Relatos de levante: del parque a la cama

En artículo de hoy compartimos uno de los “reportes de campo” que forman parte del libro “El Juego de la Seducción. Todo lo que un hombre debe saber sobre las mujeres”. Esta crónica cierra el capítulo que analiza el lenguaje corporal en la seducción. En el relato, Nacho aplica sus estrategias para abrir una interacción con dos chicas desconocidas y lograr en unas horas el contacto más íntimo. Dado que se trata de una historia real, fueron modificados los nombres de los protagonistas para mantener su privacidad.

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Desde unos mates en el parque hasta la cama

«Suelo pensar que mi fuerte es la noche, pero este sábado me pasó algo muy loco… Supuestamente nos juntábamos con los chicos de la banda a la tarde pero me quedé dormido. Me desperté a las seis de la tarde. Entonces llamé a Mike y me dijo:

­­–Es súper tarde. ¡Mejor andá a levantar a alguien a la esquina de tu casa!

Era un chiste, pero lo pensé medio segundo y me dije: “¿Qué puedo perder? ¡Vamos!”. Acá empieza uno de mis mejores juegos.

Me cambié y salí hacia la plaza. Ya eran las 18:30 hs. Abrí el primer set con un mate… Describo: eran dos mujeres con un nivel de energía muy positivo y parecían divertidas. Una, medio rellenita pero divina, tenía una voz muy sexy y una sonrisa que no se le borraba de la cara. Se había mudado poco antes al barrio, a dos cuadras de la plaza. La otra, la que más me interesaba conocer, era su mejor amiga y vivía más lejos. Con ella conectamos muy rápido. Físicamente era muy linda, con una cola increíble. Más tarde, hablando un poco con ella, me contó que solía trabajar de promotora para poder bancar sus estudios en Comunicación.

Me aproximé con una frase muy simple. Iba con un libro de Murakami en la mano, como si fuera a la plaza a leer algo y las abrí, por supuesto, girando la cabeza por encima de mi hombro con un:

–Chicas, me sumo a sus mates, ¿se animan?

–¡Obvio!

Apenas dijeron eso, me senté y me relajé completamente, como si estuviera en casa. Le pedí a la vecinita que me sacara una foto con su amiga pasándome un mate, y nos pusimos a hablar de fotografía. Enseguida, mi nueva vecina dijo que tenía que irse un rato a comprar un colchón antes de que cerrara el negocio (ya eran las 19:30 hs.). Como iba a encontrarse con su madre y su amiga promotora estaba divirtiéndose conmigo, me dejó solo con ella y se fue. Entonces aproveché y le dije:

–Quiero tomar algo, esperemosla en ese café…

Lo pensó un segundo, le avisó por teléfono a su amiga y allá fuimos. Al rato, volvió la vecina, muy contenta de tener ya su nuevo colchón. Acá pensé que se me terminaba la noche con la promotora, pero entonces su amiga quiso pasar al baño. Nos quedamos solos nuevamente y decidí cerrar con el intercambio de Facebook. Por las dudas, mis últimas palabras fueron:

Te escribo un mensaje con una palabra secreta y vos me respondes con la contraseña… Yo te digo “Hola, competidora” y vos contestás “Hola, competidor amoroso”. ¿Dale?

Llegué muy contento a mi casa. A las 22:20 hs. la vi conectada. Pensé qué haría si se daba la ocasión de volver a verla ese día. Arranqué a chatear por Facebook:

–¿Llegaste, competidora?

–Recién, competidor amoroso.

–¡Cumpliste! ¿Qué hacés?

–Acá, con mi amiga. Me da poca bola, está con el novio…

–¿No estás de más ahí?

–Puede que sí, pero todavía no me incomoda. El chico es muy caballero, no se andan toqueteando, jaja.

–Yo voy a comprar helado y a ver una peli, ¿te sumás?

–Mmmm…

–Bueno… ¡si te cabe el voyeurismo te podés quedar a mirar ahí!

–¡Jajaja! Mmm, bueno, dale. Película y helado, pero no me puedo quedar hasta muy tarde.

–Hecho.

Entonces arreglamos para encontrarnos de nuevo. Compramos helado y fuimos a casa. Vamos a aclarar algo: lo que cuento quizá parezca fácil de hacer, pero no lo fue. Tuve que esforzarme para lograr que ella entrara en confianza en mi departamento. A grandes rasgos, esto es lo que hice para generar confort: entramos y salimos del departamento varias veces con cualquier excusa (tirar la basura, comprar cigarrillos, etcétera). La idea era que no sintiera que estábamos encerrados ahí. Nos pusimos juntos a elegir música. Le pedí que guardara el helado en la heladera y que buscara los cubiertos, como si fuéramos amigos desde mucho antes. Después buscamos una película: El club de la pelea.

Sacamos el helado y nos sentamos en el sillón frente al televisor. Ella estaba bastante nerviosa, se le notaba; tenía cruzados los brazos y las piernas. Para no hacerla sentir incómoda, no hice nada hasta que no se relajó corporalmente. Esperé a que se descruzara y dejé que fuera ella la que tomara la iniciativa de ir a lo físico. Después de ver la mitad de la película, empezó a imitar a Brad Pitt y a pelearme en el sillón. Arrancamos con los besos y al rato estábamos en la cama.

Hagamos las cuentas: salí a las 18:30 hs. de casa y el momento cúlmine llegó a las 00:30, es decir ¡6 horas después! Fue increíble. No esperaba nada parecido de una salida a la plaza. ¡Gracias, Mike!»

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* Fragmento del libro “El Juego de la Seducción. Todo lo que un hombre debe saber sobre las mujeres”. Adaptado para INFOBAE.COM con autorización de la editorial Dibuks.

Los primeros capítulos pueden descargarse gratis en la web de la editorial.

 

Seducción: El primer beso

Por Martín Rieznik*

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En el Kamasutra se en listan al menos 30 diferentes formas de besar. Estudios más recientes sugieren que a nivel inconsciente, en un  beso detectamos si somos o no genéticamente compatibles con la otra persona.

