Pinta un arbolito

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Empieza un nuevo mes, MARZO y empieza el TALLER de ARTE yo enseño a aprender a jugar con colores y conectarte con tu interior y tu forma de expresarte.

Mi primera clase es pintar un “arbolito”y por eso se las comparto.

Tomate unos minutos esta semana en tu casa, agarra unos crayones, fibras, lápices o pinturas y diseña el tuyo. Conéctate con tus deseos y ponelos en las ramas. Dibuja al árbol con tronco, ramas y raíces y aprovecha para dejar libre a tu creatividad. Pintar un árbol te enraíza, te hace bien porque no tenes excusas: podes hacerlo.

Un árbol es algo que vemos continuamente en la realidad y nos ayuda a jugar si nos cuesta animarnos a pintar. ¡Tú puedes! Lo que deseas podes lograrlo si te imaginas haciéndolo. El poder del pensamiento es maravilloso, siempre te sorprende.

Por eso mira árboles o simplemente imagínate el tuyo… ¡espero que les guste el mío!!

Murales en Mardel Plata

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Desde que llegue de mi viaje, me la paso recibiendo propuestas para seguir viajando por el interior de nuestro hermoso país, de alguna forma las voy tomando. En este caso fue especial, mi hermana Cecilia Baylac, futura arquitecta, gano un concurso por internet con su proyecto para llevar a cabo un bar en Mardel Plata con su diseño y en él estaban propuestos dos murales de mi autoría. De esta forma logre unir mi pasión que es pintar con mi familia, en los recreos iba al mar y compartía con mi hermana y mi cuñado, lo cual resulto muy gratificante.

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Espero que les gusten los murales del nuevo Bar Hoffen, que significa Esperanza en alemán y es el sueño de tres amigos de tener un bar. La dirección es Rodriguez Peña 1333.

Este nuevo proyecto me hizo reflexionar como al pintar dentro de un local la energía de uno acompaña al sueño de otros, y eso ciertamente me hace muy feliz.

 

¨El ojo que todo lo ve siempre esta en vos¨

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Color del dia

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¨Beso mi alma¨

La reflexión de hoy tiene que ver con empezar a ver lo que si tenemos, porque nos enamoramos de un otro, que hace que sigamos en determinado trabajo, que marca nuestro camino. Si focalizamos en el pasado y en el futuro, nos olvidamos de disfrutar del proceso.

Es importante, empezar a ver un oasis en la realidad que vivimos, se puede, solo hay que saber salir de la burbuja de uno y compartir lo que se es con los otros y así lograr contagiar a lo que te rodea. La vida es un camino lleno de puntos que se unen, mirar al otro es poder mirarse uno y ver que puedo aportar para cambiar mi alrededor o mi cotidiano, pequeñas acciones hace que uno sea feliz.

Proyectar sueños a cumplir hace que esos sueños sean más cercanos. Ser uno mismo siempre te lleva de aventura y a encontrar ese camino. Para mi pintar ha sido mi gran maestro y me muestra lo que a veces no veo, que estoy sintiendo, que color me conecta hoy, como puedo transmitir lo que veo. Pintar es jugar para mí, y la vida es un juego constante del cual tenemos que aprender. No siempre llegando a la meta nos sentimos felices y plenos, porque lo importante es el camino siempre, y muchas veces ya no buscando o perdiéndonos por otras cosas que creemos más importantes la vida nos recompensa con lo que buscábamos.

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La vida de tus sueños es posible

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Imagina tu vida ¿como seria? ¿es parecida a la que estas viviendo? ¿que le falta? ¿Que siempre soñaste y no hiciste aun? Visualizalo… Ponte en accion, tu puedes lograr vivir la vida de tus sueños. Liberate de tus propias barreras y limites. Acepta tu destino como propio.

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                                                                                                                                                   “Arlequinos”

365 dias meditando

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Hoy cumplí un año de hacer una meditación ajaialai que genera radiancia y abundancia en tu vida, que te conecta con el décimo chacra que no se ve. Durante 365 días cumplí cada día mis 11 minutos de meditación, cansada, en lugares inimaginados y hasta en momentos que pensaba que no iba a llegar o se me terminaba el día. Hasta a veces me olvidaba y siempre aparecía alguien que me hacia recordar la meditación del día.

11 minutos para mi, 11 minutos para centrarme, para ordenarme, para escuchar lo que mi alma corazón y mente sienten. Durante este año, cada meditación me ha dado pistas y hasta mensajes para mi y para otros, me ha echo gestionar cosas impensadas pero al confiar en lo que aparecía en la meditación no dudaba iba para adelante. Hoy hablando de india, me contaban que los autos no tienen espejos retrovisores porque en india no se mira para atrás solo para adelante. Meditar me ha echo mirar mi hoy cada día para que mi futuro sea para adelante. Y la verdad mañana seguiré haciéndola porque me encanta.

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El camino de la meditación me ha ayudado a afinarme, a escuchar mi energía, a ordenar mis emociones y lo que ha ganado es mi ser, respetar mis sentimientos y aceptarme tal cual soy. Somos perfectos desde el día que nacemos, venimos a ser felices y a cumplir sueños, simplemente a veces nos olvidamos lo que es importante y fundamentalmente sean leales con ustedes mismos y con sus palabras,no hagan lo que no les gustan que les hagan pero no por los demás sino por ustedes mismos.

Ajaialai, 11 minutos para generar tu propia prosperidad y que día inolvidable que conocí la muralla china. 365 días de amor propio. 365 días de hacer algo para mi misma y de cumplirlo porque lo deseaba. Traten de hacer algo para ustedes, empiecen 11 días, continúen 40 y quien les dice llegan a un ano. Hay cosas que fluyen, que uno ni sabe como suceden pero uno sabe que hizo que sucedieran. De echo mañana voy a estar en una galería en Beijing pintando de sueños, y no estuvo preparado de antemano desde buenos aires, sino que Rusia me inspiro para contagiar, para expandir, para creer que podía hacer lo mismo que hago en buenos aires y claramente así sucede. A veces no es el lugar ni las circunstancias, a veces solo es uno mismo queriendo abrirse para hacer lo mismo en otros lugares. Somos lo que hacemos, lo que soñamos y lo que pensamos. Todo es posible, los milagros existen y uno hace el camino al andar pero siempre hay que saber a donde uno quiere llegar.

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Sera que 365 días meditando te dan de regalo llegar a China? No estoy segura, pero de lo que estoy convencida que hacerlo me ha dado un poder a mi ser inimaginado para confiar en lo que el universo quiera otorgarme, y claramente no me quedo con los brazos cruzados esperando sino que salgo a buscarlo, conquistaras tus sueños.

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Taller y Exposicion en Beijing – China

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Creas tu destino a tu paso: Taller gratuito para niños.Exposicion en Beijing.

