Brasil. Porto Belo. Una belleza color Esmeralda.

Recuerdos de mis viajes por Brasil.

 

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Brasil. Porto Belo. Un mar tranquilo y las embarcaciones ancladas en él.

La mañana quería dejar de estar en pañales y ponerse los largos. Girábamos alrededor del transporte que nos llevaría a Porto Belo con muchos ánimos y proyectábamos nuestra futura actividad. Hacíamos tiempo esperando a los ya conocidos remolones, pero siempre nos acompaña el buen humor de un próximo itinerario. Dejábamos atrás a Torres solo hasta el año que viene. Nos pusimos en marcha y viajamos por Brasil con buen clima. Las rutas siempre con un importante flujo de tránsito.

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Brasil. Porto Belo. “Hotel Morro do Sol” La pileta rodeada de verdes. Fotos Marta Paoli.

En una curva el mar con un cielo pintado de azul, limpio y prometedor de buen tiempo y al otro lado el morro, con pequeñas grupos de bananos, una pintoresca planta sinónimo de trópico que conserva su fruto tan rico. El famoso “Cacho” un racimo de bananas que caen al revés por su propio peso rematado por una flor color púrpura oscura, una pintoresca pincelada de un artista que los distribuye y los va subiendo por el morro.

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Brasil. Porto Belo. Las embarcaciones ancladas en la pintoresca Bahía. Fotos Marta Paoli.

Almorzamos en la ruta una comida poco cuidada pero que nos sacó la ansiedad. Es uno de los rubros que deberían mejorar más. Poco a poco fuimos recorriendo los 323 kilómetros que nos separaban de nuestro objetivo. Una vez allí nos encontramos con los coordinadores del evento en la dirección de Turismo. Nos reorganizamos y fuimos hacia el lugar que nos cobijaría por unos días “El Hotel Morro do Sol”. Como su nombre lo indica este estaba en la parte superior de la elevación. Nuestro transporte dijo aquí me quedo yo. No estaba preparado para subir y bajar. Ese menester lo debíamos hacer nosotros. Allí nos dimos cuenta que cantidad de lubricantes que les faltan a nuestras gastadas articulaciones.

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Brasil. Porto Belo. “Hotel Morro do Sol” Los jardines rodean a la pileta. Fotos. Marta Paoli.

Unas vez que distribuyeron las habitaciones pudimos disfrutar de sus instalaciones. Nos encontramos con un compatriota, un cordobés que se deshizo en atenciones para que queden todos conformes. Nos rodeaba un importante parque que cobija una de las piletas y sus habitaciones balconean a la misma. Fuimos acomodando nuestro equipaje y un descanso reparador.

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Brasil. Porto Belo. La paella decorada por el Chef ¡ Un artista!

Esa noche seríamos recibidos por las autoridades en el restaurant de la Cueva del Pirata. “Jantar, Ritmo, Cores y Sabores de Porto Belo. Así dice unos de los slogans publicitarios de la región. Fuimos agasajados con una cena de frutos de mar. Boliños de Pescado y una portentosa paella. Todos haciéndonos los disimulados mirábamos de reojo como el Chef- un verdadero artista- se esmeraba en decorarla. La que consumimos hasta terminarla.

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Brasil. Porto Belo. La obra maestra terminada.

Mientras desayunábamos con el maravilloso estilo brasilero-súper abundante y completo- aprovechábamos y desde allí observábamos la bahía con una vista maravillosa y desde sus balcones nos cansamos de fotografiarla. La bahía de aguas mansas siempre está colmada con una importante cantidad de embarcaciones ancladas. Con su colorido adornaban la misma como si fuera un prado verde muy verde y ellas racimos de flores.

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Brasil. porto Belo. La Bahía desde los balcones del Hotel Morro do Sol.

Nuestros ojos se deleitaban en forma muy particular. Nos transmitían una hermosa sensación de tranquilidad y colorido. Mientras ese momento, que en mi tierra es un trámite necesario, aquí se convierte en una Fiesta. El famoso desayuno brasileño, es por lo menos para mi país un tema que decide las vacaciones. Brasil, los inventores de la abundancia mañanera. Mis amigos ya no preguntan si el Hotel es lindo o está bien ubicado. La pregunta es. ¿Y el desayuno? ¿Qué tal?

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Brasil. Porto Belo. “Hotel Morro do Sol” ¡Café da manha!

