Una voz en el teléfono: la verdadera historia de María Teresa y Enrique

#LíneaMaginot

 

¿Ya vieron este corto? Si no lo vieron, tienen que apretar Play ahora mismo. Antes de leer lo de más abajo. Porque así como los tuve yo, seguramente ustedes van a tener sus propios interrogantes sobre el caso de María Teresa y Enrique.

¿Ya lo vieron? ¿Ahora sí? Entonces vamos a los papeles.

¿Quién hizo este corto?

El Niño Rodríguez. ¿Se llama así? Sí y no. Se llama Javier pero todo el mundo lo conoce por su apodo de El Niño. Lo empezaron a llamar así en la revista Risario (de Rosario) donde empezó a trabajar a los 15 años como dibujante. El Niño es dibujante, historietista y animador. Trabajó en Fierro, País caníbal, El tajo, Barcelona. Trabajó también para distintas agencias de publicidad y hoy hace una viñeta política los sábados en Clarín. También tiene publicado, por De la Flor, la recopilación de Lucha Peluche. Entre lo más curioso que me contó -porque nos encontramos en un bar de San Telmo a hablar del caso María Teresa y Enrique- es que desde el 96 hasta el 2000 hizo los chistes de Bazooka incluido el horóscopo. Así que quién te dice que el corto “Ni una palabra de amor” no sea lo primero que ves de la larga lista de creaciones del Niño Rodríguez. Claro está: algo tan pero tan bueno no nace de un repollo sino de un profesional.

¿Quién descubrió la cinta del contestador?

Santiago Barrios. Se compró el contestador de segunda mano en 2001 o 2002 (él lo recuerda como “la época de la crisis”). El contestador incluía la cinta con las grabaciones sin borrar. De modo que así como se puede uno topar con un atado de cartas y armar una historia epistolar, se puede encontrar materia prima generada durante ese período breve entre la invención y la desaparición del contestador automático. Lo maravilloso de lo material, de lo físico, es que uno puede tropezarse con él. Va a ser difícil que en el futuro nos tropecemos con mails y con SMS.

¿Qué hace Santiago Barrios con esa cinta?

Se la regala a Mariano Germán Flores, que tiene un estudio de audio. Se entusiasma de tal forma que la digitaliza. La escucha una y otra vez. Contiene muchos mensajes. No sólo los de María Teresa. Aparecen, entre otros: un italiano que deja mensajes en italiano, el administrador del edificio que le dice que misteriosamente ha encontrado la puerta de su departamento, el de Enrique, abierta… Mariano decide recortar el fragmento que incluye varios mensajes y también los de María Teresa que aparecen así, uno detrás de otro, y lo sube a Internet.

¿Cómo llega el Niño Rodríguez?

Descubre el audio en Internet y sabe que debe hacer algo porque allí hay una historia. Se editan los mensajes de María Teresa exclusivamente. Se pone manos a la obra con una troupe de amigos que vienen del campo cinematográfico. Todos están mencionados en los créditos del corto.

¿De cuántos minutos estamos hablando?

El audio original es larguísimo. El editado por Flores es de unos doce minutos. El corto quedó en ocho. Ocho maravillosos minutos.

¿Qué les llamó la atención a Rodríguez y su banda de amigos?

Andrea Carballo, la actriz que interpreta a María TeresaTodo. De alguna manera atravesaron el mismo proceso que seguramente están experimentando ustedes en este momento. Primero, repetir las frases de María Teresa. Hit: “Me pediste una toalla y un toallón. ¿Qué quiere decir eso?”. Segundo, preguntarse por Gustavo, Coco, Moreira, Fraga, los lotes. Y por qué no: las facturas. ¿Qué la hizo firmar Enrique a María Teresa? Muy oscuro. Tercero, será que Enrique maneja una ambulancia de noche. “No hay gente más border que la que hace el servicio nocturno de una ambulancia”, comenta El Niño. Cuarto, ¿será que María Teresa es maestra? Tiene voz de maestra, eso sí.