Todo muy lindo pero… ¿Como saber si es el momento de besarse?  Lo primero a tener en cuenta es que un beso es un contacto físico entre dos personas, el contacto casi más íntimo que pueden tener. Por eso, no se trata de un todo o nada, hay puntos medios, no es necesario lanzarse desesperadamente sobre la persona que queremos besar. Por ejemplo, no esperes que ella esté cómoda besándote si no está cómoda dándote la mano. Tómale la mano y mira cómo reacciona.

¿La toma? ¿Sonríe? ¿Te da un cachetazo? ¡Esperemos que no!

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Otra forma es testear con acercamientos previos. “Qué bien olés” y acercate! Quitarle una pelusa, incluso si no existe. Esa técnica es tan vieja que la escribió Ovidio en el “Arte de amar” hace más de dos mil años. Lo que importa es que llegado el momento del beso no sea el primer contacto físico entre ustedes, sino resultará incómodo. Si estuvieron hablando de brazos cruzados y de repente te lanzás como un cazador sobre su presa… falta sutileza.

¿Qué más podés hacer? Mantener el contacto visual. Si la otra persona sonríe o lo mantiene, le interesás.

¡A besarse más! Como dijo Neruda: “En un beso, sabrás todo lo que he callado”.

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* Martín Rieznik dirige LevantArt, la academia de coaching social y liderazgo más importante de Latinoamérica. Es coautor del libro “El Juego de la Seducción. Todo lo que un hombre debe saber sobre las mujeres”, best-seller en Argentina, Chile, Uruguay y España. Los primeros capítulos del libro pueden descargarse gratis de la web de la editorial.

 

El cerebro de un seductor: alerta y proactivo

Un buen seductor se relaciona con las mujeres de una forma diferente a la empleada por la mayor parte de los hombres.

Las personas, en general, actuamos de manera reactiva. Reaccionamos a las emociones de los demás con un reflejo casi idéntico: si alguien nos trata en forma agresiva, respondemos con agresividad; cuando alguien nos sonríe, sonreímos.

Esta falta absoluta de control sobre las emociones nos deja desnudos en el proceso de cortejo. Aunque siempre vayamos a seducir con buenas intenciones, no necesariamente obtendremos una buena respuesta, lo que puede ser interpretado por muchos hombres como signo de la mal llamada “histeria”. Entonces, suele ocurrir que el rechazo penetre como un ancla en nuestro ego y en nuestro orgullo y desencadene un torrente de emociones negativas (ira, rabia, enojo, desprecio, malhumor, vacío, abandono, depresión y otras similares).

Esta reacción revela lo mal preparados que estamos para enfrentar ciertas situaciones de la dinámica social, y también expone nuestra escasa predisposición para desarrollar una fortaleza emocional que nos conduzca al logro de los objetivos propuestos.

Tomemos dos ejemplos. Veamos cómo actúan el señor X y el señor Y en las siguientes situaciones:

1. El señor X se aproxima a una mujer y es rechazado con una frase hiriente. De modo automático, modifica su actitud y le responde también de modo despectivo. Su humor cambia por completo; lo sucedido lo afecta por varias horas o incluso durante algunos días.

2. El señor Y se aproxima a una mujer, es aceptado en la interacción, pero ella comienza a tocarle el bíceps en forma insinuante. Automáticamente, él responde también en plan sexual, con toques o cumplidos ante los que ella reacciona mal, ya que la escalada ha sido muy rápida y no quiere sentirse fácil ni estar con un hombre que rápidamente se le entrega a ella y se muestra sexualmente necesitado. Al tocar al señor Y, aunque sea de modo inconsciente, ella sólo intenta verificar cuán necesitado de sexo y/o de interacciones sociales está él. Si lo percibe muy necesitado, lo rechazará.

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En ambos escenarios, tanto el señor X como el señor Y actúan reactivamente, dejándose llevar por sus emociones primarias, sin perspectiva de la situación. Así desaprovechan una interacción que bien podría haberse desarrollado de manera diferente. ¿Cómo?

La proactividad en un Aven

Utilizaremos los mismos dos ejemplos, pero desde el accionar de un buen seductor, llamado Aven(1) en la ciencia de la seducción.

  Caso número 1. El Aven X se aproxima y es rechazado con una frase hiriente. Pero la mujer no se va: si se fuera, concluiría la interacción. Sólo está probando si logramos pasar su filtro. En lugar de reaccionar como el señor X, el Aven podría chocarle las manos como si la estuviese felicitando y aprobar su comportamiento diciéndole “Me encantan las mujeres con actitud”. Esta acción le permite pasar a la siguiente fase en su juego. Estará dentro del set, hablando con ella, y podrá continuar.

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Caso número 2. El Aven Y se aproxima a una mujer y es aceptado en la interacción, pero ella comienza a tocarle el bíceps de manera insinuante. En ese caso, él rechazará su insinuación con una demostración de desinterés hacia su escalada sexual. Por ejemplo, llevando el cuerpo hacia atrás y pidiéndole a la mujer, con ánimo divertido, que le dé dinero por cada uno de sus toques. O sugiriéndole que le parece una actitud muy “golosa” de su parte, lo que lo coloca a él en una clara situación de premio. Ella responderá a esto con una o varias demostraciones de interés; entonces, el Aven Y podrá continuar con la interacción en forma proactiva, construyendo atracción.

En ambos casos, el hombre mantiene el control de la interacción, incluso cuando inicialmente parecían situaciones difíciles de superar.

En general, los seres humanos actuamos con patrones de comportamiento bastante limitados. Salvo alguna variable extraordinaria, las mujeres suelen rechazar a los hombres de cuatro o cinco formas distintas. Y aunque algunos puedan contabilizar hasta diez formas de rechazo diferentes, aun seguiría tratándose de un patrón fácil de responder. De esta manera, para las cuatro formas de rechazo establecidas, tendremos en mente una herramienta que podrá convertirlas activamente en interacciones a nuestro favor.