¡Café da manha! Si esto no es así, no estás en Brasil! la calidad, abundancia y variedad de esta orgia mañanera. ¡ Melancia, mango, melao, plátano, ensaladas de frutas, abacaxi! una variedad infernal. A esto súmale, Jogos de fruta, fiambres, quesos, panes de distintas harinas y texturas, con manteiga, huevos revueltos, omelettes, achocolatada, natas y lo dulce… dulce: tartas de manzana, strudel, empanaditas, medias lunas, muffins, budines, vainillas, scones, manjar blanco -torta de coco- y bizcochuelos. Qué manera de engordar…Por favor.

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Brasil. Porto Belo. Las grandes piedras otra belleza natural.

Las autoridades de Brasil están intentando formar un corredor de playas a las que denominan Costa Esmeralda “Un lugar para ficar en na memoria”. Es uno de los dichos que utilizan para su promoción. Son las playas conformadas por Itapema. Porto Belo y Bombinhas. Todo esto en un marco de un litoral que esta contenido por los 90 kilómetros de playas entre dos ciudades turísticamente reconocidas como las más notables del sur de Brasil:  Florianópolis y Camboriú. La primera Con playas tan reconocidas como: Canasvieiras, Ingleses, Jureré Internacional y Barra de Lagoa. Esta ciudad está ubicada en el sur a 55 km de Porto Belo.

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Brasil. Porto Belo. Las playas de aguas color esmeralda y rubias arenas.

De allí hacia el norte unos 35 km más y esta Camboriu. Una ciudad muy importante para el gusto de los turistas. Uno de sus atractivos es el teleférico. Una vez montados en su cabina, lentamente empieza a tomar altura y te permite ver a 360 º todo lo que pasa a tu alrededor. La desembocadura del río, la bahía con sus playas, pequeños puertos llenos de embarcaciones de placer. Su costa muy reconocida como Laranjeiras, Taquarinhas y La playa Central, Esto que significa que Costa Esmeralda está muy bien ubicada entre estas dos ciudades iconos del Turismo de Brasil.

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Brasil. Porto Belo. “Hotel Morro do Sol” La pileta con juegos. Fotos: Marta Paoli.

Porto Belo un lugar paradisiaco con un mar de aguas climatizadas color esmeralda, destino de los grandes trasatlánticos que le acercan a las playas de Brasil cientos de turistas de distinto lugares del mundo. Muy bien llamada Capital de trasatlánticos de Santa Catarina. Con un clima privilegiado. En verano sus temperaturas oscilan entre 22 a 27 grados. Una temperatura ideal para estar en el agua. Y en invierno casi primavera, la temperatura se ubica entre 16 y los 20 grados, si llevamos guantes y bufanda seguramente van a estar de más.

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Brasil. Porto Belo. Hotel Morro do Sol. De noche el jardín iluminado.

Si en caso es necesario por el frio cosa que dudo, podemos visitar el “Alambique de Pedro Alemao”, lugar de fabricación de su afamado licor llamado “Cachaca” – Cachaza, pinga o chacha- que es un fruto de la destilación del jugo de la caña de azúcar y luego fermentado. Este producto da lugar al famoso trago de Bandera de Brasil conocido en el mundo entero como la Caipirinha. También se hacen distintas presentaciones combinándolo con distintos frutos con el objetivo de internacionalizar la bebida y hacerla más atractiva para paladares más suaves. La cachaca original es muy fuerte y hay que ser bien macho para tomarla. ¡La Caipira dale que va!

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Brasil Porto Belo. Los bares flotantes. Surtidores de alegría.

Resumiendo: Porto Belo otrora un pueblo de pescadores artesanales. Esta arbitrando todos los medios para participar del gran negocio de las vacaciones. Quiere pisar fuerte en el reparto del turismo receptivo y tiene con qué. Dios pasó por allí y dejo sus huellas sembrando bellezas de aguas color turquesa y arenas finas. Sus autoridades y su población parecen decididas a aprovechar esta situación y ofrecerle al turista lo necesario para que pase con ellos unos días maravillosos. A poco de andar y si logran trabajar con proyección y prolijidad sus playas van explotar de turistas con ganas de vivir la vida y pasarla bien en su días de descanso.

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Brasil. Porto Belo. La Bahía en todo su esplendor. Fotos: Marta Paoli.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Brasil. Un Paraíso Tropical. Hotel Refugio do Estaleiro

Recuerdo de mis Viajes por Brasil.