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Estoy en felicidad absoluta, este viernes 1 de agosto a las 17hs. doy un taller a niños chinos y argentinos y pinto en vivo en la galería  ”Artional Gallery” en el Moma de Beijing. Del 1 de agosto al 8 de agosto se expone mi obra en la Galería.

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Llegue a ver el lugar y mi felicidad es absoluta, el perfecto equilibrio entre naturaleza y humanidad, agua y fuentes, peces Koyi a montones, arquitectura futurista y allí en el medio la galería donde les encanto mi obra y la posibilidad de dar un taller para niños, estoy emocionada. Me acompaño Maria Florencia Rossi y al salir de la reunión me dijo: “tenes suerte” y yo la mire y le dije “cosechas lo que sembras”.

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Gracias al Embajador Argentino en Beijing, Gustavo Martino y  la encargada de Prensa y Asuntos culturales Maria Florencia Rossi por permitirme exponer mi arte y estrechar lazos culturales en China.

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“Nunca dejes de soñar. Puedes ser quien quieras ser”

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“A: como podemos arreglarlo?

B: Tenemos que enseñarle a ser feliz de nuevo”

Me levante hoy a la mañana queriendo que lloviera para poder dedicarme a tener un día con mi alma. Estar un poco conmigo misma, ordenando mi cabeza, poniendo de nuevo los estantes de mis sentimientos, para que mi corazón se sienta liviano. Cambiar de mes y empezar el año muchas veces resulta movilizador, porque hay que volver a plantearse prioridades y también que es lo que uno quiere.

Así fue como después de hacer fiaca en la cama y sin la lluvia que me imaginaba decidí seguir con mi idea original: No hacer nada. Limitarme a ver una película “El sueño de Walt Disney”. Mary Poppins fue mi película preferida de niña, de hecho toda mi niñez me creía inmortal porque cuando veía una escalera caracol con baranda sin dudarlo me tiraba por el borde imitando a la película. La primera vez que vi la película en el cine, todavía me acuerdo, ni bien prendieron las luces porque termino, yo salí corriendo de al lado de mi tía y me puse a bailar en el escenario del teatro donde la proyectaban. La película siempre me inspiro y fue motor. De hecho creo que pinto para poder viajar. Poder entrar en esos cuadros que te lleven de aventura y de viaje y poder crear otra realidad paralela nació de Mary Poppins, como también darle valor a la risa porque te hace volar (Mary Poppins – Me gusta reír: http://www.youtube.com/watch?v=rQYtLrpkENE).

La película plantea el sueño de Walt Disney de dar vida el libro de Mary Poppins que había sido la promesa a sus hijas. Te hace entender que  las creaciones del alma, las artísticas, son como dar a luz y muchas veces cuestan compartirlas. Pero para que no se pierdan es necesario hacerlo.

“Todos tenemos nuestros cuentos tristes pero Ud. no quiere terminar el suyo. Y dejarlo ir todo y tener una vida q no sea dictada por el pasado?”

La película me hizo recordar mi infancia. Es increíble como la memoria se olvida de cosas y algo puede activarla para recordar momentos maravillosos.

Lo mejor de mi niñez fue la libertad y el contacto con la naturaleza. Sigo experimentándola y creo que de allí nació mi creatividad. Pase varios veranos en una casa de verano en sierra de la ventana  con tres familias. Teníamos un living para chicos y nos dejaban dar vuelta los muebles y usarlos de naves espaciales. Éramos responsables de nuestro living. Podíamos treparnos a los árboles, juntar flores y andar en patines por toda la casa desde la mañana. Podíamos salir a explorar los alrededores; única condición no andar solos. Vi flash gordon más de 20 veces. Podíamos trasnochar en el cine del pueblo mientras los grandes jugaban al pool y a las cartas. Pura libertad. Pescábamos mojarritas en el rió, las casas eran los sauces y agarrábamos mariposas q después soltábamos. No había maquinas ni televisión o por lo menos no ocupaban gran parte del día. Jugábamos e inventábamos cosas y siempre sentía que había muchas posibilidades y de alguna forma las cosas se arreglaban. No era perfecto pero existía la magia.

Al ver la película, recordé, que una vez en California tuve una cita en el restaurant donde era la casa de Walt Disney, Club 33, que esta dentro del parque de diversiones Disneylandia Se tiene que reservar con 6 meses de anticipación y el jefe de mi amigo suspendió la reunión y le cedió la mesa para que me llevara. Fue mágico. A veces los lugares te pertenecen y hay personas que se encargan de que llegues a ellos. Por unas horas fui Walt Disney en su hogar. Lo sentí, donde vivía, las paredes me hablaban, podía mirar a través de sus ojos.

“La esperanza es el sueño de un alma despierta”

Yo quiero trabajar en Walt Disney, para poder contar historias con finales verdaderos. El final no es lo importante, sino lo que sucede en el transcurso. Momentos que hacen a la historia de tu vida. Segundos del suspiro del vivir.

No tengo miedo de compartir mis sueños. En un mundo tan loco, solo el que sabe lo que quiere lo consigue.

 

Mary Poppins – Un poquito de azúcar:  http://www.youtube.com/watch?v=kD3g5jbAEc0

 

CLUB 33: Entre sus socios se encuentran presidentes, políticos y uno  que otro famoso. Para ser miembro, existe una lista de espera de 14 años. Todos quieren entrar, pero pocos tienen el privilegio. Con la puerta siempre cerrada pasa desapercibido para cientos de personas que visitan diariamente el lugar que lo alberga. Hablamos del Club 33 , ubicado en New Orleans Square en Disneylandia, arriba del famoso restaurante Blue Bayou. Este exclusivo  club fue creado por Walt Disney, en 1964, luego de viajar por el mundo y quedar motivado para agregar “un plus” a su parque de diversiones. La idea surgió: crear un club privado, uno VIP. Video: https://www.youtube.com/watch?v=ZgrAoy85eEc

 

Somos lo que soñamos

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Somos lo que soñamos. Recuperar los recuerdos de la infancia para ver nuestro tesoro con el que vinimos a este mundo, reencontrarnos con nuestros deseos más queridos que muchas veces olvidamos al crecer. Volver atrás para entender quienes somos hoy. Soñar es desear lo que uno quiere, siempre es potencialidad.

Color del día

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Que lindo es decidir ser uno mismo. Yo soy responsable de mis acciones y procurador de mis deseos y conquistador de mis sueños.