Dibujo del artista chileno-ecuatoriano Alberto Mont **

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Lo mismo ocurre si la mujer responde de manera positiva. No son muchas las formas en las que esto puede suceder; quizá cinco o seis situaciones distintas y, nuevamente, para cada una de ellas tendremos una emoción proactiva (porque reaccionaremos juzgando cuál es la mejor manera de responder a la emoción de la mujer en nuestro favor), para seguir manteniendo el control de la interacción.

En esto consiste tener un plan.

Esto (junto con la práctica de lo aprendido hasta aquí y, sobre todo, de lo que queda por aprender) nos permitirá sentirnos relajados, liderar las interacciones más difíciles y concretar nuestros objetivos a nivel social, sexual o amoroso.

 

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* Fragmento del libro “El Juego de la Seducción. Todo lo que un hombre debe saber sobre las mujeres”. Adaptado para INFOBAE.COM con autorización de la editorial DibuksLos primeros capítulos pueden descargarse gratis en la web de la editorial.

+ Información sobre el libro.

Seducción: ¿Qué atrae a las mujeres?

 

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Por Martín Rieznik*

La atracción no es una elección, es un hecho.

David DeAngelo

 

Existen mecanismos físico-psicológicos, conscientes o inconscientes, que explican por qué con ciertas personas se despierta en nosotros el deseo de tener una relación sexual y por qué, con otras, sentimos desagrado sólo con imaginarla.

A la hora de elegir con quien tener una relación sexual, todos los animales seleccionan a sus compañeros sexuales a partir de la capacidad de sobrevivir y reproducirse que suponen en él (1). ¿Funciona esto en los seres humanos y especialmente en las mujeres?

Cerebro primitivo

Elegir al compañero sexual no fue siempre un acto recreativo. A lo largo de los doscientos mil años que el ser humano lleva sobre la Tierra, la mayor causa de mortalidad femenina ha sido el embarazo y parto, elegir al hombre indicado fue una cuestión de vida o muerte para la mujer. Por esto sostenemos que la mujer se comporta como óvulo y el hombre como espermatozoide: el hombre se postula y la mujer selecciona.

Entonces, si para la mujer elegir es tan importante. ¿Cómo elige? ¿Qué le atrae de un hombre? A las mujeres les atrae principalmente el Valor de Supervivencia del hombre. Entendamos cómo se moldea este fenómeno evolutivamente: las mujeres que se sintieron atraídas por compañeros que no les garantizaron la supervivencia y se reprodujeron con ellos, probablemente no hayan dejado descendencia, pues ellas y sus crías deben haber perecido en el intento. En términos de selección natural, fueron más aptas (y, por lo tanto, dejaron más descendencia) las mujeres más selectivas, que detectaron mejor los valores de supervivencia en los hombres.

Las mujeres, se sienten atraídas por hombres con un alto índice de valores de supervivencia. ¿Cómo puede un hombre demostrar alto valor de supervivencia en la vida moderna? Hoy en día, que seamos musculosos no nos garantiza la supervivencia. El mayor valor de supervivencia de un hombre en el mundo de hoy, reside en sus recursos, en su comportamiento y su personalidad. Si tomamos a hombres de un mismo estrato socioeconómico y cultural, quien tiene más capacidad de sobrevivir exitosamente es quien posee una mayor inteligencia social: lo que conocemos como un líder. El liderazgo es el don social por excelencia y, el ser humano es un ser social. No hay inteligencia más valiosa para la supervivencia humana que la inteligencia social.

El liderazgo siempre ha sido atractivo porque invariablemente ha aumentado las probabilidades de sobrevivir; podemos suponer que, desde que el ser humano vive en tribus, esto es así. Por lo tanto, como hombres, para la seducción nuestro as en la manga radica principalmente en la personalidad, aunque es preciso recordar siempre que no se trata de pretender ser quien uno no es, sino de resaltar aquellos rasgos nuestros que muestren un alto valor.

Los hombres tenemos una gran ventaja. No estamos tan limitados por nuestra belleza física a la hora de seducir; nuestra personalidad puede permitirnos atraer a hermosas mujeres. Jamás debemos descartarnos de antemano porque no creemos ser suficientemente atractivos en el plano físico, tan sólo con desarrollar y exhibirlo adecuadamente podremos acceder a mujeres con alto valor de reproducción. En otras palabras: si desarrollamos una personalidad atractiva, sin duda atraeremos a hermosas mujeres.

 

Cinco elementos básicos para comenzar a comunicar valor de supervivencia de manera subliminal:

-La atracción no es una elección: no podemos elegir quién nos cautiva. El impulso sexual es tan vital como comer o respirar.

-Las mujeres se sienten atraídas principalmente por la personalidad (valor de supervivencia). Los hombres, por la belleza física (valor de reproducción).

-Las mujeres generalmente demoran más que los hombres en sentirse atraídas cuando están comenzando a conocer a alguien. Esto es porque el valor de supervivencia de un hombre sólo puede detectarse después de una interacción.

-El atractivo de un hombre reside en su personalidad. Si proyecta correctamente su VSR, las mujeres se sentirán fácilmente cautivadas.

-Es una ilusión pensar que mintiendo acerca de quiénes somos o de lo que hacemos podremos sacar ventaja. Es mucho más inteligente dedicar nuestro tiempo a desarrollar realmente aquellas cualidades que queramos tener y concentrarnos, al mismo tiempo, en resaltar nuestras virtudes al realizar una interacción.

(1) Darwin, El origen de las epecies.

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*Martin Rieznik es director de LevantArt, escuela de seducción, y autor del libro “El juego de la seducción. Todo lo que un hombre debe saber sobre las mujeres”  Editorial Dibuks, Bs As, 2013.

