Llueve en Los Angeles

#TeMuestroLA

Que titulo más banal, dirá usted. Sin embargo, cuando llueve, Los Angeles se transforma en otra ciudad. No estamos acostumbrados a que el clima sea otro que soleado. Inmediatamente el tema de conversación cambia del tráfico a cuando va a parar este diluvio, ya que luego de medio día de lluvia, estamos todos deprimidos. Pero luego retomamos el tema del tráfico, ya que pareciera ser que el pasatiempo principal en esta urbe apenas caen unas gotas de lluvia, es incrustarse en el automóvil más cercano. El pánico se apodera de conductores desacostumbrados al hecho incomprensible de que el tiempo pueda llegar a variar. Como viajeros intergalácticos llegando por primera vez a otra galaxia, manejan a paso de hombre, dudosos de las consecuencias que puedan  llegar a tener el impacto de esos proyectiles líquidos que golpean  la superficie de sus naves. Hasta que una adolescente que textea mientras conduce, lo devuelve a la tierra gracias al sacudón que produce el accidente inevitable.

Que es eso que golpea en mi parabrisas!!!

Sin embargo, el pánico se desata para los que tenemos niños pequeños, cuando la realidad nos sorprende con la siguiente pregunta: Y ahora… ¿que hacemos?

Verá usted lector, esa no es una pregunta a la que estemos acostumbrados. Siempre tenemos algo que hacer. Los Angeles tiene infinitas opciones para entretener a los más pequeños. Desde innumerables parques, playas, Disney Land, Lego Land, montañas, etc. Siempre y cuando brille el sol.

Todas las familias se refugian en los centros comerciales, como si fuera un refugio antibombas en el sur de Israel. El año pasado cuando comenzó la temporada de lluvias, unos amigos decidieron ir a un centro comercial. Nunca más supimos de ellos.

Un refugio ideal para un sábado de lluvia (y sin lluvia también) es el Centro de Ciencias de California (California Science Center). Allí los más pequeños y los más grandes pueden recorrer desde las funciones biológicas de los micro organismos en el mar, hasta última adición del museo: el transbordador espacial Endeavour.

Los astronautas pararon para pedir direcciones

 

No sólo resolvimos ese dilema climático, también nos divertimos y aprendimos cosas nuevas. Como se forma la lluvia, por ejemplo.