Emprender la vida

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En el día del emprendedor, sin serlo, pero creo que un artista tiene alma de emprendedor siempre, porque tiene que animarse a saltar cada vez, a exponerse, a abrir su corazón para entregar lo que sale, tiene que hacer oídos sordos muchas veces al afuera para poder ser leal consigo misma y al mismo tiempo escuchar el adentro, quiero decirles que se puede, que la constancia, el ahinco y el amor a lo que uno hace siempre da sus frutos. Estoy en un momento muy feliz en lo personal, porque puedo compartir con otros mi aprendizaje, mi camino. Durante años le pedi a dios ser mensajera, siempre tuve esta búsqueda de conocimiento en mi interior, de saber mas, de viajar, de aprender, y de alguna manera con un vehiculo peculiar como es la pintura lo hago. Ayer me llamaron para hacer algo con las naciones unidas y la verdad me emocione, porque mi camino empezó por otro lado, siendo licenciada en relaciones internacionales y trabajando formalmente en el ministerio de relaciones internacionales cuando hacia casting para ser actriz con el diario,y de alguna forma con el camino recorrido puedo decirles que todo es perfecto y que todo tiene sentido en la medida que uno es leal consigo mismo y toma desiciones. No hay un camino y tampoco uno se equivoca, solo hace lo mejor que puede en ese momento y la vida te va llevando también a su curso. No hay una manera, ni un libro escrito para vos y tu vida, tenes que elegir y ser todos los días, y sobretodo imaginar y desear. Que quiero, que necesito en mi presente, que me gustaría, y a veces ser valiente de no pensar en un futuro incierto para jugarte el todo por lo que deseas para que se haga realidad. A veces hay que perder todo para volver a empezar una nueva vida, mas integra con uno, con la experiencia de lo que uno vivio, no hay formulas mágicas pero si la magia la hace uno compartiendo con amor a su alrededor.

Lo que mas destaco es la cantidad de gente maravillosa que me rodea, me alienta y me ayuda todo el tiempo para poder hacer tantas cosas lindas, y claramente estoy feliz de la familia que me toco porque allí residen mis raíces y mi historia. Cuando uno acepta quien es y de donde viene todo tiene sentido.

Ayer me invitaron a participar del programa #FOXParaTodos y disfrute ver como todos sus participantes se permitían jugar un rato con colores, sin importarles el afuera, sino sintiendo su necesidad de expresarse. Había que hacer un arbolito, con raíces, tronco y ramas y poner en las ramas lo que querían, lo que deseaban. El ejercicio del arbolito, te enraiza, te marca donde estas, quien sos, y siempre te ayuda a visualizarte. Después tenían que elegir solo tres colores para pintarlo, porque ¨menos es mas¨, a principio conviene elegir los colores que a uno mas le gustan para tener mejor resultado, caminar en los aciertos de lo que uno siente siempre te lleva a buen puerto. El resultado fueron muchos árboles distintos, con la energía propia de cada uno y tuvieron su análisis. Sería bueno que todos nos contagiáramos un rato con el espíritu infantil para jugar un rato, agarren una hoja y dibujen un árbol en sus casas e imaginen como sería el árbol de mis sueños, que llevaría. Si uno visualiza lo que quiere puede hacerlo realidad, el pensamiento es acción.

Celebrar la vida

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Amo los sueños, creo en ellos y estoy convencida que todo lo que imaginamos podemos tenerlo. Ser consta de creer y de imaginar, y compartiendo extendemos la red llamada “universo” que nos sostiene. Tu universo es el que vos quieras que sea, puede ser chiquito, grande y hasta puede contener otros planetas.

Con mis recientes 36 años, comparto lo maravilloso que es sembrar amor a tu alrededor, este se expande y provoca que a tu alrededor este lleno de jardines de muchos colores y con gran variedad de especies que interactuan logrando bellos tramados. El amor es acumulable y sobretodo expansivo.

El día de cumpleaños para mí es un día de encuentros, de cercanías en las lejanías, de volver a conectarte y saludarte y decir “te pienso”. Desde antes de empezar mi cumpleaños ya empece con un ritual que una vez una mexicana me contó, en realidad celebrar tu cumpleaños consta de 7 días. Tres días antes de cumplir años hay que hacer balance, pensar en lo que sucedió en el año que se termina, conectarte con lo bueno y lo malo y despedir lo que uno no quiere más. Luego viene el día de tu cumpleaños para celebrar, para pasarlo como vos quieras, a tu manera, a tu forma y a tu tiempo y claramente cada año puede ser diferente la celebración. Y después de festejar vienen tres días para escribir los deseos para este nuevo año que empieza, llenar hojas con pensamientos positivos de lo que uno quiere hace que estos se cumplan,se produzcan, uno atrae la idea para llevarla a la realidad.

Para mí los 35 fueron de asentamiento y crecimiento, y estos 36 me implican cambio de ciclo, dos veces 18. Algo se cierra y algo nuevo comienza.  Tuve un cumpleaños de película pero principalmente tuve un día con mucho amor…

GRACIAS UNIVERSO!

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FLORECE Y PROSPERA

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“Florece y prospera” es un mensaje que me llego luego de mirar el video que adjunto y me hizo pensar en mi historia, en mi vida y por eso escribo lo siguiente: lo dedico a todos esas personas que pasaron por mi vida y no me pagaron lo acordado, o no cumplieron con sus acuerdos, o los que hasta me robaron mis ideas, se lo dedico al que nunca cumplió con las remeras -tal vez ahora seria empresaria textil en vez de artista y me hubiera perdido años de viajar por el mundo-  a un profesor de la UP que sino hubiera sido que colmo mi paciencia hubiera seguido estudiando para diseñadora de modas, a la directora de mi tesis que me dijo que había escrito una novela en vez de parecer licenciada de relaciones internacionales y me hizo volver a hacer una tesis a su manera cuando me pase seis meses escribiendo mi novela de derechos humanos y aprobado ensayos en holanda de la misma materia, a una jefa que tuve que no entendía que eligiera todos los días por sonreír pero me había pasado tres años soñando en estar en la otra oficina y lo había conseguido por mérito propio, a los que me apretaron para tener que llamar a abogados y preferí perder juicios. GRACIAS; sin todas esos obstáculos no sería quien soy, siempre elegí por ser fiel a mi misma, siempre elegí por el amor y por correrme a un costado y no entrar en conflictos pero no porque no supiera sobre la justicia o no impusiera mi verdad, sino porque el tiempo siempre muestra los resultados, siempre te recompensa y a mi muchos no me pagaron o me estafaron o me robaron pero la vida siempre se encargo de recompensarme y poner la balanza en equilibrio porque cuando me conecto desde el amor o vínculos que se establecen desde la amistad me es difícil no confiar, prefiero siempre estar abierta al fin de cuentas son formas de vivir y yo elijo creer y confiar siempre y a pesar de muchas situaciones sigo haciéndolo. A veces solo hay que frenar, parar, ver más allá, ver el objetivo, el fin, y eso te lleva principalmente a estar en paz y siempre poder mirar a los ojos. Por suerte con los años aprendí a cuidarme, me sigue a veces pasando pero si el fin es bueno vale la pena lo demás, porque mi misión es la comunicación y trato de hacer lo mejor que puedo. Creer en los sueños te da esperanza, te da convicción, te da fe para continuar, la vida es como decidas serlo pero si actúas bien naturalmente podes caminar en paz y confiar que hay un universo detrás con una red que te sostiene y que sabe cuando aparecer para demostrartelo.