¿Por qué no hay un teléfono en el corto de María Teresa?

Explica el Niño Rodríguez que para la puesta decidió que la cámara funcionara como el teléfono/contestador. Por eso María Teresa mira a cámara: mirar a cámara es hablar por teléfono. Por ese motivo está siempre en el mismo lugar. Por una coherencia interna que debe tener toda puesta, moverla de habitación era como cortar la secuencia de la comunicación telefónica. Se respetaron los sonidos del contestador como separadores. Enrique aparece como una luz cuando finalmente atiende. “Preferimos no darle cuerpo”, me dice El Niño. En el instante en que Enrique atiende, María Teresa deja de hablar a cámara, deja de hablarle al contestador. (Aquí, durante la conversación, le comento al Niño que es excelente el recurso retórico de representar a Enrique como una luz porque en el cambio de actitud de María Teresa se evidencia que Enrique es para ella como un dios. Aparece Enrique, se hace la luz. Esto es una síntesis perfecta de la relación que tienen en la que Enrique es el adorado, María Teresa la adoradora, él es el sometedor, ella la sometida, y así).

¿Fue fácil o difícil el trabajo de la actriz?

Andrea Carballo hace un trabajo estupendo como María Teresa. Fue muy arduo interpretarla porque tuvo que hacer una suerte de playback sin el ritmo de la música. Debía respetar, se lo comentaba a El Niño, la respiración de María Teresa. La clave estaba en copiar las aspiraciones, las expiraciones, respirar como ella respiraba al dejar los mensajes en el contestador de Enrique.

¿Qué hicieron con el cortometraje?

Afiche del estrenoLo enviaron a festivales. Ganó varios premios. El rodaje se hizo el 11 de marzo de 2011. La gira festivalera comenzó en septiembre. Luego de dos años decidieron que ya era tiempo de estrenar “Ni una sola palabra de amor” con bombos y platillos el 1° de agosto de 2013. Desde entonces, menos de una semana, el corto fue reproducido unas 120 mil veces. Si apenas la tercera parte fueran espectadores únicos da unos 40 mil, mucho más que unos cuantos estrenos de cine en salas.

¿Se sabe algo de los verdaderos Enrique y María Teresa?

No. En lo que va de la difusión abierta del corto nadie se ha presentado reclamando su identidad. El Niño Rodríguez piensa que, incluso, podrían estar muertos ya que se trata de un viejo contestador. Por mi parte, pienso que no es tanto tiempo el que pasó. No se trata de un hallazgo que date de 1920. Tampoco nadie -una amiga, un pariente- les ha escrito diciendo que creía reconocer a María Teresa -por razones obvias la voz más identificable-. Y aun si alguien dijera: “Soy yo”, ¿con qué pruebas demostraría ser quien dice ser? Habría que verlo. El destino está plagado de vericuetos. Tantos que hasta es posible armar una historia a partir de la cinta de un contestador.

¿Al final María Teresa y Enrique se separan o no se separan?

La interpretación del final es múltiple. Por lo pronto, en el último llamado creí entender que María Teresa le planteaba a Enrique sus dudas, que sentía que Enrique dudaba sobre retomar la relación y que Enrique le contestaba “Para nada”, como quien quiere significar: para nada dudo en retomar la relación. El Niño Rodríguez me sorprende al afirmar que, para él, Enrique al decirle “Para nada”, le manifestaba su no interés en María Teresa. Seguramente ustedes tendrán una tercera opinión así como ya existe el Team María Teresa que considera a Enrique un perverso y el Team Enrique que considera a María Teresa una pesada.

Pensar que todo esto comenzó en el Mercado de Pulgas con una compra de segunda mano.

La vida te da sorpresas.

María Teresa y Enrique, donde quiera que estén, gracias.