Amanece en la Quebrada de los Cóndores, La Rioja. El cielo se muestra limpio y claro, escoltando el sendero que me conduciría hasta el mirador de las Higueritas, desde donde es posible avistar al amo y señor de la cordillera: El cóndor. Allí me esperaba su imponente belleza y un relato sobre su vida y su muerte.