“Vamos a ganar, no tengo ninguna duda”

 

Diego Bossio es un joven político y economista de sangre peronista. Tiene 34 años, hace 5 es el director ejecutivo de la Anses. Desde 2009  implementó la Asignación Universal por Hijo, la ley de movilidad jubilatoria y entregó más de 4 millones de notebooks.

Hincha de Rancing y enfermo del fútbol, Bossio disfruta el Mundial entre reuniones, jubilaciones, albañiles, arquitectos… y, en especial, con la mejor compañía, que son su mujer y sus dos hijas, Olivia y Milena.
En una entrevista con Infobae  Bossio recuerda con total pasión el Mundial del 90, cuando con su hermano emulaban al Goyco y a los jugadores y revivían aquellos inolvidables penales.
A la hora de hablar de la Selección, el titular del Anses asegura que es el mejor equipo de la Copa y se imagina una difícil final con Brasil: “Argentina tiene la obligación de ganar sea con quien sea, por historia, por trayectoria y porque tiene a Messi”, concluye fanático.

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-¿Cómo está viviendo el Mundial?
La verdad, con mucha alegría y además con la esperanza en un equipo que efectivamente despierta la pasión, las ganas, todos los días. Siempre mirás a la Argentina. La verdad que a este equipo tengo ganas de verlo.

-¿Dónde, cómo y con quién ve los partidos?
Este Mundial lo vi siempre con mi familia, excepto un día que nos quedamos con todos los compañeros de trabajo. Pero la verdad es que lo veo con mi nena que va a cumplir 5 años y con mi señora. Me voy a mi casa un ratito y lo veo con ellas.

-¿Qué cosas no pueden faltar en su Mundial?
No soy de tener cábalas y demás, pero siempre tengo la camiseta de argentina… Claramente con la familia, y el teléfono para hablar con mi viejo cuando termina.

-¿Es una cábala entonces?
No es una cábala, pero siempre lo hago. No es una cábala porque, pierda o gane, siempre lo hago. Es el comentario del partido al final, lo hago con Racing, con todos los partidos. Y hablar con mi hermano. Son las cosas que más o menos tengo a mano permanentemente

-¿En el último partido qué le dijo a su padre?
Que tenía la sensación de que íbamos a llegar a la final. Que me parecía que Argentina había jugado muy inteligentemente y que por primera vez en mucho tiempo tenía la sensación de que íbamos a llegar a la final.

-¿Una anécdota o recuerdo en especial?
En el Mundial del 90 yo tenía 10 años, y es la primera imagen fuerte que yo tengo. Me acuerdo del Mundial 86, pero solamente de la final y del gol a los ingleses. Del Mundial 90, me acuerdo de que terminaban los partidos y me iba con mi hermano al patio a jugar a la pelota. Teníamos un arco que nos había hecho mi viejo y no sé… tratábamos de jugar a la pelota como jugaban los jugadores del Mundial, con un fanatismo y con una pasión… Me acuerdo de los penales, uno era Goyco y el otro pateaba, el otro pateaba y uno era Goyco, recuerdo con mucha pasión ese Mundial.

-¿Cómo ve a la Selección de Sabella?
Veo que ha ido creciendo y que todos los partidos jugó mejor que el rival, por mérito propio, por capacidad técnica de los jugadores, por estrategia. Yo creo que el último partido… Una cosa es verlo en vivo y con los nervios de querer ganar, y otra cosa es verlo más tranquilo. Vi la repetición y, la verdad, jugó bien, tuvo muchas oportunidades, por eso me dio la sensación de que Argentina podía llegar a la final después de mucho tiempo.
-¿Cómo ve Argentina-Holanda?
Vamos a ganar, no tengo ninguna duda, ganamos. Más allá del optimismo, creo que Argentina es mejor equipo que cualquiera. De hecho, es el único que ha ganado todos los partidos y, además, creo que fue mejor que el rival en todos los aspectos.

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-Mensaje para la Selección:
Que salgan con todo, que se concentren, que dejen el alma, que hay un pueblo que los está acompañando, que sean ellos, que sean auténticos. Yo creo que cuando esos chicos juegan y muestran todo su talento, más allá de todas las cuestiones técnicas que aporta el cuerpo técnico, cuando son ellos, la rompen. Messi, cuando puede expresarse al máximo, tiene ese rapto de lucidez que realmente deslumbra.

