Fue noticia recientemente el desafortunado incidente en que se descubrió que uno de los budines de una cadena de supermercado tenía “cocaína”. Según la nota “sólo se trató de una adulteración del rótulo producto de una conducta malintencionada o una broma de mal gusto por parte de un empleado de la empresa que provee los budines de marca propia”. Si “sólo se trató de una adulteración”, menuda la sorpresa que te podés llevar cuando revisás la etiqueta para saber si el valor energético del budín y te encontrás que tiene nada más y nada menos que ¡cocaína!
Pues sí, puede ser una broma de mal gusto de un proveedor, pero sin juzgar los controles del supermercado que por cierto desconozco, debemos tener bien en claro que como empresa no podemos perdonar este tipo de errores, porque si bien la culpa es del proveedor, el responsable ante el consumidor final es la empresa. Continuar leyendo