Seducción: claves para multiplicar tus chances en el levante

Según una encuesta publicada recientemente por el diario The Independent, durante el verano aumentan nuestras chances en la seducción. Las razones de este fenómeno parecen ser obvias: salimos más, tenemos vacaciones y la atmósfera general da una “sensación térmica” diferente. Aún así, recogimos en este breve artículo algunas de las claves que los expertos en seducción enumeran como ABC del levante:

1- No “fichar” y la regla de los 3 segundos

Martín Rieznik, co-autor del manual “El Juego de la Seducción. Todo el lo que un hombre debe saber sobre las mujeres”, explica que fichar – un comportamiento muy común entre el sedcutor inexperto – reduce ampliamente las chances de comenzar una interacción con una desconocida. Según el autor, cuyo libro lleva más de 3000 copias vendidas en Argentina, en la mayoría de los casos en los que un hombre ficha, el encare ni siquiera llega a concretarse. Rieznik agrega que a medida que pasan los minutos, y mientras el hombre piensa la frase más ingeniosa para acercarse, la ansiedad y el miedo al rechazo aumentan exponencialmente. Es por eso que cualquier forma de empezar la conversación nos parece estúpida luego de pensarla durante algunos segundos. Y aunque la frase perfecta apareciera en la imaginación de “el mirón”, la forma de comunicarse con la mujer resultaría demasiado forzada y la respuesta recibida por su “objetivo” no sería la esperada.

En contrapartida, su propuesta es desarrollar un estado de sociabilidad permanente e interactuar con diferentes grupos para después elegir qué mujer nos interesa o resulta atractiva. Abrir diferentes conversaciones e interactuar con distintos grupos cuando las mujeres no nos resulten particularmente atractivas. Por otro lado, si nos encontramos en la situación de estar frente a una mujer que nos interesa y queremos iniciar una conversación, Rieznik recomienda utilizar la regla de los 3 segundos; “No dejar pasar más que ese tiempo desde el momento en que vemos a esa mujer, para empezar a hablarle”.

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2- Lenguaje corporal

En su libro “Seductor Infalible. Guía para desarrollar una personalidad atractiva”, Germán Muhlenberg subraya la importancia del lenguaje corporal en la seducción: “El lenguaje corporal es una expresión de nuestras emociones. Si estamos tristes, el cuerpo tiende a encorvarse y encogerse. Cuando uno se abre y se extiende, cambian también las emociones. Y por el contrario, si estamos contentos pero nos colocamos en posturas cerradas o sumisas, cambiarán nuestras emociones a sentimientos más negativos. Teniendo en cuenta que el 85% de la comunicación es no verbal podemos deducir que no es tan importante el “qué” se dice sino el “cómo”. Lo primero que hace una chica cuando se le acerca un hombre, es observarlo de pies a cabeza, su forma de hablar, su ropa, su estilo, como se mueve, ¿está temblando? Todo esto en sólo unos segundos.”

¿Cuál es entonces el lenguaje corporal de un buen sedcutor?  Muhlenberg explica que “ Aquellos que mantienen sus manos visibles dan signos de confianza y sinceridad. Poner las manos en los bolsillos o detrás de la espalda es una actitud da desconfianza, como si hubiera algo que se oculta. Por eso, si buscamos una postura atractiva, es mejor evitar tener las manos en los bolsillos. Si descansamos el peso del cuerpo sobre una pierna, estamos transmitiendo sensación de cansancio y la fatiga no resulta atractiva. Lo mejor es pararse con el peso repartido en ambas piernas y mantenerlas separadas a la distancia del ancho de hombros. Tener una postura derecha, mentón en alto (no mirar para abajo), sacando pecho, con los hombros para atrás (tampoco exageradamente), estar relajados. También es recomendable ir a un gimnasio, o hacer algún deporte, no solo para moldear el cuerpo, sino que ayuda a sentirse mejor y desarrollar autoestima.”

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3- Objetos y accesorios

Mike Tabaschek, coautor junto a Rieznik de “El juego de la Seducción” propone utilizar uno o dos objetos que llamen la atención para amplificar nuestra respuesta en el campo de acción. Los elemetos a utilizar depeden exclusivamente de la personalidad de cada uno, pero como ejemplos pueden ser “un sombrero, una brujula, un cinturón exótico, una muñequera o incluso un libro. Estos elementos no solo despiertan la curiosidad de las mujeres sino que también “le otorgará a ella una excusa perfecta para poder abrirnos, preguntándonos por el objeto sin que sus intenciones queden demasiado expuestas. No muy a menudo se atreve una mujer a preguntarnos por una camisa o un jean, por temor a ser demasiado obvia o parecer fácil. En cambio, si se acerca a preguntarnos por qué tenemos una brújula, ella queda resguardada por el pretexto verosímil de que sólo se ha aproximado a nosotros para averiguar por ese objeto. De este modo, se asegura una salida fácil en caso de que todo salga mal o descubra que estamos con nuestra novia.”

 

* Descargá gratis los primeros capítulos de “El Juego de la Seducción” de Martín Rieznik y Mike Tabaschek, en la web de la editorial Dibuks.

* Más información sobre el libro “Seductor Infalible” (2014) de Germán Muhlenberg.

 

 

Seducción, facebook y teléfonos

Tan importante como abrir una interacción es cerrarla, ya sea en una situación que haya comenzado con un opener o en cualquier otra circunstancia social en la que hayamos, casualmente, conocido a alguien. Cuando decimos cerrarla nos referimos a darle un sentido menos eventual y a crear un vínculo que resulte favorecedor de otro encuentro, tal vez sexual y/o amoroso. No cerrarla haría que nuestro trabajo previo de generar atracción y conexión se perdiera. Los closes o cierres son necesarios y también constituyen nuestro objetivo primordial como Avens, pues dan valor a la interacción que nosotros mismos hemos comenzado. De algún modo, no cerrar una interacción denota cierta falta de interés en los demás y en un tiempo relativamente corto puede traducirse en una pérdida de  status en determinado lugar o circuito social.

Por otro lado, todos sabemos que la etapa de Atracción no alcanza para llegar al sexo. En realidad, si fuera por nosotros, muchas veces ni siquiera pasaríamos por las etapas previas, sino que iríamos directamente al acto sexual con una mujer que se ajuste a nuestros estándares. Pero, justamente, no es en la simplicidad del hombre en lo que está basado el método de este libro, sino en las necesidades de la mujer a la hora de ser seducida.

En el complejo entramado de culturas y pautas morales que coexisten en nuestra sociedad, no es tan extraordinario toparse con una mujer acostumbrada a tener sexo la primera noche que conoce a alguien. Con todo, en gran parte de los casos, el beso será lo más lejos que lleguemos y, para seguir la interacción más allá de ese momento y lugar, deberemos intercambiar información.