A mirar el video “lucha por tus sueños”: https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=Q7kBpPfAzr8#t=14

Cuento LA NAVE DE LOS SUEÑOS

La nave de los sueños II

Sofía se levantó bien temprano a la mañana y le pidió permiso su mamá para ir a la playa que quedaba solo a dos cuadras de su casa. Llegó al gran arenero gigante de color dorado, y empezó a construir una nave espacial en la cual pudiera caber y salir a volar por el espacio. De repente llegó un nene con una gran pala y un balde y le preguntó si podía ayudarla. Sofía lo aceptó como compañero y empezó a darle indicaciones sobre cómo construir la nave de sus sueños. Corito -así se llamaba el niño- la ayudó a sacar la arena, a alisar el tablero de control, y a hacer el asiento para que pudiera sentarse dentro. Mientras trabajaba le preguntó a Sofía si podía hacer otro asiento para poder volar juntos. Pero Sofía no lo escuchó, siguió muy concentrada decorando las alas de la nave con estrellas como si las hubiera tomado del espacio. Corito se limitó a cumplir las indicaciones que recibía. Luego le sugirió a su amiga ir a buscar caracoles y almejas para decorar la nave. A Sofía le encantó la idea. Ya en la orilla disfrutaron de su compañía sin pensar en nada.
Llegada la tarde, Sofía estaba muy satisfecha con el resultado ya que empezaron a venir nenes de toda la playa para ver la gran nave espacial que se disponía a volar. Corito vio como todos le hacían preguntas a Sofía y sintió que sobraba, así que decidió ir a meterse al mar con su papá. Un rato después Sofía, sola en su nave, se dispuso a utilizarla por primera vez. Se metió dentro, le tiro unas gotas de agua salada como si fuera una botella de las bebidas burbujeantes que su papá guardaba en la alacena y se sentó a manejar los controles. Puso en marcha el motor de la nave y se dispuso a volar por los anillos de saturno, por las lunas de Júpiter y aterrizar en las arenas rojizas de Marte. Ni bien salió de la nave para hacer su exploración se dio cuenta que le faltaba algo. Entró de nuevo para ver si recordaba lo que le faltaba y vio que todo estaba en su lugar. En Marte se dio cuenta que las cosas se disponían de forma similar a la tierra, y entendió que se aburría porque no había con quien hablar. Corito, pareció decirle una voz. Descubrió que hacía tiempo que no lo veía y que no había viajado en la nave con ella. ¡Se había olvidado de invitarlo! ¿Como le había sucedido eso? ¿Dónde estaba? Ella no podría estar viajando a Marte o viendo los anillos de Saturno sin el trabajo constante de su nuevo amigo. Así fue como decidió retroceder y regresar a buscarlo. Durante diez minutos maniobró imaginariamente el volante, tocó varios botones hechos con caracoles y almejas y frenó con una pala que la había colocado Corito como freno de emergencia. Ni bien creyó aterrizar de nuevo en la playa, salio corriendo de la nave a buscarlo. Caminó por la arena dorada pero no lo veía. Con el apuro de construir la nave y de llevar a cabo su deseo no le había preguntado donde estaba su carpa, si vivía allí, de dónde era, como podía ser que no lo hubiese visto antes. Solo se había dispuesto a darle instrucciones de cómo llevar a cabo la nave de sus sueños.
Después de buscarlo durante una hora, lo vio jugando con unos chicos a la pelota. Fue corriendo a buscarlo y a pedirle que vuelva a jugar con ella en su mundo espacial. Corito la miró y le dijo que él había jugado con ella toda la tarde, y como no le había puesto otro asiento a la nave pensó que ella quería viajar sola. Sofía le dijo que tenían que volar juntos. Sofía confesó que lo extrañaba. Él la envolvió en miradas y le pidió que lo esperara un rato, que después de jugar con sus amigos, la acompañaría.

