diez a once: agregaron cuatro muertes más a las que ya había en el libro. Así que veremos… Por lo pronto estoy trabajando a bastante velocidad porque Benioff y Weiss me van a alcanzar. Yo he pasado cinco o seis años escribiendo un libro y ellos usan uno por año.
Conan: -Tengo que preguntarte… Uno piensa: ¿de dónde viene alguien con tanta imaginación para crear estos mundos y… ¡venís de Bayonne, New Jersey!
George: -Es imaginación. Vengo de una familia pobre, de un padre obrero. Vivíamos en un monoblock, no teníamos dinero ni auto. Mi mundo eran las cinco manzanas del colegio a casa. Pero leía libros, historietas, miraba la tele, veía películas y me sentaba a mirar por la ventana los barcos, las luces de Staten Island, e imaginaba lugares exóticos y los misterios de Staten Island…
Conan: -Un momento, ¿Westeros es tu concepto de lo que era Staten Island?
George: -Jaja. Sí.