Llegó diciembre, llegó la hora de empezar a planear los festejos de Navidad y Fin de Año. En general, este mes nos recibe con una tarea: armar el arbolito. El sábado 8 es la cita, así que nos espera un fin de semana a puro brillo y villancico.
Son muchos los relatos que hablan sobre el origen del árbol de Navidad. Todos ellos lo ubican más allá del cristianismo, como una costumbre pagana de adoración a los dioses. Algunos historiadores hablan de un árbol perenne, que los pobladores del norte de Europa adornaban para celebrar el nacimiento de Frey, Dios del Sol y de la Fertilidad, en una fecha cercana al 25 de diciembre. Simbolizaba al árbol del Universo (Yggdrasil): en la copa se encontraba la “morada de los dioses” (Asgard) y el “Palacio de Odín” (Valhalla), y en las raíces, el “Reino de los Muertos” (Helheim). Otros especialistas, en cambio, hablan de un roble sagrado en honor a Odín o de pencas de palmas para adorar a Thor (hijo de Odín), siempre con sacrificios humanos como ofrendas. Cuando los cristianos llegaron a esas zonas, adoptaron esta tradición pero le dieron el significado que ya todos conocemos. Se cree que el primer árbol cristiano se armó en Alemania.
Volviendo al siglo XXI, se nos presentan varios dilemas. Ya no pasa como antaño, cuando lo único que había que hacer era respetar la tradición. Ahora las variables son muchas: en el caso de las empresas, cómo lograr que los empleados participen del ritual del armado y se sientan identificados con la imagen, y si hablamos del hogar, el tiempo y el espacio que le dedicamos a este símbolo también es tema de discusión.
El armado del árbol de Navidad en las compañías debe ser tomado como una de las actividades destacadas del mes de diciembre. Recomiendo ubicarlo en un sitio a la vista de todos y no escatimar gastos en adornos. En las empresas pequeñas, una idea original es tomar fotos a los empleados algunos días antes y colocarlas en el árbol, colgadas o a modo de tarjetas. Si se cuenta con muchos trabajadores, la imagen debería corresponderse con los grupos de personas de los distintos sectores o áreas.
Lo que siempre aconsejo es preparar algún regalo para los empleados. Si por cuestiones de presupuesto se opta por obviar la famosa “caja navideña”, una opción son los sorteos in company. No todos se irán con un premio, pero al menos podrán sentir cuánto se los valora.
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