Utilizamos la expresión “intercambiar información” y no “pedir información” porque no vamos solicitando teléfonos por ahí con el fin de engrosar nuestra lista de contactos. Se trata de conectar con alguien de manera que sea natural, que ambos queramos conocernos más el uno al otro. No es un pedido, es un intercambio.

Dibujo del artista chileno-ecuatoriano Alberto Mont **

Dibujo del artista chileno-ecuatoriano Alberto Mont **

¿Facebook o teléfono? Creemos que en este momento Facebook es mucho más interesante como herramienta para generar atracción y demostrar alto valor. Un contacto en el teléfono es apenas un número. Cuando acabamos de conocer a alguien y lo sumamos al Facebook, esto nos permite profundizar acerca de la persona con la que tratamos. ¿Tiene amigos? ¿Parece divertirse seguido? ¿Es verdad que es actriz, empresaria o que saca buenas fotos? ¿La mujer era realmente linda o yo estaba borracho? Es una plataforma excelente para darnos a conocer y conocer a otros que también la usen.

El intercambio de Facebook o teléfono

Lo que vemos en este apartado puede aplicarse tanto a mujeres como a hombres, pues se trata de mejorar nuestra capacidad en las relaciones sociales en general.

Algunos tips a la hora de intercambiar Facebook o teléfono:

1. No deberíamos intercambiar información e irnos inmediatamente, para no dar la impresión de que lo único que queríamos era obtenerla. Así suelen proceder los coleccionistas de contactos en redes sociales. Si intercambiamos información con alguien es porque realmente nos interesa conocer a esa persona, así que quedémonos un rato más hablando con ella. De seguro, hay algún tema interesante sobre el cual conversar. Si no es así, si no encontramos nada de qué hablar, ¿para qué queremos a esa persona como contacto?

2. Intentemos no invertir demasiado tiempo en el intercambio en sí mismo. Sacar el teléfono, comenzar a anotar nombre, teléfono, e-mail, etc., puede convertirse en un trámite muy aburrido, que sin duda hará decaer el ritmo de la interacción. Muchas veces, la lapicera y el papel pueden resultar mucho más prácticos, agradables y románticos

3. No mostremos nuestras cartas antes de tiempo. Muchos hombres, antes de pedir el teléfono o el Facebook, ya tienen el dispositivo en la mano o fueron a buscar papel y lapicera. Esto destruye toda espontaneidad. Es otro de los síntomas del coleccionador de contactos. Mejor actuar con calma, que sea natural.

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Remordimiento del comprador

Esta emoción femenina ha sido comparada con la que siente alguien que ha adquirido un producto porque se dejó convencer por las promesas del vendedor. Supongamos que nos probamos una camisa, el vendedor nos dice que es perfecta para nuestro cuerpo atlético y nosotros la compramos impulsivamente, bajo la influencia de la “emoción” que nos genera el cumplido. Más tarde, a solas en nuestra casa, tal vez nos probemos la camisa y realmente no la encontremos tan atractiva. Quizá ni siquiera nos den ganas de usarla. Esto, que se ha dado en llamar remordimiento del comprador, es comparable a lo que puede sentir una persona en interacciones que no logran alcanzar un cierto grado de intimidad.

En un rapto de pasión, ella nos besó delante de sus amigas; pasamos un buen momento, pero al día siguiente, a solas en su casa, no continuará en el mismo estado emocional. Posiblemente sienta que actuó irracionalmente bajo el influjo de nuestras palabras; entonces caerá en un estado anímico similar al remordimiento del comprador. Muchísimos hombres tienen agendas repletas de números de teléfono de los que sólo obtuvieron respuestas secas al llamar. Y eso sucedió porque no supieron llevar la interacción de forma que la mujer se sintiera orgullosa de su accionar, incluso al día siguiente.

Por lo tanto, el objetivo en ese momento no es solamente el close (en el caso mencionado, un beso) sino también liderar la interacción y conducirla hacia un punto de intimidad. Éste le dará a ella la pauta de que somos alguien valioso y no sólo un oportunista que tuvo la suerte de sacarle un beso delante de sus amigas. De la conexión que nazca en la intimidad, ella obtendrá los elementos para construir su propia fantasía y pensar ese instante de pasión como un posible inicio de relación.

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* Fragmento del libro “El Juego de la Seducción. Todo lo que un hombre debe saber sobre las mujeres”. Adaptado para INFOBAE.COM con autorización de la editorial DibuksLos primeros capítulos pueden descargarse gratis en la web de la editorial.

+ Información sobre el libro.

 

La seducción en tres etapas: del living a la cama

 Las tres etapas de la seducción

Una mujer no tiene sexo con un hombre sólo porque éste despertó su interés, le pareció lindo o le cayó simpático. Los hombres, en cambio, somos bastante más básicos: vemos a una mujer, nos atrae y la deseamos. Ellas tienen otro tipo de necesidades y filtros. El juego de la seducción se divide en tres etapas necesarias para atravesar exitosamente esas barreras: (A)tracción, (C)onfort y (S)educción.

 La atracción inicial, el interés

A1: La fase inicial consiste en comenzar una interacción con una mujer o con un grupo de ellas.

Muy pocas veces sucederá que ellas inicien una interacción con no­sotros. Y aunque existen técnicas para lograr llevarlas a esa situación, son muchas las mujeres que nunca se aproximarían a un desconocido con la intención de seducirlo. La mayor parte de las veces, seremos nosotros los encargados de comenzar a interactuar. Para eso, utiliza­remos una frase a la que denominaremos opener o abridor. Incorpo­raremos algunos openers con alto grado de efectividad, mediante el recurso de fusionar nuestra vida e intereses con los tópicos de con­ versación que adoran las mujeres. Una vez que hayamos internali­zado el proceso podremos improvisar.