Sofía se sintió abandonada. ¿Por qué tenia que terminar el partido si sus amigos podían terminarlo sin él? En cambio ella no podía viajar a nuevos planetas sin su tripulación. Sofía no espero a Corito y se fue sin decirle nada. Mientras volvía a la pista de aterrizaje vio un nene que estaba mirando las burbujas de aire que hacen las almejas cuando están debajo de la arena. Lo observó siguiendo los agujeritos y tratando de hacer pozos para encontrarlas. Meditó y creyó que podría ser un buen copiloto. Así que lo invitó a jugar en su nave. Lo llevó a donde esta se encontraba, le mostró las medidas, los controles y le dijo que había decidido en este viaje ir al cinturón de Orión a ver a las constelaciones de las tres Marías. Matías -tal el nombre de su nuevo amigo- montó apresuradamente a la nave y se llevó puesto el escalón que Corito había hecho durante un buen rato. Sofía, molesta, pensó que era mejor que nada, así que le hizo un lugarcito en su asiento y le empezó a indicar que tomara el control, mientras ella medía la temperatura desde las ventanas. Así fue como Matías, descubrió la almeja en el botón de mando y no pudo resistirse a robársela y salir corriendo de la nave con su tesoro. Sofía empezó a correrlo por la arena pero fue en vano, el nene era mucho más veloz y Sofía terminó rodando por el agua sin lograr recuperar la almeja ni a su nuevo compañero de viaje. ¿Por qué todo le pasaba a ella? ¿Qué hacia mal que nadie se quedaba a jugar con ella? ¿Por qué Corito no había vuelto? ¿Por qué? Solo porqués y las lágrimas que empezaban a rodar por sus mejillas cuando ve a Corito sentado con su familia leyendo un libro. Secándose las lágrimas, mojándose el cabello para demostrarle que había estado nadando y olvidándose de todo lo que había sucedido, se decide a reconquistar a su amigo. Realmente lo extrañaba, se habían divertido tanto construyendo la nave. Él la había entendido. Habían hecho un buen equipo desde el principio.
Se acercó decidida y le pidió a Corito que volviera a compartir sus aventuras. Después de todo lo que había trabajado en la nave ni siquiera la había probado. Corito continuaba leyendo sin mirarla. Sofía sentía bronca y empezó a planificar tácticas y utilizar mentiras para lograr la atención de su amigo. ¿Cómo recuperar lo que había perdido? ¿Como no se había dado cuenta de lo que valía? ¿Por qué se había cegado tanto? ¿Por qué no se había dado cuenta de lo importante que era su compañía? La experiencia sólo sería completa si estaban juntos. Lo que Sofía no sabia es que Corito había vuelto a jugar con ella ni bien ella se había ido sin hablarle. Pero al ver que Sofía invitaba a otro nene a manejar la nave que los dos habían construido, se sintió traicionado. No tenía más ganas de verla, por más que había disfrutado construyendo la nave con ella e imaginando todos los lugares que visitarían, era más seguro viajar con su libro. Había abandonado el partido y ni diez minutos había esperado. Sofía no se contentaba con la respuesta de Corito y empezó a hacer ruido para llamar su atención e impedir que leyera. Corito se daba vuelta pero ella seguía tocando los baldes como si fueran tambores hasta que sé tentó, empezó a reírse y se decidió a acompañarla a jugar. PUFF! ¿Por qué sos así?, no te das cuenta que estuve horas queriendo jugar con vos pero vos estabas más preocupada en hablar con otros nenes que ni conocías- le dijo Corito. Ya sé, perdóname, yo solo quiero jugar con vos- repetía incansablemente Sofía.
Había atardecido, los dos nenes empezaron a buscar la nave espacial por la playa, pero esta ya no estaba. ¡No puede ser! gritaba Sofía. ¡Alguien la destruyó! ¿Cómo puede ser que no este? La habíamos construido entre la carpa amarilla y la roja a lunares. ¡Fijate Corito! – lo mandaba. Sofía empezó a llorar y no podía detenerse. Corito fue a preguntarles a los de la carpa amarilla si no habían visto la nave espacial. Un abuelo con gafas se acercó al niño y le contó que la marea había subido así que habían tenido que mover sus cosas, ya que el agua había arrasado con gran parte de la playa. Corito volvió para contarle a su amiga lo sucedido. Pero Sofía no podía escucharlo, había perdido su nave espacial y no había podido jugar en ella porque Corito se había ido. Te das cuenta Corito vos tenés toda la culpa. ¡Si no te hubieras ido! Yo no tendría que haberte ido a buscar, todo por tu culpa, no pudiste jugar ni una vez conmigo en la nave espacial. Yo quería llevarte a Plutón y a galaxias desconocidas que nunca podrías explorar con otra persona ya que sólo yo conozco donde están. ¿Por qué? ¿Por que? – repetía. Corito la miró por unos segundos y se dio cuenta que no ganaba nada explicándole por qué se había ido, ya que él creyó que la había ayudado en su proyecto y que eso la haría feliz. En un momento Corito le ofreció ayudarla a hacer la nave espacial de nuevo al otro día. Pero Sofía no entraba en razones, le decía que si le hubiera importado tanto la nave espacial no se habría ido, que no jugaría nunca más con él. En realidad no era lo que ella quería porque le había gustado mucho conocer un nuevo amigo pero no podría controlar su lengua. Llegó la mamá de Sofía a buscarla y al verla llorar la subió a sus brazos y la llevo a su casa sin darle la oportunidad a Corito de despedirse.
Al otro día, Corito fue a buscarla a la playa para jugar juntos pero Sofía no apareció en todo el día. Se quedó en su casa dibujando naves espaciales, imaginándose los planetas a los que hubieran ido con Corito, los habitantes del espacio que hubieran encontrado. Durante todo el día dibujó y dibujó a pesar de que el día era hermoso y le daban ganas de jugar en la arena o en el mar. Luego de pintar por un buen rato recordó lo divertido que había sido construir la nave espacial y cómo lo habían logrado. Al pensarlo se dio cuenta de que nunca le había agradecido a Corito su ayuda, sin él nunca lo hubiera conseguido. Así que le pidió permiso a su mamá y fue a buscarlo. Había atardecido y por más que lo buscó por toda la playa, Corito no estaba.
A la mañana siguiente, Sofía se levantó muy temprano para ir a ver a su amigo. Se dio cuenta que había sido una tonta por pelearse con él cuando el había sido tan importante para la construcción de su nave y que tal vez podían hacer una más grande esta vez. Llevó uno de sus dibujos para regalárselo. Llegó a la playa emocionada buscándolo para jugar con él. Pero al verlo jugando con unos nenes a la pelota, se fue corriendo a la carpa donde estaba su mamá. Escondió el dibujo en un bolso y se sentó a leer un buen rato. Pasó la tarde sin que Sofía se moviera de la carpa. Cuando se disponía a irse vio que Corito venía corriendo a saludarla. ¡Hola! ¿Cómo estas? ¡Que bueno verte! ¿Dónde habías estado? Hoy jugamos a los piratas con los chicos en la playa, hubieras podido venir a jugar con nosotros, ¿dónde estuviste? Sofía sólo atinó a decirle que lo vería mañana. No pudo darle el dibujo que guardaba en el interior de su bolso. Estaba enojada y no sabía por qué había estado toda la tarde esperando que la viniera a buscar cuando Corito ni la había visto.
Al otro día, a Sofía se le hizo tarde para ir a la playa porque estuvo ayudando a su mama. Corito al verla, se acercó enseguida. ¡Hola!, de nuevo. Te estuve buscando toda la mañana, porque en una hora me voy. Yo soy del interior, vine a visitar a unos tíos con mis padres y ya estoy regresando. Sofía no podía creerlo, se iba y no habían podido jugar. No tenemos tiempo de hacer la nave espacial de nuevo- decía Sofía con cierta tristeza en sus ojos. Sin dudarlo Sofía sacó el dibujo del bolso. Se había arrugado y los garabatos se habían transformado en una mancha de color. Pero igual decidió regalárselo. Corito lo miró y dijo “Muchas gracias”. En realidad se ha estropeado un poco, pero lo hice pensando en vos- aclaró Sofía. Corito, vio en el dibujo una oportunidad para jugar. Tiene tan lindos colores el papel, ¿Qué te parece si lo transformamos en un barco para que navegue en el mar? Tal vez no será la nave espacial pero el barquito puede navegar por el océano y viajar a muchos lugares que nosotros ni sabremos pero llevará tus colores y mi ingenio. A Sofía le pareció una linda idea. Sentados en la arena se pusieron a armar el barco de papel. Ni bien lo terminaron se fueron a la orilla y lo soltaron imaginándose que eran dos tripulantes de esa navegación. En ese mismo instante los padres de Corito lo llamaron para irse. Se despidieron con una gran sonrisa. Sofía se quedó mirando al barco que se perdía en el mar. Ya no le importaba donde llegaría. Era mucho mas importante cómo había sido hecho.
La nave de los sueños I
FIN

Gran pluma roja

plumas

Hacia cuatro meses que estaba viajando por Asia, toda una vida transcurre cuando uno se permite salir de viaje a lo desconocido, abierta a cambiar las opciones dadas las circunstancias. De hecho el viaje era solo por un mes y medio y pensaba regresar a los brazos de lo que creía factible y a seguir cosechando en el trabajo todo lo que había sembrado y no quería cortar la corriente por miedo. Miedo a no sentir la abundancia que sentía, pero por suerte descubrí en este viaje que la abundancia uno la lleva dentro, no necesita tener las cosas para sentirse así, es una cuestión mental de cómo mirar y de aceptar la realidad con lo bueno y lo malo y poder a pesar de que las cosas no salgan como uno se las imagine disfrutar de su existencia.