-¿En épocas de Mundial, lo único que importa es el Mundial?
Es cierto que la tensión está centrada en el Mundial. Te levantás a la mañana y lo primero que preguntás es quién juega hoy, cómo es la agenda. La verdad, es un tema que está en la mesa de todos, en la charla cotidiana, pero no es lo único que importa.

-¿La política utiliza el Mundial para que ciertas cosas pasen inadvertidas?
No, en absoluto. Yo tengo una agenda de trabajo que la cumplimos cien por ciento, el Mundial no la cambia en absoluto, excepto el partido de Argentina. Las cosas ocurren independientemente de lo que pasa en el Mundial.

-¿Hasta dónde llega la Selección?
Ya estamos en la final, seguro. Yo me conformo llegando a la final. Creo que si la final es con Brasil, va a ser una cosa realmente difícil. Si llegamos a la final, para mí, tarea cumplida. Bueno, si me preguntás, una vez que estamos en la final, hay que ganarla. Argentina tiene la obligación de ganar sea con quien sea, por historia, por trayectoria, por los jugadores que tiene, por todas las cosas, por cómo fue este proceso y porque tiene a Messi. Messi es realmente de otro mundo. Cuando agarra la pelota Messi, hay luz. Llega la pelota al pie enseguida, entonces esa cuestión evidentemente tiene un plus extra.

 

Con el equipo que tiene, Argentina no necesita cábalas

 

Polémico, verborrágico y para muchos el especialista en rescates de la B, Ricardo Caruso Lombardi comparte con Infobae sus costumbres, pronósticos y expectativas para la Copa del mundo.
Le aburre la primera etapa del mundial y en ella sólo sigue al equipo argentino. Confiesa que le gustaría aprender cosas mirando los partidos, pero que no aprende nada.
A la hora de las cábalas, no tiene ni piensa tenerlas para la selección de Sabella y afirma contundente: “Argentina, con el equipo que tiene, no necesita cábalas”.

 

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“Es el momento de poner a la Argentina en el lugar que se merece y de convencer a la gente”, concluye el ex futbolista.
Sobre el armado del equipo, el ex DT de Quilmes sentencia que le falta equilibrio y que espera que se termine de armar en los primeros tres partidos.
Califica sólo de hinchas a los polémicos barrabravas y manifiesta que es una imagen que algunos quieren imponer: “En todo lugar hay alguien que manda, siempre hay un jefe en algo. No sé por qué los llaman barrabravas”, finaliza.

 

- ¿Cómo te preparás para el Mundial?

Normal, el Mundial siempre lo miro muy tranquilo, soy de mirar muchos los partidos en la parte final. Cuando arrancan el campeonato, hay muchísimos partidos que no los miro, no me llama la atención, salvo cuando juega la Argentina.

 

- ¿Dónde, cómo y con quién ves los partidos?

Donde se dé, si estoy en un bar lo veo en un bar, si estoy en casa lo miro en casa, donde estoy con mis hijos lo veo con mis hijos. La realidad es que no miré ningún partido en especial en algún lado, siempre donde pintaba.

 

-¿Cábalas?

Ninguna, no, porque con las cábalas a la Argentina no le fue bien en los últimos Mundiales, tampoco voy a estar haciendo cábalas para la Argentina; la Argentina, con el equipo que tiene, no necesita cábalas.

 

-¿Cuál es tu mejor recuerdo de los mundiales?

El mejor, en el 78, porque era pibe, tenía 16 años, porque no había clases nunca cuando jugaba la Argentina, iba al colegio, al Villa Urquiza. Cuando terminaba, salíamos todos a hacer quilombo, a golpear toda chapa que encontráramos. Y en la final, recuerdo que en la camioneta de mi papá subimos todos y fuimos a festejar al Obelisco con un montón de amigos, ahí le di mucha importancia al Mundial, después ya no tanto.

En el 82, un poquito más. En el 86, sí me prendí, me prendí mucho porque Diego te atraía mucho, Diego era el imán que te llamaba para verlo.