De este modo, también lograremos dejar atrás el miedo y la ansiedad, y aprenderemos a obtener la atención de ellas en apenas algunos mi­nutos. Utilizaremos técnicas que nos permitan pasar a ser nosotros el objeto de deseo. Éstas abarcan tanto el lenguaje corporal como la expresión facial e incluso lo que hacemos tiempo antes de empezar siquiera la interacción.

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A2: Fase media de la etapa de Atracción, en la que el hombre genera interés en el grupo por medio de DAVs (demostraciones de alto valor), mientras se muestra poco interesado en su objetivo (la mujer que desea en el grupo). En esta etapa también la mujer comienza a mostrar indicadores de interés (IDIs), que aprenderemos a detectar.

Ese desinterés inicial masculino permitirá luego, en la fase siguiente, crear conexión. En ese contexto, ella sentirá que se ha ganado la vali­dación a través de la interacción mantenida y no sólo porque es linda.

 A3: Una vez que ella demuestra interés, él también revela el suyo y co­mienza a generarse una conexión.

Contabilizados los primeros tres o cuatro IDIs, daremos por sentado que en ella hay una intención real de hablar con nosotros. Cuanta mayor habilidad adquiramos en las dos primeras fases, menor esfuerzo deberemos realizar. El mejor seductor es el que menos habla. Las muje­res adoran hablar. Nosotros usaremos esto en beneficio propio.

El error más común entre los hombres es buscar una conexión per­sonal con una mujer sin que ésta se haya mostrado interesada en tenerla. Ahora bien, si deja ver su interés, espera que queramos saber algo de ella. Si no lo hacemos, pensará que sólo nos atrae su físico.

En esta fase es cuando comenzamos a validarla y mostrar un interés directo por conocerla. Si lo hacemos correctamente, podremos estar a solas en la etapa de Confort.

 El Confort

Debemos considerar esta etapa como la ocasión de conversar con la mujer más profundamente, con una mayor conexión íntima. Hay que tener en cuenta que, por lo general, cada etapa de Confort se desarrolla en un lugar diferente. El beso puede ocurrir en cualquier fase, desde que ella nos dio los tres IDIs hasta el final del Confort. Existen numerosas técnicas que evitan que fra­casemos en esa instancia y elevan la temperatura hasta el punto de que es ella quien pide que la besemos.

 C1: Aunque el beso puede darse frente a sus amigos o amigas, gene­ralmente las mujeres prefieren besar a un hombre en una situación íntima, a solas, sin ser vistas por su grupo. Por eso, una vez que la mujer mostró interés por nosotros, es hora de tener un momento a solas para conocernos mejor. Puede que no nos vayamos con ella esa noche; tal vez consigamos su número de teléfono y pensemos en verla otro día. Sea como fuere, ¿acaso querrá vernos otro día si nunca tuvimos un momento de cierta intimidad? Ella necesita sentirse lo suficientemente cómoda a solas con nosotros como para estar segura de querer volver a vernos. Esto es lo que llamamos aislamiento: tener un momento los dos, alejados de su grupo de pertenencia. Muchas veces, nos vendrá bien la ayuda de un amigo (al que llamaremos Ala) para entretener a quienes la acompañan, mientras nos aislamos.

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C2: Si C1 está ubicado dentro de la locación donde la conocimos pero algo alejado de los grupos de amigos de ambos, C2 será un sitio in­termedio entre el ámbito en el que tendremos sexo y el lugar donde nos vimos por primera vez. Estamos hablando de las famosas citas que no siempre existen, ya que es probable que conozcamos a una mujer y esa misma noche terminemos en la cama con ella. Pero, como

dijimos, es menester prepararse para atravesar todas las situaciones posibles. Muchas mujeres tienen como regla no tener sexo con un hombre en la primera noche, ¡aunque siempre podrán hacer una ex­cepción con nosotros!

Hay mucho que aprender para diagramar un buen plan de citas, fuera de la clásica cena bajo la luz de las velas. Lo ideal es uno que incluya varios lugares interesantes sin resultar eterno, y que su itine­rario surja en el devenir del encuentro.

C3: En esta fase ya estamos cerca del lugar en donde pretendemos tener sexo. Así como no es conveniente haber conversado con ella sólo frente a sus amigas y luego directamente invitarla a salir por teléfono (porque aún no se sintió lo suficientemente cómoda con nosotros), tampoco es eficaz tratar de llevarla de la cita a la cama sin escalas: sería un salto abrupto que podría hacerla sentir incómoda. Un ámbito recomendable, en esta fase, es un sillón de nuestra casa o de la de ella o quizás el automóvil, si es que pensamos ir a un hotel.

Lo importante es que sólo a partir de esta instancia podemos empe­zar la escalada de juegos eróticos previos al sexo. Si hiciéramos esto en el aislamiento (C1) o en una cita (C2), estaríamos comportándonos inadecuadamente y aniquilando nuestras posibilidades de terminar en la cama con ella. Las mujeres odian a los hombres desesperados.

Pero en C3 podemos empezar a escalar sexualmente para que el paso a la cama sea gradual. Dar unos masajes o sentarla en nuestras pier­nas para ver un video suelen ser buenas opciones. Todo a su debido tiempo.

La Seducción

Ésta es la etapa sexual. Una mujer que disfrutó sexualmente con un hombre es muy probable que quiera vernlo nuevamente. Así que procuraremos que resulte una experiencia realmente placentera si queremos estar otra vez con ella.

Debemos tener en cuenta que todas las mujeres sienten cierta ansiedad en el momento previo a tener sexo con un hombre. Esto tiene un origen biológico: durante millones de años, el sexo estuvo ligado a la reproducción. El embarazo, para una mujer, significa abocarse casi exclusivamente al cuidado de su cría durante por lo menos dos años. En cambio, los hombres, a pesar de las normas culturales, podemos concluir el acto sexual e irnos sin ningún tipo de carga.

S1 es el comienzo del juego sexual y S2 será ese momento –que puede existir o no– en el que ella quiera desacelerar la subida de temperatura. Puede que suceda incluso estando ambos ya desnudos, en la cama porque, aun así, ella no se siente segura de tener sexo con nosotros. Muchos hombres hemos pasado por esa situación. Aprenderemos en qué consiste ese sentimiento femenino y, sobre todo, qué hacer para que en ese momento ella sienta más ganas de tener sexo con nosotros que de cualquier otra cosa.