A veces la vida te muestra otro camino y hay que ser valiente para tomarlo. Lo que uno tiene no lo pierde, si uno sembró bien por mas que no se quede a agarrar todos los frutos de la cosecha, la tierra quedara muy fértil para la próxima siembra, y a veces uno tiene tiempo y tiene que aprovecharlo para vivir. Porque terminamos haciendo muchas cosas para lograr determinados objetivos que a veces nos olvidamos de disfrutar de la oportunidad cuando se nos presenta solo por temor a perder lo conquistado. Cuando uno hace bien el trabajo no pierde nada que valga la pena.

Los viajes me han enseñado que cumpliendo solo dos variables de estas tres ya es una oportunidad genial para realizar: edad – juventud o energía (porque hay gente joven que no tiene energía y viceversa), dinero y tiempo. Cuando uno es joven tiene el ímpetu, la energía y el tiempo pero te falta dinero, entonces hay que ingeniársela para poder lograr llevar a cabo los viajes. Después uno tiene la juventud y el dinero pero falta el tiempo, porque no puede dejar a los hijos, al trabajo, o al proyecto que tiene en mente y las mil y una excusas que se pone para posponer algo que en el presente seria el mejor regalo a su vida, porque nunca pierde el valor. Después uno tiene el dinero y el tiempo pero le falta la juventud y no puede llevar a cabo todo lo que quisiera de la forma que soñó o pospuso porque no lo vivió en el momento que tenia que hacerlo, así que muchas veces se conforma en mirar y en castigarse por no haberlo hecho antes. Lo bueno de esto que cualquiera sea la manera viajar es una bendición para el alma de cualquiera que lo haga, porque le da tiempo para jugar, para salir de su realidad y al mismo tiempo para mirarse.

Después de 7 días en las playas paradisíacas de Perthenians en las cuales había descansado y había hecho el balance de todo el viaje, y en donde había compartido con una holandesa y un gales la soledad de estar juntos en el mismo barco, del fluir sin rumbo, y donde las charlas sucedían sin forzarlas. No hacer nada era la constante, nos levantábamos a leer, comer y disfrutar del mar y de la existencia. El mensaje de despedida de los dos fue: “Sos tan natural que permitís que los otros se abran, creas espacios para que la gente se encuentre”, habíamos compartido no solo días sino vida y de alguna forma peculiar los había juntado. Llegue a Kuala Lumpur cargada y cansada. La gente en malasia es muy amable y honesta, y todavía no estaba acostumbrada a estar en un lugar donde uno puede confiar lo que le dicen, te acompañan a sacar el pasaje para que no te pierdas, te cuidan, un placer. Mi mejor decisión fue terminar en Malasia  mi viaje, ya que me sentí muy segura a pesar del cansancio, todo fluía naturalmente, los papelitos no se equivocaron una vez mas, pregunte varias veces a la suerte y me decían que no volviera a Singapur. El Gales, en una de nuestras largas charlas de hombre y mujer, me dijo: “escúchate, estas todo el día diciendo que hay que hacer lo que uno siente, así que no perdes nada en invitarlo a que vaya a Melaka, ya es el fin del viaje, jugate. Son solo cuatro horas de donde vive y si quiere hace el esfuerzo”. Un día antes de irme de la isla le había mandado un mail a una persona importante de mi viaje para ver si quería unirse en mis dos últimos días sin tener respuesta aun. Me había escrito que estaba complicado porque se mudaba de país y estaba con decisiones importantes, era una locura pero por lo menos no me iba a quedar con las ganas y si hay algo bueno en la vida es que hay determinadas personas que se vuelven inolvidables. Los encuentros no siempre tienen correlación con la duración sino con la intensidad y en el caso de este hombre parecía que nos hubiéramos conocido desde siempre.

Ni bien llegue a Melaka sentí que tal vez me encontraría con la sorpresa de que mi compañero hubiera llegado. Me subí a un bus que me llevaría al centro de la ciudad y decidí el hotel por papelitos, puse tres nombres posibles y a pesar de que la holandesa me había recomendado el suyo decidí confiar en la suerte nuevamente, y termine en otro hotel de mejor ubicación, en pleno centro histórico. Llegue y me tome un cuarto doble, necesitaba mi espacio y también tenia la esperanza de que tal vez llegara esa persona que esperaba – siempre pienso en positivo-, cheque los mails pero el silencio sopesaba en mi casilla. El cuarto era divino, en una casona antigua reciclada, llena de luz, plantas y un gato que jugaba en la escalera, realmente hermoso el lugar, así que estaba feliz con mi decisión. Baje para mirar un estanque lleno de pececitos naranjas con un buda que reinaba en lo alto, y un ingles se me puso a conversar.

pluma 3“Los ingleses son todos piratas que andan conquistando el mundo. No paro de encontrarme desde hace meses y se creen los reyes de Asia”. Fue la primera frase q intercambiamos cuando se presento mientras miraba el buda en el estanque. Ni bien llegue al hotel vino a hablarme y yo no le di bola era como q todavía esperaba que mi hombre viniera, mi energía estaba cerrada a conocer a nadie. Ya estaba en despedida. Me invito a desayunar con él, pero yo quería salir a recorrer la ciudad, todo rápido, comprar los regalos que me faltaban, empacar y ya llegar a Argentina. Ni le preste atención. Le pregunte si me convenía caminar o salir en bicicleta ya que el hotel te las prestaba y me miro esperando que le contestara la pregunta de ir a desayunar con él pero se dio cuenta que no era correspondido y me dijo: “caminando vas a ver mejor la ciudad”; y le hice caso.  Su cuarto estaba justo frente al mío y pensé que estaba en pareja dado que también estaba en un cuarto doble, pero en realidad mi mente estaba completamente en otro lado. Salí a conocer la ciudad y me encontré con China, luego con India y con una mezcla de todos los lugares que había visitado en un solo lugar mezclado con reminiscencias de colonia holandesa. Camine por las pintorescas callejuelas, era como un puerto, había productos de toda Asia. En un momento me arrepentí de no haber sociabilizado con el ingles, parecía simpático y tal vez hubiéramos podido compartir el día.

