Amante de una estética que parece salida del libro de Alejandro Dumas, Conor Harrington igual que Martín Ron, el artista del post anterior, lleva un mundo a la calle. Pero a diferencia del hombre de Caseros que se inventa ese mundo, este irlandés oriundo de Cork nos lleva al pasado y como si fuera un artista del S.XVIII (El que contrasta increíblemente con el graffiti actual), llena la ciudad de espadas, duelos, damas y caballeros.