S3: Es el momento sexual propiamente dicho, en el que la experiencia es nuestra mejor amiga. En esta fase final del juego, la conexión y la confianza que construimos desde el comienzo de la interacción nos permitirán explorar una relación más libre de prejuicios y limitacio­nes. Lo más importante es recordar siempre que estamos yendo a la cama con una persona de otro sexo, que siente y vive la experiencia a su manera.

 

* Fragmento del libro “El Juego de la Seducción. Todo lo que un hombre debe saber sobre las mujeres”. Adaptado para INFOBAE.COM con autorización de la editorial DibuksLos primeros capítulos pueden descargarse gratis en la web de la editorial.

+ Información sobre el libro.

Levante: cómo pasar de las palabras a la acción

No son pocas las oportunidades que se nos presentan, ya sea en un bar o en un boliche, de empezar una conversación con una chica que nos gusta. Utilizando algunas técnicas simples como la FLT y los openers, cualquier hombre puede con facilidad abrir decenas de conversaciones en una noche. Con un poco de práctica, descubriremos que despertar interés y generar atracción no requiere de una personalidad avasallante ni de una billetera sin límites. Más bien todo lo contrario. Pero para superar la fase de charla y pasar a la acción debemos entender algunos puntos importantes.

Hay mujeres – e incluso hombres – que tienen “reglas” establecidas a propósito de cuándo besar a alguien. Más de una vez, hemos escuchado decir a una mujer “Yo no beso a un hombre la primera noche”. Cierto. ¡Pero qué lindo es que la mujer que acabamos de besar diga: “Es la primera vez que beso a alguien en la primera noche”.

Y es que todos tenemos reglas, pero también podemos romperlas cuando es necesario. No debemos dejarnos llevar por los preconceptos: el momento del beso no puede ser acordado previamente; simplemente, aparece y nosotros debemos estar atentos a cuando eso ocurra. En general, como norma, podemos decir que si estamos incómodos o sentimos que ya deberíamos haberla besado, es porque podríamos estar haciéndolo en ese momento. Pero, como dijimos, veremos formas de verificar si la ocasión se presta al beso.

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Es importantísimo tener en cuenta que el beso es una etapa más de la escalada de kino, es decir, de la escalada de toques. El beso también es un toque, sólo que un poco más especial: de labio con labio, lengua con lengua. Si una mujer no está cómoda al darnos la mano, se sentirá aún más incómoda al besarnos. Tomar la mano de una mujer y observar su respuesta es un gran medidor para comprobar cómo reaccionaría ante un beso.

No es buena idea pedirle autorización a ella para hacerlo: eso transmite inseguridad. Puede que lo logremos de todos modos, pero habrá sido a costa de transmitir un bajo valor en ese momento. Si pedimos permiso, a sus ojos nos veremos como alguien que no se anima a tomar riesgos y que, además, no comprende a una mujer. Un hombre que sabe tratarla, no sólo percibe cuándo quiere ser besada, sino que también genera la ocasión para que eso ocurra.

Veamos diferentes maneras de testear si el momento es propicio para un beso. Imaginemos que estamos con ella, sentados, charlando a solas, y le decimos:

–¿Sabés qué? Hace como cinco minutos que muero de ganas de besarte…

Tengamos en claro que eso es muy diferente a decir algo como: Quiero besarte, pero no me animo, ¿puedo?”. En la primera frase que planteamos, no le estamos preguntando nada, simplemente le transmitimos un deseo nuestro; la segunda, en cambio, es una pregunta que manifiesta inseguridad.

–¿Sabés qué? Hace como cinco minutos que muero de ganas de besarte…

Si ella nos pregunta por qué no lo hacemos, es porque está esperando que la besemos. Entonces, hagámoslo. Pero, en general, ella no nos dirá eso. Probablemente se arme un silencio y debamos rellenarlo. La idea no es dar vueltas al asunto del beso, sino tan sólo ver su reacción. Si ella no dice nada, retomaremos el tema del que hablábamos o comenzaremos uno nuevo que nada tenga que ver con el beso. Lo importante es observar su reacción. ¿Cómo creemos que se comportaría una mujer si no quiere besarnos? Se levantaría y se iría lo antes posible. O, a lo sumo, muy seriamente nos diría que no lo desea. Eso mismo haríamos nosotros si una mujer que no nos atrae nos dijera, estando a solas, que quiere besarnos.

Todas las opciones restantes constituyen escenarios favorables a nuestro beso: que sonría, que se ponga nerviosa y cambie de tema, o hasta que nos diga que no quiere besarnos, pero lo haga sonriendo. O sea, en tanto no se vaya o nos plantee una negativa muy seria, estaremos en el buen camino. Será cuestión de besarla a los pocos segundos, sin más.

Errar es humano, besar también

Es importante tener en cuenta que, para la mujer, negarnos el primer beso a veces puede funcionar como un test. En muchos casos, ella pone a prueba nuestra persistencia. Si nos damos por vencidos ante su primera negativa, nos verá como incapaces de luchar por conseguir lo que quiere. En otros casos, puede que quiera indagar si realmente estamos interesados en ella.

La clave es no rendirse: si después de un intento de beso fallido ella continúa charlando con nosotros, es porque tiene cierto interés, ya que en caso contrario, hubiera escapado de la situación.

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En estas circunstancias es contraproducente intentar convencerla con argumentos racionales. Frases como “¿Por qué no?” o “¿No te gusto?” sólo harán que ella busque la forma de negarse más claramente y llegue a la conclusión de que no quiere nada con nosotros. Además, tampoco se trata de convencerla: lo que buscamos es que sus emociones jueguen a nuestro favor.