 

Hacía varios días que estábamos alojados en el lujoso Hotel “Refugio do Estaleiro “. Estábamos ansiosos de poder conocerlo a fondo pero sin lograrlo. Salíamos de él muy temprano con un amplio programa de recorridas de maravillosos lugares que recién nos permitían volver a él solo para dormir. Pero ese día ya nos habíamos planteado de exponer un reclamo formal para lograrlo. Un caso inédito de que un grupo de Periodistas se quejen para quedarse en su Hotel. Es que realmente vale la pena disfrutarlo.

Marta y la Pileta

Brasil. Refugio do Estaleiro. ¡La Pileta! Horizonte sobre Horizonte.

Café do manha:

Nuestro adorable desayuno. Hacia allí fuimos lentamente en subida recorriendo pasillos al aire libre. Estaban bordeando el morro con abundante vegetación y flores. Caminábamos rumbo a la confitería, una construcción delicada con mucha madera y totalmente vidriada. Un lugar muy acogedor. Las mesitas servidas y el desayuno un clásico, lo justo, abundante, pero en un lugar encantador.

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Brasil. Refugio do Estaleiro. Disfrutando el café do manha.

 Al frente teníamos una amplia pileta, rodeada de palmeras, de agua cristalina que se escurría en un horizonte sin fin. Confundiéndose con el mar, el morro y allá muy lejos el verdadero horizonte en la bahía de enfrente. El agua desbordaba sin saber dónde, luego descubrimos en una recorrida posterior que era en otro piletón, más abajo causando sobre esta una cascada. Un verdadero efecto arquitectónico. Estábamos absortos disfrutando de nuestro “café do manha”, embelesados mirando el paisaje. Estábamos todos muy distraídos, cuando la bocina de nuestro transfer no puso en situación nuevamente, nos esperaba un amplio programa y volveríamos a la noche muy tarde. Insistimos con la solicitud de que nos dejaran en el hotel un día para poder disfrutarlo y conseguimos medio, pero, logramos recorrerlo.

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Brasil. Refugio do Estaleiro. Pasillos con abundante vegetación.

La recorrida:

Planificamos la mañana para hacerlo y nos citamos a las 9 hs. ya desayunados, es por ello que nos encontramos todos en la confitería. Cubiertos en mano y haciendo cuenta de lo que nos servían. Como siempre con muy buen ánimo, el periodista cuando hay comida se pone loco y divertido, las chanzas y chistes alimentaban nuestras carcajadas. Cargamos nuestra máquina de fotos, un poco de agua y salimos de recorrida… teníamos tiempo.

Flores muy llamativas

Brasil. Refugio do Estaleiro. Las flores abundan entre la vegetación.

Sin apuros fuimos maceta por maceta… flor por flor – imitando a los Colibrís– los capullos a su vez se hacían un lugar en la abundante vegetación, senderos rústicos nos llevaban en descenso hacia el mar, tierra, arena, piedras y escalones esculpidos sobre el mismo terreno con troncos y gruesas sogas que hacían de pasamanos, refugios con asientos construidos con cañas, gruesas ramas y paja completaban la decoración muy exótica.

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Brasil. Refugio do Estaleiro. Las flores como pinceladas de un artista.

 Llegamos hasta el mar, pero sin playa y como limites teníamos grandes piedras, dónde salpicaba el agua, como siempre nos fuimos alejando uno de otro y cada uno disfruto de lo que más le gusto con absoluta tranquilidad y admirando el paisaje y el aire puro, rodeados de pajaritos y mariposas. Un momento impagable. El alma, el corazón y tu imaginación parecen regocijarse y no dejan pasar esos instantes que parecen retroalimentarse de placer.

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Brasil. Refugio do Estaleiro. Las noches apacibles.

Nos quedamos con las ganas de ir hasta la playa que queda a 1 km. más o menos, no es mucho pero lo teníamos que hacer caminando y con poco tiempo era imposible. Nos preguntábamos si el hotel tenía algún medio de transporte para llevar a los turistas pero si no es así deberían implementarlo porque al visitante siempre le atrae más la playa que las Piletas. Tampoco les puedo contar tal como es mi costumbre sobre las Comidas, porque no lo pudimos hacer, nos queda pendiente para otra oportunidad. Quiero pensar que de acuerdo a los omelettes y huevos revueltos del desayuno y a todo lo demás que nos ofrecieron que eran muy buenos. Seguramente que en este caso la cocina debe ser de primera, combinando con el resto de lo que te ofrece el lugar.

