“La dificultad del músico es que tienen que ser artistas, productores, managers, agentes de prensa, hacer todo lo administrativo. Para bien o para mal, nosotros tenemos esa impronta”, reconoce Daniel Viola, uno de los fundadores del Movimiento de Música para Niños.
Y apunta que si bien “la ley de música va a ayudar”, “lo que falta, profundamente, es una empresa estatal que se encargue de la distribución”.