En el 86, aparte, como se dio el campeonato y como llegó a la final, la final con Alemania.

El 90, más allá de los penales, yo tenía un bailable que ponía la cortina de Italia 90 y me daba la sensación, siempre, de que estaba en el Mundial, después ya no.

 

-¿Qué fue lo más ridículo o gracioso que hiciste mirando un partido?

Boludeces hice millones, no sólo viendo los partidos del Mundial, viendo los míos también, algo en especial que recuerde, no. Me ponía muy nervioso viendo a la Selección, muchas veces me encerraba en la pieza para que no me molestara nadie.

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-¿Qué es lo que más disfrutás y lo que menos de los mundiales?

Lo que más me gusta, las finales; cuando quedan 8 equipos; eso me encanta porque es a matar a morir; se juega a full; el que queda afuera se va llorando; el que gana hace una montaña. Lo que menos me gusta, el principio: todos los equipos que no se cómo llegan a los Mundiales, la verdad son muy flojitos.

 

-¿Qué tres cosas no pueden faltarte en un Mundial?

Estar en un bar con amigos siempre; un buen asado no puede faltar y lo tercero es tener muy buenos LCD o LED, ahora sobran. Antes no se veía tan bien en los televisores, ahora estás adentro de la cancha, ahora ves la cara de los jugadores. La gente mirando el partido, la imagen es divina. Y más cuando tenés esos LCD de 55 o 60 pulgadas. Es hermoso.

 

-¿Cómo ves a la selección de Sabella?

Bien, me parece que le falta un equilibrio, que por ahí lo debe estar buscando. No creo que sea un problema de defensores o de arqueros, como dicen todos. Ése es un problema del medio de la cancha, por ahí tenemos mucha gente que ataca mucho y por ahí defensivamente quedamos un poquito descubiertos. A nivel de eso me parece que vamos a ser un equipo muy importante, por lo menos en las primeras 3 fechas no vamos a sentir problemas. Después, en la etapa final, se va a complicar un poco, pero tenemos jugadores para sacarlo y también no tenemos muchos rivales de turno para pelear si tenemos que llegar a una final, que la zona más pesadita está del lado de Brasil y no del lado nuestro.

En estos tres primeros partidos pueden llegar a ensamblar al equipo, como pasó en el 86. La Argentina de a poquito se va a ir armando en esos tres partidos, y en la parte final puede redoblar.

 

- Si los chicos de la Selección te estuvieran escuchando, ¿qué mensaje motivador les darías?

Es el momento de poner a la Argentina en el lugar que se merece. La Argentina estuvo muy golpeada últimamente, muy vapuleada, siempre nos dejaron en la puerta y casi ni ahí en los últimos Mundiales. Yo creo que para los jugadores, ésta es la vidriera máxima que puede tener un jugador de fútbol, no hay una vidriera más grande que esta. Y para que la gente los termina de querer. A Messi no lo valoramos del todo porque se crió en España y no acá, y por ahí queremos más a Diego porque se crió acá. La gente es difícil de convencer, me parece que es el Mundial para convencer a la gente.

 

-¿Cómo creés que deben actuar los colegios?

Hay que autorizar todo. Cuando la Argentina juega, tiene que parar el país. Los demás partidos no. La Argentina tiene 7 partidos, siete días más o menos de clases con los paros que hubo, si las clases iban a empezar en febrero y empezaron en abril, de última si necesitan una hora más de clases, que den una hora más por día y listo.
-¿Qué pensás sobre la figura de los barrabravas?

Es una imagen que quieren imponer, yo hace 20 años que dirijo y nunca un barrabrava me vino a apretar. No sé por qué los llaman barrabravas, son hinchas de fútbol, en todo lugar hay alguien que manda, siempre hay un jefe en algo.

 

-¿La política utiliza el Mundial para que ciertas cosas pasen inadvertidas?

Vos podés pasar inadvertido en un mundial, con el asesinato de Ángeles, con el paro de la CGT; podés pasar inadvertido con 200 millones de cosas. No hace falta pasar inadvertido por tener un mundial. Ahora si me decís que el mundial es en tu país es otra cosa, pero el mundial en otro país no.

 

 

Photo: Adrián Escandar