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Brasil. Refugio do Estaleiro. La vegetación te invita al descanso.

Haciendo un repaso de la recorrida de pasillos floridos, grande macetones, naturaleza viva y todo lo que esto implica, pájaros de variados colores, mariposas increíbles, bajadas subidas, un lugar agreste y cuidado, fuimos encontrando todas las comodidades de un Hotel cinco estrellas. Lugares de esparcimiento con juegos, gimnasio, sauna, hidromasaje, cancha de tenis, sala para eventos, una suite nupcial y programa especial para mieleros, también la posibilidad de festejar el casamiento en sus instalaciones, una paquetería.

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Brasil. Refugio do Estaleiro. Las noches tienen un encanto especial.

Un párrafo aparte son las parrillas que en casi todos los hoteles te ofrecen para que te hagas el Peixe, un churrasco o el clásico asadito. De eso si me preocupe en preguntar en todos los que recorrimos, en Brasil te lo ofrecen como alternativa de servicio a pesar de que todos tenían un Restaurante de Primera. Lo vi en Torres en el” Guarita Park Hotel”, en un lugar muy acogedor al lado de una amplia sala, un lugar cerrado, dónde vi algunos argentinos tomando mate y con un pedazo de carne en la parrilla y algunos jugándose un truco. ¡Hay Torres, me dejaste con las ganas! Estuvimos muy poco tiempo allí y es un lugar que a mí personalmente me impacto.

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Brasil. Refugio do Estaleiro. El sol empuja su luz entre el follaje.

También lo vi en el “Hotel Costa Norte” donde en el Restaurante “Canto do Mar” al lado de la Piscina y del acceso a la Playa de los Ingleses nos sirvieron un almuerzo de locos que paso a detallar:

Cirilo Manga – Carne de cangrejo

Ostras Gratinadas-con Crema de leche

Anchoa a la Plancha

Ensalada Tropical –Hojas de lechuga con frutas-Kiwi-frutillas-Mango etc.

Condimentada al gusto-

Postre: Banana con helado de crema americana

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Brasil. Playa de los Ingleses. El sol te quiere devorar.

Que quiero significar con esto, que la Parrilla en la que el turista puede cocinarse sin un costo adicional, simplemente como un servicio más. Se encuentra al lado de un excelente Restaurant al lado de la Pileta y del ingreso a la playa. No está escondida en el fondo del hotel o en el terreno desocupado de al lado, uno puede disfrutar de su gusto personal participando de todas las actividades de este como un Turista de primera. Esto me parece muy significativo y sobre todo a los Argentinos que nos gusta tanto, debemos tenerlo en cuenta, Turistas y Hoteleros. En mi caso personal no he notado en nuestros país este servicio y sería bueno implementarlo, quizás ya está incorporado en muchos lugares y a mí no me llamaron la atención pero me comprometo a solicitar este servicio en todos los Hoteles de mi país que próximamente visite, luego les paso el informe.

Siempre que empezó todo término y nuestra estadía también. Nos quedamos con ganas de más, es un lugar totalmente recomendable y que tengo agendado para volver. Hasta pronto… “Refugio do Estaleiro”

Refugio do Estaleiro: La traducción indica a un lugar donde se reparan embarcaciones, para nosotros, un astillero.

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Brasil. Hotel Costa Norte. Una Gastronomía seleccionada.

 

Agradecimientos:

Refugio Do Estaleiro –Rúa Flavia V. Martelinni 400

Aracá – Porto Belo – Santa Catarina Brasil

www.refugiodoestaleiero.com.br

Guarita Park hotel – Av. Alfiero Zanardi 1017 – Torres

www.guaritaparkhotel.com.br

Hotel Costa Norte Ingleses – Rua das Gaivotas 984

Praia dos Ingleses – Florianopolis

ingleses@hoteiscostanorte.com.br

María do Mar Hotel – Rod. Joao Paulo 2285

Florianópolis – www.mariadomar.com.br

Marlin Hotel . Av. Leopoldo Zarling nº 882 Bombas

www.marlinhotel.com.br

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Playa de los Ingleses. Arena, el mar y el infaltable morro. ¡Es Brasil!