Un comentario sencillo como “te entiendo” o “cierto, no es el momento ni el lugar” es infrecuente en un hombre. Demostremos que la comprendemos y sigamos jugando en Confort. Si detectamos cuál fue nuestro error en el juego, tratemos de enmendarlo. Quizás fuimos demasiado rápido y no demostramos un interés real en ella, en conocerla. Será cuestión de reforzar nuestra conexión y generar valor único. Tal vez sus amigas estén mirando y quiera privacidad. Aislémosla. En todo caso, si la interacción siguió y ella realmente nos interesa, debemos volver a intentarlo; a veces, al segundo o tercer intento, desaparecen las barreras.

 

*Fragmento del manual “El juego de la seducción. Todo lo que un hombre debe saber sobre las mujeres”, de Martín Rieznik y Mike TabaschekAdaptado especialmente para INFOBAE.COM con la autorización de la editorial Dibuks . La primera parte del libro puede descargarse gratis en la web de la editorial.

Claves para entender qué atrae a las mujeres

De más está decir que cada mujer es un mundo diferente, con distintas cualidades, gustos y preferencias personales. Es un engaño pensar que hay una fórmula mágica para seducir a todas ni una frase que funcione en cualquier lugar o circunstancia. Sin embargo, los estudios sobre seducción muestran que existen determinados mecanismos de atracción que son prácticamente universales.

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Si hablamos de atracción, la mayoría de los hombres somos bastante más simples. Como explica Martín Rieznik, coautor del libro El Juego de la Seducción. Todo lo que un hombre debe saber sobre las mujeres, “vemos a una mujer, nos atrae y la deseamos. La mujer es diferente, generalmente no busca tener sexo con un hombre sólo porque éste le pareció lindo. Ellas tienen diversos tipos de necesidades y filtros más complejos. Por eso [el cortejo] se se divide en tres etapas necesarias para despertar el deseo femenino: Atracción, Confort y Seducción.”

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Muchas de las claves que los expertos sobre seducción señalan parecerían ir en contra de nuestra intuición y los saberes populares: piropear, ser ‘romántico’, invitar tragos y regalar flores son los caminos menos efectivos a la hora de generar atracción. Según Rieznik, uno de los principales errores que cometen los hombres es demostrar de inmediato un desmedido interés sexual. Recomienda, en cambio, ” hacer acercamientos indirectos y evitar todos los comentarios de índole sexual en los primeros momentos de una interacción”. Además, sostiene que lo importante es crear gradualmente una conexión emocional que haga de la situación un momento único: “Si no lo hacemos, pensará que sólo nos atrae su físico. Pero tampoco es necesario hacer un monólogo. El mejor seductor es el que menos habla. Las mujeres adoran hablar y podemos usar eso en nuestro beneficio”.

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Germán Muhlenber es se dedica al coaching social. Durante más de tres años se dedicó a asesorar a cientos de hombres de diferentes edades y profesiones. En su libro Seductor Infalible afirma que una de las actitudes menos atractivas es buscar siempre la validación externa, es decir, caerle bien a todo el mundo: “los hombres que no polarizan normalmente caen en lo que se conoce como ‘zona de amigos’. Puede que reciban la aprobación de las mujeres, pero difícilmente generen atracción. Polarizar es una manera honesta de expresarse y mostrar independencia emocional. Son acciones o frases que generan algo en el otro. Quienes no polarizan tienden a caer en conversaciones aburridas. Por miedo a exponerse o para evitar la confrontación, muestran una actitud pobre y poco atractiva.”

Para Muhlenberg la autenticidad es una de las ‘armas’ mas poderosas en la seducción y aclara: “es importante entender que no podemos que todo el mundo se sienta atraído por nosotros. Debemos aprender a convivir con el rechazo de quienes no comparten nuestras opiniones, actitudes o puntos de vista. La recompensa será lograr relaciones más honestas con personas que realmente se interesen en nosotros.”

* La editorial Dibuks ofrece en su web la posibiidad de descargar los primeros capítulos de Seductor Infalible de Germán Muhlenberg.

 

Cómo encarar a un grupo de chicas con éxito

La escena es seguramente muy conocida por todos. Estamos en una disco o un bar y vemos a una chica increíblemente hermosa. La miramos una y otra vez tratando de imaginar la mejor estrategia para acercarnos y tener una chance de irnos con ella. Pero normalmente nos topamos con un gran obstáculo: ella está con cuatro amigas y no la dejan sola ni un minuto. 

 

La mayoría de los hombres tienden a emplear un recurso: esperar a que vaya al baño para interceptarla en el camino y abordarla cuando se encuentra sola. Esta suerte de “técnica” parecería ser lógica pero las observaciones en el campo de la seducción demuestran que es la menos efectiva. No sólo por el inconveniente que implica tener que estar observando pacientemente el momento en el cual ella decide ir al baño. Ni hablar de que en general las mujeres no suelen ir solas. Sin embargo, aún cuando tengamos la fortuna de que la chica que nos gusta se separe de su grupo, tendremos muy pocas chances de encararla con éxito.

¿Por qué? En primer lugar, cuando alguien se dirige al baño tiene muy pocas intenciones de detenerse a conversar. Por otro lado, la mayor parte de las chicas experimenta una sensación de inseguridad al ser abordadas en este tipo de situaciones y, finalmente , lo más importe:

Es mucho más efectivo, aprovechar cuando la chica va al baño (o a comprar un trago) y utilizar ese momento para aproximarnos a su grupo. De esa forma, cuando ella retorne ya nos verá como alguien conocido e incluso podrá pensar que somos amigos de alguien de su entorno. Aunque muchas mujeres no lo admitan, la opinión de sus amigas tiene una influencia muy grande en sus elecciones sexuales. Siempre hay excepciones, pero la mayoría suele incluso preguntar in situ a sus compañeras de noche qué es lo que opinan del chico que acaban de conocer. Si logramos generar atracción en las amigas, la concreción con nuestro objetivo será mucho más fácil. Si, en cambio, ignoramos a las amigas y damos una impresión antipática, tendremos menos chances de avanzar en la seducción.

 

* Fragmento de “El Juego de la Seducción. Todo lo que un hombre debe saber sobre las mujeres” de Martín Rieznik y Mike Tabaschek adaptado especialmente para INFOBAE.COM. Los primeros capítulos del libro pueden descargarse gratis de la web de la editorial.