Volví al hotel y agarre una bicicleta para seguir recorriendo la ciudad, probé las cosas típicas, me perdí de nuevo en mercados, compre lo que me faltaba, estaba agotada de mirar, de viajar, pero al mismo tiempo me sentía esplendida, llena de vivencias. Cuatro meses habían pasado desde que había salido de casa, y tantas cosas habían sucedido, tantas pruebas había superado. Esta vez, yo había sido la actriz de mi propia existencia y no deje que nada ni nadie me sacara el mando de mi propia embarcación emocional. De alguna forma había entendido que todo es como uno quiere verlo y que a pesar de que las cosas no salgan como uno piensa, siempre tiene la capacidad de seguir sonriendo y que la actitud es la que genera que sigan abriéndose los caminos y que uno continúe a pesar de todo. Retorne al hotel, arme la valija y decidí salir en mi ultima noche del viaje, di vueltas sin cesar por el mercado de noche, muy pintoresco. Estaba lleno de turistas asiáticos que hacían cola por todo y valía la pena ver todo iluminado. Me quede sin plata comprando los últimos regalos y volví al hotel para pintar. Tengo que reconocer que espere ver al ingles o que tocara mi puerta pero nada paso. Escuche ruidos pero no le di importancia y pinte sin cesar hasta las 5 de la mañana, casi en trance, inspirada y sobretodo relajada. Me dormí profundamente. Me levante e iba a bañarme pero decidí ir a cambiar los últimos dólares que tenia. Fui al bar del hotel para preguntar donde cambiaba los dólares y chequear mails, había decidido ir directo a la estación ya que no tenia más nada que hacer.

Ni bien entro al bar, el que estaba sentado tomando el desayuno era el ingles: Grant se llamaba, era muy atractivo, rubio de ojos azules, con rasgos masculinos, bien formado,  ayer con el apuro no lo había visto bien. Me senté a charlar con él, en realidad porque había gente en las computadoras y me sentía culpable por no haberle contestado lo del desayuno el día anterior. Me mira y me pregunta si me iba hoy y le digo que si. Le pregunto que hacia en Melaka, porque no era un turista normal, se lo notaba relajado, sin apuro, contemplativo, y me empieza a contar, que era director de cine en Londres y estaba escribiendo el guión de su próxima película, que trataba sobre los sueños y que hacia ya un mes que se encontraba en la ciudad, aprovechando a visitar un amigo que vivía aquí que era pintor y al cual tendría que conocer. Cada vez que abría la boca me parecía mas interesante, había sido una estupida en no darle ni cabida ayer siendo mi vecino, pero bueno ya era tarde, mientras hablaba me pasaban miles de cosas por la cabeza que no podía cambiar. Lo miro y le digo tengo que ir a cambiar plata, te quedas acá que ya vuelvo, y me contesta con la cabeza afirmativamente. Salgo caminando y a los minutos escucho que alguien viene corriendo por detrás. Me doy vuelta y era Grant. Me mira y me dice por si te perdes te acompaño. El lugar de cambio quedaba solo a una cuadra del hotel, pero me gusto el gesto. “Te quiero mostrar un lugar”, me dijo él. Era un pequeño local de un relojero, que ni había percibido a pesar de pasar varias veces por esa cuadra. Entro y me encuentro con un viejito que seguía arreglando los relojes, relojes que ya ni se usan, relojes que ya no tienen dueño pero que mecánicamente como si fuera parte del engranaje él sana, cuida, sigue siendo guardián de estos. El lugar estaba atestado de relojes viejos, como si en ese lugar se pudiera contener el tiempo, estaba frenado, para su arreglo. Grant me dice, “me encantan las cosas viejas, te hacen viajar por el tiempo”. Cambie la plata y me invita a salir a dar vueltas con él por la ciudad, mis planes repentinamente cambiaban.

Volvimos al bar para que pudiera desayunar. Ni bien nos sentamos me comenta lo ruidosa que estuve por la noche, acostumbrada a las asiáticas que han parado en el hotel, yo era un tornado. Me río y le contesto perdóname, es que tenia que organizar las cosas en mi valija y también me inspire, pinte nueve cuadros sin parar. Me mira y me pregunta: “¿Que soñas? ¿Cuáles son tus sueños?”. Sin ni siquiera pensarlo, le dije que vivía cumpliendo mis sueños, y lo que me gustaba de ello, es que se convierte en un ejercicio, porque al cumplirlos tenes que pensar en nuevos, y que al mismo tiempo cada uno se convierte en una moneda de oro en el corazón que nadie puede sacar y que nunca pierde el valor. Soy muy afortunada, puedo contarte muchos sueños cumplidos. “A mi también me gusta cumplir sueños. El guión que estoy escribiendo trata de la relación sobre los sueños y la muerte, porque en realidad cuando uno muere se da cuenta si realmente vivió o no según los sueños que ha cumplido. Es una pena, que recién cuando te enfermas o te pasa algo te das cuenta de lo hermosa que es la vida cuando tendrías que disfrutarla en el entonces.”Era tan profundo y al mismo tiempo tenia los pies en la tierra que me cautivaba y me sorprendía, sacaba un tema tras otro. “¿Viste la película del japonés Akira Kurosawa y los sueños?”, le digo que No, y me dice “te voy a escribir unas películas que tenes que ver”. Saca una lapicera de tinta, de estas que hacia años que no veía, que te dan placer de mirar escribir a alguien y que te hacen pensar que están en peligro de extinción. Le digo que me encanta su lapicera,  si puedo dibujarle algo y me da su cuaderno con anotaciones y empiezo a dibujar una mujer. Me dice que le resultaba muy personal el dibujo que le estaba haciendo a el, que era un desconocido, y que me iba a tener presente.  Lo miro con cierta inocencia, solo es un dibujo. Me pasa un barquito de papel con los nombres de tres películas escritas en él, lo guardo, no lo abro en su presencia y me imagino que diga algo como me gustas y que lo viera en el avión  y me arrepienta de no haberlo conocido antes. Mi cabeza no paraba de pensar porque me resultaba atractivo, encantador y profundo. Le digo: “Me hubiera gustado tener más tiempo para conocerte”. A lo que me contesta sonriendo: “Vos sos como el viento, cambias todo el tiempo, en todas las direcciones”. Me gusto su percepción tan acertada y le tuve que dar la razón. “Pensé que ayer te vería a la noche” le dije.  “Se te notaba ocupada, en tus cosas, te deje después de tu no contestación a la mañana para que iba a molestarte, además cerrabas la puerta con llave como si alguien te persiguiera” me respondió. Me reí, le tuve que contar del robo y de las vicisitudes del viaje, y en realidad la satisfacción que tenia que a pesar de todo lo que me paso seguí igual, feliz y disfrutando de mi existencia. Estaba terminando de desayunar y me acerca un papel en blanco y me dice, “escribí tu sueño, lo que deseas en este papel”. Yo pongo, yo quiero y me acuerdo que es yo deseo, para que se te den las cosas. Porque querer implica posesión. Sin dudarlo, le digo me das otro papel, porque me equivoque yo quiero por deseo, a lo que me contesta “es un solo deseo. Ya empezamos mal, si necesitas cambiar la frase, desear o querer es lo mismo, es lo que buscas lo que importa”. Me encanto su respuesta, era mucho mas interesante de lo que pensaba, no podía dejar de pensar que desde ayer podría haber estado con él pero no quise de alguna manera tomar lo que la vida me presentaba por esperar a un hombre que ni contestar pudo. Luego de terminar de escribir en el papel mi deseo, me dice dobla el papel en cuatro, ahora volve a plegar un costado, el otro costado. Yo seguía sus instrucciones al pie de la letra, mientras el también lo hacia sin saber a donde me llevaría. Termine haciendo un barquito de papel hermoso. Los dos teníamos nuestro barquito de papel con nuestro deseo.

