Levante 2.0

#SoySolo

Un día me llega a mi casilla de mail una solicitud de esas redes sociales que sirven para generar contactos profesionales. La cosa es que me meto en el perfil del interesado y descubro con agrado que se trataba de una chica muy bonita. ¡No sabés el pedazo de currículum que tenía! ¡Y además se le asomaban un par de licenciaturas que parecían dos cabezas de universitario completo! Decidí buscarla en todas las redes sociales habidas y por haber. Quería saber más sobre ella, quería averiguar qué le gustaba, quería conocer sus inquietudes, sus sueños y añoranzas, y sobre todo, quería ver si estaba tan buena como su foto de perfil prometía. Fue ahí cuando me di cuenta que soy un stalker de profesión, que necesitaba ayuda psicológica urgente, pero, sobre todo, cuando comprendí que estaba a punto de meterme en una modalidad de seducción que nunca antes había experimentado: el levante 2.0.

La busqué en Facebook y al constatar que su foto de perfil la mostraba tan linda como la de su currículum, decidí mandarle una solicitud de amistad. Al poco tiempo me aceptó y me dije “¡Epa!”, con esa confusa sensación actual que te genera creer que apretar un simple botón significa un gesto de cariño. Al toque, agarré una cartulina, la pegué arriba del monitor de la compu y comencé a tomar nota de sus gustos: “Le gustan los gatitos”, “Le gustan los perritos”, “Le gustan todos los jueguitos que te llenan el muro de porquerías”, “Le gustan las frases para mejorar tu vida que escribe gente divorciada y en pleno procesamiento judicial”, “Le gustan mucho los gatitos”, “Le gustan mucho los perritos. Mientras más enfermos y liquidados, más le gustan” y cosas así.

Al toque nos pusimos a hablar y después de un par de emoticones bien puestos la invité a salir. Ella accedió y yo me puse re :) . Así que arreglamos un punto de encuentro y pautamos la cita. Yo no pude evitar quedarme pensando en ese momento cómo cambiaron las cosas a la hora de levantar minas en esta nueva era digital. Pensar que antes tenías que hablarle horas y horas para que la mina te pase su teléfono. ¡Ahora sólo basta con preguntarle el nombre y listo! ¿Y quién te va negar su nombre? Una indocumentada o una prófuga de la justicia, numá. Pero la verdad que ahora es ultra fácil, aunque también menos comprometido, es cierto. ¿Viste cuando agregás una chica que te gusta y ves que tiene 5.000 contactos? ¿No te sentís parte de una jauría de hienas hambrientas? ¡Yo siento agorafobia digital!

Lo primero que es realmente impactante a la hora de salir con una chica que te levantaste por Internet, es comprender que sabés todo pero, a la vez, no sabés nada sobre ella. Cuando la ves en carne y hueso la cosa cambia, porque todos somos hermosos en nuestras fotos de perfil, pero frente a frente la historieta es… complicada. Nunca tiene la altura que parece en las fotos, entendés por qué utiliza siempre planos cortos que no muestras su silueta no de pera, sino de toronja, y comprendés al instante el sentido por el cual se saca las fotos desde arriba (nadie está orgulloso de su papada). De todos modos, se le daba, así que puse mi mejor sonrisa (una que me sale tan bien como mi cara de pato mostrando mis labios carnosos) y fuimos a cenar.

Durante nuestra charla saqué todo el arsenal que me había preparado, le hablé de lo mucho que amaba a todos los gatitos y perritos de este planeta, de cómo aplicaba en mi vida las frases que Bob Marley y Einstein nunca habían dicho y le prometí que si aceptaba ir a tomar algo a un bar después de comer, le iba a enviar un montón de zanahorias para su granja pixelada. Ella dijo que sí y se levantó de la mesa para ir al baño. Como tardaba tanto yo agarré mi celular y aproveché para investigar un poco más acerca de sus intereses, y fue ahí cuando me di cuenta que me había eliminado de sus contactos, que había sido desadmitido para siempre de su existencia, que nunca más iba a volver a verla. Entonces, me quedé pensando que, quizás, a veces cometemos el error de creer que nuestra vida digital es mucho más interesante que nuestra vida real.

Es que el contacto con humanos está tan raro últimamente…