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Salimos del bar y a pesar de conocer las calles me hizo seguirlo por otras que desconocía hasta llevarme a un pasillo, donde desembocamos en un canal. El sol me daba en la cara y al mismo tiempo jugaba el reflejo en el agua. El estaba vestido con unos pantalones verdes y una camisa blanca y yo con un vestido rojo, rodeados de agua y de verde vegetación mezclada con las casas con reminiscencias holandesas.  Me cuenta que en el canal vivían una especie de caimanes, que tuviera cuidado cuando pusiera el barquito de papel en el agua. Sin escucharlo, dado que estaba fascinada con la situación, todo era maravilloso, me sentía en una película, ni aunque lo hubiera imaginado o escrito podía ser tan mágico. Faltaba tres horas para tomarme un avión y el destino me estaba regalando un deseo compartido con un desconocido que ya me resultaba conocido.  Es maravilloso como a pesar de no tomar el tren la primera vez, puede suceder una segunda oportunidad, finalmente terminamos desayunando juntos,  y como cuando te tenes que conocer con alguien pese a todo te encontras. Sentí la necesidad de sincerarme, “Perdóname por ayer, estuve muy maleducada con vos desde un principio, estaba cerrada, no quería conocer a nadie, solo quería empacar, conocer rápido la ciudad y listo”. “Si, estabas cerrada por eso no insistí, hoy sos otra persona completamente distinta. Fresca, libre como una mariposa” y lo miro “Soy así, ayer había cerrado mi viaje, no me permitía nada, y hoy es otro día”. “Te das cuenta, como el viento sos” y nos largamos a reír.  Perdimos nuestras miradas en el agua, hasta que fue la hora de entregar nuestros deseos a ella (largar los barquitos). Tanta dulzura había en su ser, que me costaba asimilarla. Estaba sorprendida. Me dice “con paciencia nuestros deseos serán llevados por la corriente hacia el mar”. “¿Que buena idea!” le exclamo. Cuando me acerco a poner el barquito sale del agua un caimán, me asuste y el se empezó a reír, no pasa nada, te había avisado, pero yo pensé que me estabas cargando. “Asia es maravillosa, la realidad es casi irreal, por eso vine a inspirarme. A veces el viaje es la excusa para conectarse, en realidad fuera de lo cotidiano uno empieza a ver los detalles”, concluye. Nuestros barquitos se quedaron navegando por el canal. Yo quería besarlo, pero no lo hice, esperaba que el lo hiciera. Todo era perfecto para que sucediera, pero no acontecía. Cuando salimos del pasillo me dice: “yo deseo que todo el mundo hiciera las cosas con amor, así todos seriamos felices”.

Fuimos al hotel, pase mis valijas a su cuarto, me bañe, y al final me dice que mejor dejáramos las valijas en la conserjería por si se quedara en la casa del amigo pintor que íbamos a conocer. Así que dejamos las valijas en el bar y salimos a caminar de nuevo por la ciudad, charlando de la vida. Entramos a varios negocios, a seguir encontrando detalles,  y en un momento le tomo naturalmente el brazo porque estaba en la calle y un auto se abalanza hacia mí, y en ese momento me da un beso en la mejilla, para seguir a mi boca, y la magia sucedió. Mis ojos se cerraron por el impulso que acompaño a un abrazo para seguir besándonos apasionadamente a una velocidad donde el tiempo dejaba de existir y todo se difuminaba alrededor. Sin darnos cuenta que estábamos en el medio de la calle, con autos tocando bocina. No podía creer lo que estaba pasando porque cuando dejamos las valijas en la recepción, pensé que no iba a acercarse más. Me dice: “Soy tú despedida de Asia, un marinero ingles que te hace tirar barquitos al mar con tu deseo”. De pronto un auto nos despierta del sueño, nos gritan en ingles que nos corramos de la calle. Éramos llamativos besándonos en una cultura musulmana y china donde las exposiciones de cariño no abundan.  Me agarra de la mano y entramos a un local a comprar agua y les dice “nos acabamos de comprometer, nos casamos en un mes”, las chicas aplaudían y yo me reía porque todo parecía un sueño. La alegría nos rodeaba.

Con una pasión que trascendía la racionalidad, hicimos el amor. Busque el amor durante 33 años y al final me encontré a mi misma, y me dice: “Al final de eso se trata el amor de enamorarse de uno mismo para compartir”. Su intensidad era notoria, le conté de mi búsqueda en el amor. Éramos dos libros abiertos que compartíamos capítulos que se entrelazaban. Me contó que estuvo seis meses en la selva en Latinoamérica y una noche casi lo matan. Le robaron todo en una playa en Perú después de estar tomando ayahuasca durante siete días, le pusieron un arma en la frente  y le hicieron contar hasta diez, que pensara en su vida que se acababa y en esos segundos la vida le paso como una película y se planteo todos los sueños que le faltaban cumplir, y con el arma le pegaron en la cara pero no lo mataron. Lo dejaron en la playa sin nada, sintió que tenía una nueva oportunidad para vivir desde un nuevo lugar. Me volvió poderoso. Lo trágico a veces resulta oportuno. Así fue como termino viviendo en un pueblo de las FARC en Colombia sin dinero hasta poder llegar a Panamá para volver nuevamente a Londres, para seguir escribiendo capítulos de su vida. Charlamos un montón y volvimos a estar juntos, sin poder despegarnos. Tenía una pasión animal, era como un león y yo una pantera, dos fieras que se encontraban. Fue grandioso el encuentro, como su nombre. “Cuando estoy con vos me siento en una novela, estas llena de vida. Te tenes que quedar quieta, el amor te va a llegar a vos, ya no lo tenes que salir a buscar. Estas lista para el amor”, me dijo. Fue como un mensajero, alguien que me hizo recordar mi magia y también el entender que cuando algo no se da otra cosa aparecerá y que la puedo perder sino estoy abierta a verlo. El despertador empezó a sonar (lo había puesto por las dudas, porque el tiempo uno a veces se lo olvida), tenia que tomar un taxi para llegar al aeropuerto para volver a argentina. Cuando me estaba cambiando, aparece con una pluma roja que ata en mi pelo. Casi pierdo el encuentro de Grant por alguien que no vino.  Era el fin del viaje y estaba cerrada al encuentro y la vida me estaba esperando con alguien maravilloso al frente de mi puerta. No me quedo ni mail ni numero de contacto. Tal vez solo fue fruto de mi imaginación de haberme quedado dormida después de haber pintado toda la noche. Pero el mensaje del sueño o de la realidad es que tuviera esperanza.  El tiempo que llevara en que el barquito de papel llegara al mar desde este canal seria como el tiempo que llevara en concretar mí sueño.

FIN

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